12 Julio 2015
EN CLAVE MARIANA. En Paraguay, Francisco les dedicó gran parte de su mensaje a las mujeres. "Ustedes esperaron contra toda esperanza", les dijo. FOTO REUTERS
La emoción por la visita del Papa Francisco a Paraguay fue visible en los miles de fieles católicos, paraguayos, argentinos y brasileños que consideraron la llegada del Santo Padre como una “bendición” que los colma de “fe y esperanza”.
El Papa presidió ayer una misa multitudinaria en la explanada del santuario paraguayo de la Virgen de los Milagros de Caacupé, en Paraguay, donde miles de peregrinos del continente -entre ellos numerosos argentinos- le expresaron su cariño tras pasar la noche en vigilia para verlo. Ayer, el santuario fue convertido en Basílica, por un decreto papal.
El Papa recorrió el templo decorado con banderas y tejidos típicos del país y puso una rosa blanca a los pies de la figura de la Virgen, que se dice fue tallada por un indígena guaraní convertido al cristianismo en el siglo XVI. Según la tradición, el hombre se escondió en el tronco de un árbol escapando de una etnia que perseguía conversos y talló la imagen como gratitud por haber sobrevivido.
En su homilía, marcada por una fuerte carga mariana, el Papa recordó a quienes sufren y elogió particularmente a las mujeres de Paraguay. “Quisiera referirme de modo especial a ustedes, mujeres y madres paraguayas, que con gran valor y abnegación han sabido levantar un país derrotado, hundido, sumergido por una guerra inicua”, dijo el Papa. “Como María, han vivido situaciones muy pero muy difíciles, que desde una lógica común sería contraria a toda fe. Ustedes al contrario, al igual que María, impulsadas y sostenidas por su ejemplo, siguieron creyentes, inclusive “esperando contra toda esperanza”, continuó.
Más de la mitad de la población paraguaya murió en la guerra de la Triple Alianza, una de las más sangrientas de Latinoamérica, que enfrentó en el siglo XIX a Paraguay con sus vecinos Argentina, Brasil y Uruguay. Según historiadores, el conflicto acabó con casi toda la población masculina del país. “Estar aquí es sentirme en casa”, dijo el Pontífice al iniciar la celebración eucarística y recordó que el santuario de Caacupé, como el bonaerense de Luján, es una casa donde acudir para pedir y agradecerle a “nuestra Madre”.
En esta tercera y última escala de su visita sudamericana que también incluyó a Ecuador y Bolivia, Francisco también llamó a los paraguayos a “primerear en el amor, como Jesús”. “Es un llamado a no perder la memoria, las raíces, los muchos testimonios que han recibido de pueblo creyente y jugado por sus luchas. Una fe que se ha hecho vida, una vida que se ha hecho esperanza y una esperanza que los lleva a primerear en la caridad. Sí, al igual que Jesús, primereen en el amor. Sean ustedes los portadores de esta fe, de esta vida, de esta esperanza. Sean ustedes los forjadores de este hoy y mañana paraguayo”, manifestó.
Devoción argentina
Entre ayer y el viernes, miles de peregrinos argentinos pasaron vigilias en carpas o la intemperie en los alrededores del santuario y debieron soportar la lluvia de la madrugada, para guardar una posición de privilegio a escasos metros del altar donde Francisco celebró la misa.
Grupos de Tucumán, Corrientes, Chaco, Salta, Misiones y Formosa, además de contingentes de las villas porteñas y bonaerenses, dijeron presente en la “capital espiritual del Paraguay”, donde exhibieron banderas celestes y blanca, imágenes de la Virgen de Luján y carteles con la frase “Hagamos lío por el amigo de los pobres”.
El vocero de la Santa Sede, el sacerdote jesuita Federico Lombardi, aseguró que el Papa está “muy cercano” a la realidad argentina y que gracias a “un desvío” el avión que lo trasladaba ayer desde Bolivia al Paraguay sobrevoló el espacio aéreo argentino. “Francisco está feliz de estar en este pequeño país que conoce bien y que ama y también tan cerca de su patria”, acotó.
Hoy, en su último día de viaje, Francisco celebrará Misa en el campo grande de Ñu Guazú, donde rezará el Ángelus. A las 20 (hora de Argentina) despegará de regreso al Vaticano. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner participará de la misa con la que el papa cerrará su gira por Latinoamérica.
