El mínimo no imponible de Ganancias debería ser de $ 23.182, según un estudio

El cálculo surge de comparar con la evolución que tuvo el índice de salarios desde 2001, según Finsoport

MÁS SALARIO, MENOS PODER ADQUISITIVO. Ganancias licúa parte de las subas de los sueldos. MÁS SALARIO, MENOS PODER ADQUISITIVO. Ganancias licúa parte de las subas de los sueldos.
13 Abril 2015
¿Cuánto debería ser el mínimo imponible de Ganancias si el Gobierno nacional lo actualizara en la misma proporción que el nivel general de salarios? La discusión sobre la falta de actualización de los parámetros para calcular el impuesto crece en la medida que avanzan las discusiones paritarias. Según un informe elaborado por la consultora Finsoport, si se tomara en cuenta la evolución del índice de salarios calculado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el mínimo no imponible debería haber crecido no menos de un 49%.

De acuerdo con el reporte de la consultora que dirige el ex viceministro de Economía, Jorge Todesca, el mínimo para un trabajador soltero pasó de $ 4.020 en 2001 a $ 15.552 mensuales a 2013, la última actualización que se registró. “Si se hubiera corregido sobre la misma base de la evolución de los salarios, el mínimo para ese caso debería ser de $ 23.182”, consigna la consultora privada. Este cálculo no toma en cuenta el cambio en las escalas de ingresos, que también están desactualizadas.

La recaudación del impuesto a las Ganancias, equivale en nuestro país a un 6,7% del Producto Bruto Interno (PBI). Esta relación se encuentra algo por encima del promedio de América latina (5,5%) y en un nivel muy cercano al de países vecinos o de comparable grado de desarrollo y por debajo del nivel de países desarrollados, sostiene Finsoport.

Según la consultora, a lo largo de la última década la recaudación de Ganancias aumentó 874% en términos nominales. “Pero, en gran medida, la fuente de este dinamismo ha sido el sistema de retenciones impositivas y la falta de actualización del mínimo no imponible que se aplica sobre los empleados en relación de dependencia”, añade.

De ese modo, las retenciones impositivas aumentaron 1.596% desde 2004 hasta ahora, mientras que los pagos directos del impuesto por parte de las personas físicas crecieron un 470%.

“Las denominadas retenciones en la fuente y, dentro de ese renglón, las retenciones sobre los salarios son una forma fácil de recaudar y que asegura un flujo constante y seguro”, considera la consultora. A su criterio, ese es uno de los motivos centrales por los cuales el gobierno se niega a aceptar una actualización del mínimo no imponible y un ajuste de las escalas correspondientes.

“La inflación está ciertamente en la raíz del problema, junto al elevado déficit fiscal que no se justifica, habida cuenta que en los últimos 10 años los ingresos tributarios aumentaron el equivalente a 10 puntos del PBI (del 20% al 30%)”, puntualiza. Finsoport recuerda que durante 2013, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) reveló que poco más de un millón de contribuyentes presentaron sus declaraciones juradas de Ganancias. Desde entonces, aquella cifra casi se duplicó.

Cómo impacta

Hasta ahora, el Gobierno no ha dado señales concretas de modificar el impuesto. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, consideró que el pago de Ganancias por parte de los trabajadores que tienen salarios más altos es un tributo “siempre susceptible de modificaciones”. Dejó entrever que esos cambios eventualmente podrían plantearse, en su momento, en las escalas, consignó la agencia estatal Télam.

Sin embargo, el viceministro de Economía, Emmanuel Álvarez Agis, “el mínimo está en un nivel razonable”. Remarcó que la posición del Palacio de Hacienda “es clara, hay que pagar Ganancias, porque es progresivo y se aplica marginalmente”.

¿Cómo impacta en la economía el hecho de tener una elevada inflación y no contar con un mecanismo automático de ajuste por inflación de los parámetros que ayudan a definir Ganancias sobre los asalariados? Según los expertos Marcelo Capello y Alejandra Marconi del Ieral de la Fundación Mediterránea, los efectos son múltiples:

• Sobre la porción de los salarios que se destinan a pagar anualmente Ganancias.

• Sobre las paritarias, ya que es un elemento que tienen en cuenta los sindicatos al momento de reclamar aumentos de salarios; esto también afecta la competitividad empresarial.

• Sobre el consumo de bienes durables y no durables, al afectar el poder adquisitivo de una porción de los trabajadores.

• Sobre la recaudación fiscal del gobierno, por cuanto la inexistencia de ajustes en parámetros o si esos ajustes resultan menores a la tasa de inflación, permite incrementar la porción de los salarios que se lleva el gobierno con el impuesto.

“En el caso de salarios que aumenten un 30% en 2015, sin que se produzcan cambios en los parámetros de Ganancias, la incidencia del impuesto sobre los salarios pasará de un 9,1% en 2014 a un 16,5% en 2015, en el caso de trabajadores solteros con salarios brutos de $ 27.000 mensuales, incrementándose la carga en más de 7 puntos porcentuales respecto de 2014”, remarcan los especialistas. Sería el equivalente a pagar cerca de un mes de salario adicional este año respecto del previo, por no actualizar los parámetros del impuesto, completan.

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