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15 Abril 2015

SEMÁFOROS (I)

De la misma manera que las afortunadas mejoras en veredas y nueva iluminación de varias plazas han generado un fuerte aumento de deportistas entrenando y familias disfrutando en ellas, la cada vez mayor instalación de semáforos generó un aumento en el volumen del tránsito vehicular al disminuir el promedio de velocidad. Mantener los autos en movimiento con la mayor fluidez posible reduce el tiempo de viaje promedio y trae como consecuencia una caída en el volumen del tráfico, aunque en los últimos años se hizo exactamente todo lo contrario. Un semáforo colocado innecesariamente equivale a mayor posibilidad de no ser respetado (alarma el índice de infractores), por lo tanto es potencialmente inseguro y los impactos suelen ser brutales e impredecibles, tanto por cruzar en rojo o por acelerar para pasar en amarillo. Genera un microclima ideal para asaltos, traba el comercio, produce estrés e intolerancia, aumenta el costo del transporte, atenta contra la calidad de vida y desde ningún punto de vista garantiza el respeto al peatón. Produce altísimos e innecesarios niveles de contaminación porque detiene la circulación, la obstruye y rara vez ordena y esto se traduce en mayor emisión de gases de escape. Miles de autos se detienen en nuevos semáforos cada día, la polución aumenta y el tránsito empeora; tal es así que son combatidos en el primer mundo. Notable paradoja que esté prohibido (afortunadamente) fumar en los bares, pero haya proliferado la contaminación en las calles y lo saludable del entrenamiento en las plazas se ve amenazado al respirar. Los cuatro nuevos aparatos próximos a inaugurar de calle Santiago del Estero, entre Ejército del Norte y Bulnes, dan testimonio del reincidente error de diagnóstico. Calles como la Balcarce antes no tenían embotellamientos y ahora la Moreno sufrirá el mismo destino. Semáforos de tres o cuatro movimientos son la peor solución para lograr fluidez, salvo puntuales excepciones. Rotondas con complejos de cuatro movimientos (plazoleta Mitre o rotonda Lawn Tennis) son la antisolución, sólo vista en estos pagos. Con esto no quiero decir que todos los aparatos sean malos ni negar el aumento del parque automotor, ni mucho menos restringir el ingreso de autos particulares al centro. Tampoco dejaré de resaltar aciertos, como el de Salta y Sarmiento con dos movimientos (ideal para aplicar también en Esquina Norte) o la prohibición del giro a la izquierda en la avenida Avellaneda. Y aunque resulte difícil me atrevería a pedir como prueba, y sólo por un día, que apagaran los semáforos de calle Balcarce, desde Marcos Paz hasta San Martín (como estaba hace unos años), y analicen en hora pico el comportamiento del tránsito y del peatón en comparación al estancado actual funcionamiento. Regular el tránsito sin pensar en la fluidez hará que dentro de las cuatro avenidas sea muy difícil trasladarse pensando en los próximos 10 años. Reconozco que el tránsito es una “ciencia social y no exacta” y que no hay una sola verdad al respecto, pero el semáforo de Italia y Camino del Perú está sin dudas mal planteado y es al igual que muchísimos otros, una triste fábrica de accidentes viales.

Sebastián Gottardi
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SEMÁFOROS (II)

San Miguel de Tucumán se fue complicando en su tránsito vehicular por el aumento de autos y motos. Los semáforos son en gran parte los embotelladores del tráfico. Esto se debe a que el sistema de sincronizado deja de tener sentido en tránsito colapsado. Es como abrir una manguera de jardín doblada en la punta. El agua no saldrá. La calle Catamarca es uno de los ejemplos. De qué sirve poner en verde en el cruce con 24 de Septiembre, si en Santiago del Estero estará en rojo hasta un minuto después. O sea, la compacta columna no podrá moverse hasta que este semáforo dé verde. Es raro avanzar más de 40 metros por ciclo. Y avanzar seis cuadras puede llevar más de 10 minutos. Esto se solucionaría si todos dieran verde de manera simultánea, como en la avenida Sarmiento, que es muy fluida. Hay varias calles trabadas por este tema. San Lorenzo, San Juan, 24 de Septiembre, Salta, etcétera. Desconozco si un problema técnico no permite mover la columna en forma continua. Antes, cuando existían los varitas, esto no pasaba. Hasta que se bajaban y dejaban una esquina librada al azar. Hoy hay semáforos que se pueden manejar a distancia y modificar tiempos y ciclos, según demanda, superando la tarea humana.