La mandataria fue invitada por el presidente paraguayo Horacio Cartes. Será el sexto encuentro entre Cristina y el Papa.
El Papa presidió ayer una misa multitudinaria en la explanada del santuario paraguayo de la Virgen de los Milagros de Caacupé, en Paraguay, donde miles de peregrinos del continente -entre ellos numerosos argentinos- le expresaron su cariño tras pasar la noche en vigilia para verlo. Ayer, el santuario fue convertido en Basílica, por un decreto papal.
El Papa recorrió el templo decorado con banderas y tejidos típicos del país y puso una rosa blanca a los pies de la figura de la Virgen, que se dice fue tallada por un indígena guaraní convertido al cristianismo en el siglo XVI. Según la tradición, el hombre se escondió en el tronco de un árbol escapando de una etnia que perseguía conversos y talló la imagen como gratitud por haber sobrevivido.
En su homilía, marcada por una fuerte carga mariana, el Papa recordó a quienes sufren y elogió particularmente a las mujeres de Paraguay. “Quisiera referirme de modo especial a ustedes, mujeres y madres paraguayas, que con gran valor y abnegación han sabido levantar un país derrotado, hundido, sumergido por una guerra inicua”, dijo el Papa. “Como María, han vivido situaciones muy pero muy difíciles, que desde una lógica común sería contraria a toda fe. Ustedes al contrario, al igual que María, impulsadas y sostenidas por su ejemplo, siguieron creyentes, inclusive “esperando contra toda esperanza”, continuó.
Más de la mitad de la población paraguaya murió en la guerra de la Triple Alianza, una de las más sangrientas de Latinoamérica, que enfrentó en el siglo XIX a Paraguay con sus vecinos Argentina, Brasil y Uruguay. Según historiadores, el conflicto acabó con casi toda la población masculina del país. “Estar aquí es sentirme en casa”, dijo el Pontífice al iniciar la celebración eucarística y recordó que el santuario de Caacupé, como el bonaerense de Luján, es una casa donde acudir para pedir y agradecerle a “nuestra Madre”.
En esta tercera y última escala de su visita sudamericana que también incluyó a Ecuador y Bolivia, Francisco también llamó a los paraguayos a “primerear en el amor, como Jesús”. “Es un llamado a no perder la memoria, las raíces, los muchos testimonios que han recibido de pueblo creyente y jugado por sus luchas. Una fe que se ha hecho vida, una vida que se ha hecho esperanza y una esperanza que los lleva a primerear en la caridad. Sí, al igual que Jesús, primereen en el amor. Sean ustedes los portadores de esta fe, de esta vida, de esta esperanza. Sean ustedes los forjadores de este hoy y mañana paraguayo”, manifestó.
Devoción argentina
Entre ayer y el viernes, miles de peregrinos argentinos pasaron vigilias en carpas o la intemperie en los alrededores del santuario y debieron soportar la lluvia de la madrugada, para guardar una posición de privilegio a escasos metros del altar donde Francisco celebró la misa.
Grupos de Tucumán, Corrientes, Chaco, Salta, Misiones y Formosa, además de contingentes de las villas porteñas y bonaerenses, dijeron presente en la “capital espiritual del Paraguay”, donde exhibieron banderas celestes y blanca, imágenes de la Virgen de Luján y carteles con la frase “Hagamos lío por el amigo de los pobres”.
El vocero de la Santa Sede, el sacerdote jesuita Federico Lombardi, aseguró que el Papa está “muy cercano” a la realidad argentina y que gracias a “un desvío” el avión que lo trasladaba ayer desde Bolivia al Paraguay sobrevoló el espacio aéreo argentino. “Francisco está feliz de estar en este pequeño país que conoce bien y que ama y también tan cerca de su patria”, acotó.
Hoy, en su último día de viaje, Francisco celebrará Misa en el campo grande de Ñu Guazú, donde rezará el Ángelus. A las 20 (hora de Argentina) despegará de regreso al Vaticano. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner participará de la misa con la que el papa cerrará su gira por Latinoamérica.
La mandataria fue invitada por el presidente paraguayo Horacio Cartes. Será el sexto encuentro entre Cristina y el Papa.
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