13 Julio 2015
COMPLEJO TRASLADO. La estructura, fotografiada ayer por la mañana en la esquina de Santiago y José Colombres; dos operarios levantaban los cables para evitar que se corten. la gaceta / foto de antonio ferroni
A contramano, marcha atrás, levantando cables del tendido eléctrico y girando semáforos de las avenidas para que pudiera pasar el camión. Así fue el primer día del traslado de uno de los puentes peatonales que conectarán las calles Marco Avellaneda y Suipacha, un espectáculo que agitó la pasividad del domingo en las calles de la ciudad. El movimiento de la estructura, 22 toneladas de hierro a bordo de un carretón, fue una especie de desfile de seis horas que se quedó con la curiosidad de los vecinos que se toparon con la inesperada mole recorriendo el centro.
“Salimos de la planta de Di Bacco (en la ruta 9, en Los Pocitos), y antes de cruzar el cartel de entrada a San Miguel de Tucumán, bajamos hacia avenida Francisco de Aguirre, por donde retornamos un tramo a contramano hasta avenida Siria. De ahí seguimos hasta la Sarmiento, hicimos una importante maniobra en el cruce con Catamarca (ahí hizo falta girar los semáforos) y doblamos a la derecha. Seguimos hasta calles Corrientes, José Colombres, Santiago y doblamos a la derecha por Marco Avellaneda. Desde esa esquina, fuimos marcha atrás hasta llegar al destino”, explicó Ramón Moreno, un experimentado en transporte de cargas de gran porte que estuvo al frente del operativo. “Es algo que debe hacerse con mucho cuidado y muy lento. Yo salí caminando de la planta y llegué caminando hasta la Marco Avellaneda”, contó con el objetivo de figurar el tiempo que llevó el traslado.
El itinerario que detalló Moreno se repetirá durante los próximos tres domingos, ya que ayer sólo se trasladó la mitad de uno de los dos puentes peatonales. El movimiento se realizará los domingos porque hay menos tránsito y cuenta con el apoyo de personal de EDET y de la Municipalidad.
Desafío
El desafío es enorme, tanto para la construcción como para el traslado. “Trabajamos con grandes estructuras, pero probablemente sea el puente más grande que hayamos hecho”, confesó Raúl Middagh, gerente de operaciones de Di Bacco. Junto con Tensolite e Ingeco, esa es una de las tres empresas contratadas para ejecutar los puentes y los túneles para sortear el cinturón ferroviario que cincha el centro de la capital.
Middagh brindó detalles de la obra: “la tipología estructural de las pasarelas es de arco atirantado. Tienen una cualidad: probablemente sean unas de las primeras estructuras en Argentina diseñadas considerando los efectos hivoss. Son vibraciones inducidas por el tránsito peatonal humano que provocan una importante sensación de disconfort cuando se lo transita. Lo que se siente es como si el puente se moviera y eso hace que la gente no lo use. Y en casos de cargas importantes, como una manifestación o una procesión, por ejemplo, el puente podría deformarse”, explica el arquitecto. Las pasarelas están calculadas para que sus 54 metros de longitud estén repletos de gente y ese efecto no se sienta.
Lo que se viene
El primer traslado de las pasarelas fue presenciado por Oscar Mirkin, secretario de Obras Públicas de la Provincia, y por Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana de la Municipalidad capitalina. El proyecto de la obra fue realizado por profesionales de ambas administraciones, aunque la gestión del financiamiento y la inspección de la obra está en manos de la Provincia.
La construcción de los puentes y los túneles que prometen más fluidez en el apretado tránsito de la ciudad está tomando forma. “Esto es algo que estamos esperando y peleando desde hace 60 años. Es un viejo anhelo que podemos cumplir ahora. Además de mejorar el tránsito, va a ser un ícono urbano para disfrutar de la ciudad, un nuevo espacio parquizado y con equipamiento”, destacó Mirkin y estimó que “antes de que finalice esta gestión” la obra estará terminada. El próximo domingo será el segundo traslado de la pasarela de calle Mendoza y el martes siguiente comenzará a montarse, informó.