Daniel Mas
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CABALLERO DE PALABRAS ANDANTES

El 13 de abril murió Eduardo Galeano, es un decir, pues nuestro caballero de las palabras andantes es inmortal. Amante enamorado de las palabras que nos enamoraron, nos enamoran y nos enamorarán por los siglos de los siglos. Amén. Su oficio: escritor; un cuentacuentos, un cantacuentos. ¿Por qué consagró su vida a cantar y contar? En tren de buscar explicaciones, cuenta y canta nuestro uruguayo eterno: “escribo porque mi tendencia al pecado me impidió ser santo, porque en el fútbol siempre fui un patadura. Y escribo porque hay historias que merecen ser contagiadas, porque me divierte desenterrar tesoros escondidos, porque me duele el dolor ajeno, porque me goza el ajeno placer, porque escribiendo devuelvo a los demás lo que de ellos viene, porque escribiendo juego a saltar el abismo que separa el deseo y el mundo, porque escribiendo comparto alegrías, melancolías, descubrimientos, deslumbramientos, porque de Sherezade aprendí que hay historias que valen un día más de vida, porque soy caminante y cada palabra es un nuevo viaje que empieza porque así hablo al oído de amigas y amigos que no conozco y en ellas y en ellos me reconozco, y porque siendo como soy, un inútil total, no puedo hacer otra cosa”. Cuenta el cuentero uruguayo que en Haití no se puede contar cuentos durante el día; si lo hace merece la desgracia. Los cuentos se cuentan en la noche, porque en la noche vive lo sagrado, y quien sabe contar cuenta sabiendo que el nombre es la cosa que el nombre nombra. En otra de sus “ventanas sobre la palabra”, nuestro Galeano cuentacanta que en lengua guaraní, la ñe’ê significa “palabra” y también significa “alma”. Creen los indios guaraníes que quienes mienten la palabra, o la dilapidan, son traidores del alma. El aroma tucumano de su mujer, Helena Villagra, le inspira ventanas sobre la muerte derrotadas por los sueños de amor: “las cenizas de Alberto yacían y crecían en los verdores de Tucumán, y Helena había heredado su sombrero. Helena dormía, y el sombrero de Alberto también dormía; y en el sueño de Helena el sombrero soñaba. Soñaba que agitaba sus alas y girando se iba a volar por ahí, con Helena adentro, acurrucada en la copa. Ella despertaba mareada de tanto dar vueltas”. Y las palabras del cuento y del canto de Galeano también saben indignarse, porque sabe que el mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quién de qué lado quiere o puede estar; cada quién hablará con palabras indignas o dignas. Y en Latinoamérica sus palabras vienen cantando y contando, con dignidad impar, los dolores, las miserias, los padecimientos, los despojos, las injusticias y otras inequidades e iniquidades que drenan por las venas abiertas de América Latina. Y, en contracanto y contracuento, viene anunciando y augurando la dignificación, la emancipación y la liberación de los humillados y expoliados de siempre. Y, al infinito fin de canto y cuento, cantan y cuentan las paredes de las ciudades latinoamericanas cuando con voz clara, digna, compasiva y justa dicen: “Nada en vano. Todo en vino”; “Salario mínimo al presidente, para que vea lo que se siente”; “No queremos sobrevivir. Queremos vivir”. Y “¡resucitaremos aunque nos cueste la vida!” Amén. Aleluya.

Ramón Eduardo Ruiz Pesce
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PENSAR DIFERENTE

La política debe crear adversarios, no enemigos. Cuando la contienda electoral se interpreta como una guerra y no como una carrera de aspirantes a cubrir distintos cargos públicos, pareciera que todo vale: la descalificación, la blasfemia, la violencia, el fanatismo en su grado más extremo. ¿Está mal ser radical, peronista, socialista, opositor, oficialista? ¡No! De eso se trata la libertad de pensamiento y sentimientos que llevan a identificarse con un partido o una ideología más que con otras. Y de ese disenso se va nutriendo la verdadera democracia. Si en el camino se creyó que este era quizás el andar correcto, y luego los hechos demostraron que no lo era. ¿Está mal reconocer el error e intentar corregir el rumbo a modo de superación? Sería lo ideal y no sólo en política. Cuando se acercan los tiempos electorales y los ciudadanos comienzan la “guerra”, todos parecen hurgar en el pasado de los candidatos para empezar a “ventilar” (con veracidad o sin ella), esas cosas con las que se van a intentar derrotar al enemigo. Me acuerdo siempre de “El que esté libre de culpa y cargo, que tire la primera piedra”. ¿Cuántos quedarían? Porque no somos perfectos, somos humanos. La perfección es un atributo divino. Una vez un sacerdote amigo me dijo: “Si tuviéramos que caminar con la cabeza gacha por algún error cometido, ¡no nos conoceríamos las caras!” Este que está convencido que el peronismo es la respuesta a todo el problema del país, tiene los mismos argumentos que aquel otro que piensa que lo mejor que puede pasar es el radicalismo o cualquier otro de los “ismos” a los que nos hemos ido acostumbrando. Todos tenemos el derecho de pensar y elegir con libertad. ¿Por qué perder el respeto por el otro? ¿No estamos ambos convencidos de estar en lo cierto? Y si el otro tiene la capacidad de argumentar a favor de lo que cree, como yo puedo hacer con lo que creo, ¿no es soberbia pensar que sólo yo soy el dueño absoluto de la verdad? Pensar diferente no nos hace menos valiosos como personas. Sería bueno que la política tuviera el movimiento dialéctico que caracteriza a la filosofía. Entonces en la superación permanente de tesis-antítesis-síntesis (en esa dialéctica a la que hice alusión), crecería en sabiduría. Falta muy poco para que cada ciudadano decida con enorme responsabilidad qué país, provincia o ciudad quiere tener. Tendríamos que aprender a hacerlo sin tanta virulencia, con propuestas, con proyectos, con honestidad, sin ensuciar paredes, sentimientos, nombres o trayectorias. Como un “Fair Play”. Sí, ya lo sé. Demasiado utópico. Pero no imposible.

María Estela López
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CANDIDATOS Y EL MEDIO AMBIENTE