Según Mirkin, en 30 días estará listo el túnel de la calle Córdoba y el de calle Mendoza estará ejecutado a un 50%. Para ese entonces, según su proyección, ya estarán listos los dos puentes. Sin embargo, habrá que esperar hasta que las empresas hagan la entrega final para comenzar a usarlos.
“Salimos de la planta de Di Bacco (en la ruta 9, en Los Pocitos), y antes de cruzar el cartel de entrada a San Miguel de Tucumán, bajamos hacia avenida Francisco de Aguirre, por donde retornamos un tramo a contramano hasta avenida Siria. De ahí seguimos hasta la Sarmiento, hicimos una importante maniobra en el cruce con Catamarca (ahí hizo falta girar los semáforos) y doblamos a la derecha. Seguimos hasta calles Corrientes, José Colombres, Santiago y doblamos a la derecha por Marco Avellaneda. Desde esa esquina, fuimos marcha atrás hasta llegar al destino”, explicó Ramón Moreno, un experimentado en transporte de cargas de gran porte que estuvo al frente del operativo. “Es algo que debe hacerse con mucho cuidado y muy lento. Yo salí caminando de la planta y llegué caminando hasta la Marco Avellaneda”, contó con el objetivo de figurar el tiempo que llevó el traslado.
El itinerario que detalló Moreno se repetirá durante los próximos tres domingos, ya que ayer sólo se trasladó la mitad de uno de los dos puentes peatonales. El movimiento se realizará los domingos porque hay menos tránsito y cuenta con el apoyo de personal de EDET y de la Municipalidad.
Desafío
El desafío es enorme, tanto para la construcción como para el traslado. “Trabajamos con grandes estructuras, pero probablemente sea el puente más grande que hayamos hecho”, confesó Raúl Middagh, gerente de operaciones de Di Bacco. Junto con Tensolite e Ingeco, esa es una de las tres empresas contratadas para ejecutar los puentes y los túneles para sortear el cinturón ferroviario que cincha el centro de la capital.
Middagh brindó detalles de la obra: “la tipología estructural de las pasarelas es de arco atirantado. Tienen una cualidad: probablemente sean unas de las primeras estructuras en Argentina diseñadas considerando los efectos hivoss. Son vibraciones inducidas por el tránsito peatonal humano que provocan una importante sensación de disconfort cuando se lo transita. Lo que se siente es como si el puente se moviera y eso hace que la gente no lo use. Y en casos de cargas importantes, como una manifestación o una procesión, por ejemplo, el puente podría deformarse”, explica el arquitecto. Las pasarelas están calculadas para que sus 54 metros de longitud estén repletos de gente y ese efecto no se sienta.
Lo que se viene
El primer traslado de las pasarelas fue presenciado por Oscar Mirkin, secretario de Obras Públicas de la Provincia, y por Luis Lobo Chaklián, subsecretario de Planificación Urbana de la Municipalidad capitalina. El proyecto de la obra fue realizado por profesionales de ambas administraciones, aunque la gestión del financiamiento y la inspección de la obra está en manos de la Provincia.
La construcción de los puentes y los túneles que prometen más fluidez en el apretado tránsito de la ciudad está tomando forma. “Esto es algo que estamos esperando y peleando desde hace 60 años. Es un viejo anhelo que podemos cumplir ahora. Además de mejorar el tránsito, va a ser un ícono urbano para disfrutar de la ciudad, un nuevo espacio parquizado y con equipamiento”, destacó Mirkin y estimó que “antes de que finalice esta gestión” la obra estará terminada. El próximo domingo será el segundo traslado de la pasarela de calle Mendoza y el martes siguiente comenzará a montarse, informó.
Según Mirkin, en 30 días estará listo el túnel de la calle Córdoba y el de calle Mendoza estará ejecutado a un 50%. Para ese entonces, según su proyección, ya estarán listos los dos puentes. Sin embargo, habrá que esperar hasta que las empresas hagan la entrega final para comenzar a usarlos.
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