En épocas electorales todo es válido, los candidatos se desvelan en promesas por continuar en sus cargos, medir fuerzas llenando colectivos de personas, muchas de las cuales no saben a qué ni adónde los llevan. En épocas electorales pueden todo lo que antes se habían olvidado, pero qué sucede si ya no puede continuar y no sucede nada, sólo imponen algún familiar directo para seguir ocupando el sillón que dejaron y de esa forma seguir manejando los hilos y emular a Jim Henson, reconocido y célebre titiritero de fama mundial, o al mismo abuelo “Gepetto”, con su ilustre títere “Pinocho”. Todos los candidatos se suponen los más aptos, los mejores, capaces de revertir cualquier situación. ¡Ojo!, se están disputando, nada más y nada menos que una banca y todos los beneficios que esta trae consigo. Todos hablan de lo que los demás no hicieron; eso sí es moneda corriente en el temario de los discursos de todos los políticos; hablar con malestar del otro. Lo que me llamó poderosamente la atención es que ninguno, nadie, habló sobre nuestro planeta, lo que nos está sucediendo, lo que nos sucederá y el rumbo que va a tomar nuestra Madre Tierra si no le prestamos el debido interés, el cual nos está solicitando a gritos que tomemos cartas en el asunto, con manifestaciones a la vista de todos. Nos tomamos el trabajo de escuchar cada alocución de los posibles futuros referentes del pueblo, y nadie, absolutamente nadie, hizo un análisis de lo que es nuestra casa grande; qué es lo que potencialmente debemos ir planificando para proteger nuestro propio hábitat. Un proyecto para concientizar sobre este flagelo que nos está golpeando, y cada vez será peor debido al cambio climático irreversible que ya se instaló en nuestras vidas. ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué la falta de compromiso de todos los candidatos, hacia algo que es de pertenencia de todos y cada uno de nosotros? Indefectiblemente hablar de nuestro ambiente es ir en contra de muchos intereses, en el cual en nombre del progreso se desvían ríos, se tala indiscriminadamente, se vuelan cerros y montañas con la anuencia de los que tienen el poder, se queman cañaverales, se instala un basural a cielo abierto en cada esquina; las fábricas, cualquiera de ellas, tiran sus disposiciones finales a los cauces de los ríos, causando la mortandad de todo ser vivo, rompiendo cadenas ecológicas irrecuperables; y sobre todas las cosas malas que le hacemos al planeta, lo peor de todo: nadie habla de la falta de agua, que la vamos a sufrir a corto plazo. Para el que no lo sabe, pronto quedaremos sin ese recurso vital. Al final de los discursos les plateamos a todos y cada uno de los candidatos, su falta de compromiso hacia nuestra Madre Tierra; muchos quedaron mal parados, nunca se hubiesen imaginado el planteo, al cual no le dieron una respuesta adecuada. Escribir esto es hacer política, todo es política, vivo en el pueblo y soy ciudadano del mundo, con derechos y deberes y ajustado al artículo 14 y 14 bis de nuestra Constitución Nacional ¿O esos artículos son sólo para el pueblo, y no para los que están en el poder? Se minimiza el tema medio ambiente, cuando en realidad es el primero; se trata nada más y nada menos de nuestra Casa Grande. Claro: en una de esas, a los políticos ganadores se les otorga un pasaporte para ir a vivir al País de Nunca Jamás, donde todos aprendieron a volar.

Pedro Martínez y Víctor Guardia

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PESTILENCIA

La Municipalidad capitalina debe dirigirse al pasaje Sorol y San Juan y verificar lo pestilente y sucio que se encuentra. La basura no es recogida desde varios días. El calor hace el ambiente irrespirable y los pobres perros hambrientos hacen un descomunal desparramo. Lo peor es la irresponsabilidad de una empresa que rompió las veredas, no se sabe el motivo, y las montañas de escombros completan el estado de abandono del citado pasaje. Podríamos agregar que todo Tucumán es un depósito de basura. Veredas rotas y sucias. Los baches, inclusive en pleno centro, depositan agua sucia coronada por los zancudos de todo tamaño. Cuando pasan los autos y caen en el bache, sonó el pobre ciudadano que es mojado y embarrado de pies a cabeza.

María Emilia Farros
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A MEDIA LUZ

Sucedió en la mansión de los Wilson, familia tradicional de Montevideo. Se celebraba una fiesta íntima; a última hora contrataron a Edgardo Donato. Este no pudo reunir a la orquesta, solamente improvisó con Bachicha D’Abrosio, así entre violín y fuelle hacían las delicias danzantes y audibles. Donato interpreta un tango de su creación reciente, la concurrencia lo festeja alegremente y pide bis. Donato ve cerca la llave de la enorme araña que iluminaba el lujoso salón, la gira, el salón queda iluminado solamente por la luz del alumbrado público que entraba por los ventanales y casi gritando dice ahora: A media luz. Estaba allí un culto y mundano invitado, desertor de la Facultad de Derecho, bohemio, poeta, cajetilla empedernido, Carlos César Lenzi. El título y el tango quedaron bollando en la azotea del poeta, al filo del amanecer empezó a construir los versos, conocedor de la noche porteña, mal dormido se le ocurrió: “Corrientes 3, 4, 8 segundo piso ascensor/ no hay porteros ni vecinos/ adentro cocktail y amor”. Claro, cuento cosas de Corrientes angosta. Al atardecer se juntaron en el hotel Alhambra para el vermut. El músico impresionado por la inspiración de Lenzi, admira cada frase, “y todo a media luz es un brujo el amor/ a media luz los besos a media luz los dos”. Cuando Donato vuelve a su Buenos Aires, corre a conocer el galante bulincito y se encuentra con un salón de lustrar zapatos, el frente con revoques roto, un chasco. La despampanante Lucí Clory lo estrena en el espectáculo “Su majestad, la revista”; en Japón lo impone Isunami Megata con éxito resonante. Era visitado por turistas de todo el mundo, comprendían la fantasía del poeta. Hoy funciona un edificio de departamentos y algún bohemio delirante escribió el título del tango y una frase. Claro en Corrientes 3, 4, 8.

Julio Mohfaud
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TARCOS DE LA PLAZA ALBERDI

Retirar los tarcos de la plaza Alberdi puede ser una necesidad siempre sujeta a un real estudio técnico. Es cierto que son árboles añosos, es cierto que fueron sometidos a severas (más bien salvajes) podas, es cierto que por las heridas causadas pudieron penetrar enfermedades afectando su sanidad. Pero es totalmente falso que la especie fresno sea nativa, lo que me hace suponer que este proyecto no fue el resultado de estudios técnicos de los profesionales con que cuenta la Dirección de Espacios Verdes. Además se expresa que los 12 tarcos ubicados en la vereda sur serán reemplazados por ejemplares de dos especies distintas con lo que deduzco que en esa cuadra habrá una “melange” de características y tamaños que no condicen con el más elemental criterio paisajístico ni respeto por las características del arbolado preexistente en esta plaza. Finalmente, ruego que el reemplazo se realice con plantas en estado adecuado, es decir ejemplares de tamaño mínimo imprescindible como para sobrevivir al vandalismo y la pronta recuperación de la frondosa sombra con que hoy cuenta esa vereda.

Sergio Benítez Thiele
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DESAMPARADA POR EL PAMI (I)

María Cristina Olivera relata indignada cómo el PAMI tiene abandonada a su madre de 86 años, postrada por un ACV y demencia senil y su lucha diaria para brindarle atención médica que, evidentemente no llega de los responsables. Sabemos que los reclamos, publicados o no, son innumerables y cotidianos. Las autoridades del PAMI, en su rol de “dioses”, levantan o bajan el pulgar. Deciden quién vive y quién debe morir. Por supuesto que lo hacen en la medida que su rol político les deje tiempo para “ocuparse”. No me alcanza el espacio para exponer en profundidad sobre este lacerante tema, pero sí deseo manifestar que también estoy indignada por tocarme de cerca idéntica actitud. Mi hermano sufría cáncer de pulmón. Su lucha eran las quimio con medicación del PAMI. El último pedido se hizo en junio de 2014. Fue rechazado. No eran suficientes las radiografías, pedían tomografía. La urgencia con un enfermo que están asistiendo desde hace cuatro años no se tuvo en cuenta. Insistimos y logramos que lo aceptaran en PAMI de Buenos Aires. El 30 de marzo pasado (comprobante Nº 0001-07970006) ingresa al PAMI de Tucumán. Mi hermano fallece el 7 de abril. Esperanzado en que hasta último momento llegara la medicación que, hasta la fecha, no fue entregada. Deben cambiarse los métodos. Suprimir con urgencia al médico de cabecera que sólo sirve para derivar al paciente que deambula lastimosamente. Estas personas mayores apenas pueden moverse. El paciente debe tener la libertad de elegir el profesional y en el momento que lo necesite.

Alba Cuozzo
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DESAMPARADA POR EL PAMI (II)

El lunes 13/4, se publicó en esta sección una carta en la que expresaba mi bronca e impotencia por el abandono médico que venía sufriendo mi madre desde hace tiempo (afiliada al PAMI). Lamentablemente fue tarde, ya que mi madre falleció en mi domicilio en la mañana del martes 14. Si bien por ella ya no hay nada que hacer, espero que todas aquellas personas que se vieron implicadas directa o indirectamente en el fallecimiento de mi mamá (burocracia, desinterés por la vida, poniendo en primer lugar el dinero, etcétera) tomen conciencia (si es que la tienen) de que la vida del ser humano es sagrada, sin importar edad, obra social o cualquier otra condición. Deseo que el fallecimiento de mi madre sirva para que nuestros abuelos sean tratados dignamente, y no como material de descarte. Estoy llorando la pérdida de mi madre. ¿Qué burocracia me la devolverá? ¡Luchemos por el respeto a nuestros mayores!

María Cristina Olivera
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EL GAUCHO RIVERO

Nuevamente se equivoca el lector Carlos Drube en su carta del 14/4. No pretendo desmerecer sus afirmaciones, sólo le pido que se ajuste a lo que es práctica normal cuando se habla de hechos históricos. Si se cita una fuente, debe indicarse dónde está el original, para poder verificarlo. Si se trata de una afirmación de terceros, igual criterio. Si se transcribe un párrafo de 30 y tantas palabras, textualmente, con puntos y comas, de un sitio Web, ya no es opción dar la fuente sino una obligación legal. El autor del texto copiado puede legítimamente acusarlo de plagio en los tribunales. Otro grueso error. Confunde el mencionado lector retreta con serenata: el que no está obligado a revelar sus fuentes de información es el periodista por hechos presentes. Numerosos fallos hay en tal sentido. Pero si un periodista dice que tal prócer era dueño de tal campo, le corresponde demostrarlo. En cuanto a los autores que cita, Ciappina, López y Giles, bien podría dar el libro, artículo o folleto del cual sacó el dato. Y no se confíe en esta nueva generación de historiadores K. Han llegado a sostener que Juana Azurduy era de origen indígena, cuando su apellido es más vasco que el zorcico. Otra garrafal equivocación es creer que porque veníamos de perder una guerra, la de Malvinas, no podíamos votar el plebiscito que enterró nuestros diferendos con Chile. Además, hay otras inexplicables afirmaciones. ¿Qué tiene que ver que estuviera Pinochet en el gobierno de Chile con nuestra votación? Y en cuanto a que Inglaterra lo protegía, ¿no le falla algo la memoria? ¿No estuvo detenido un par de meses el dictador chileno en la Rubia Albión? ¿O yo lo soñé? Y en cuanto a que sea una lástima que no me entere de algo a través de sus cartas, lo haré cuando sean estas ajustadas a las buenas y saludables reglas de juego, Wikipedia incluida como fuente principal de inspiración. Recuerde que el que se viste con ropa ajena, en la calle lo desnudan.

Melitón Saldaño
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PLAN ÓVALO

En noviembre de 2014 me adjudicaron por sorteo un vehículo correspondiente a un plan de ahorro (plan Óvalo), adjudicación que acepté en los primeros días de diciembre, completando los requisitos exigidos para la entrega de la unidad, lo que se concretaría en el plazo máximo de 90 días corridos. Transcurrido ese plazo, recibí llamado telefónico del personal del concesionario informándome que el vehículo ya estaba disponible para la entrega. Fui a completar los formularios y exigencias del caso y así poder retirar la unidad. Una vez allí me informaron que la entrega sería en siete días más. En ese plazo me hice presente obteniendo como respuesta que la entrega se prorrogaría una semana más y así sucesivamente. A la fecha transcurrieron más de 120 días. Me entregaron el vehículo sin patentar, culpando en este caso a sus gestores, motivo por el cual no puedo circular. Si no pueden sus gestores cumplir la tarea entonces, ¿por qué no permiten que lo haga cada cliente en forma personal? Cabe destacar que cumplí y pagué en tiempo y forma, flete y patentamiento (bastante oneroso por cierto, $15.000), gastos de adjudicación, cuotas, etcétera.

Sergio Ignacio Pablo Martínez
España 1.861
S.M. de Tucumán

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