Atlético no la tuvo fácil pero ganó

El problema del local fue el tiempo y su ineficacia inicial para romper las manos de Ignacio Arce. Fue 2-0 ante Atlético Paraná. Calificá a los jugadores.

COLABORÓ. Menéndez, que ingresó en el segundo tiempo, fue quien presionó a Belforte, en la jugada previa al 1-0 “decano”. la gaceta / foto de héctor peralta COLABORÓ. Menéndez, que ingresó en el segundo tiempo, fue quien presionó a Belforte, en la jugada previa al 1-0 “decano”. la gaceta / foto de héctor peralta
La distancia entre uno y otro en la tabla, antes y durante gran partido del partido de ayer ni se notó. Recién sobre el final el Atlético de Tucumán se impuso al Atlético de Paraná, y si lo hizo fue porque sus individualidades terminaron generando mayor peso para su lado que para el del visitante. Fue un partido dividido en dos tomos, el primero, los 45 minutos iniciales, un espanto. El segundo, el de la verdad, atractivo y emocionante.

Paraná entendió que para dominar a Tucumán debía hacerse dueño de la pelota. Y Tucumán, valga la aclaración, extrañó una vez más a su creativo principal: Emanuel Molina. La ausencia del “Mago” hizo que a la visita se le facilitara gran parte de su estrategia de subir sus líneas defensivas al límite, mientras mantenía minado de piernas un mediocampo que repartió dueño a lo largo del show. Paraná, esquemáticamente hablando, estuvo más entero, pero con eso no bastó para lastimar a su rival. Salvo un tropiezo de Franco Sbuttoni, que terminó con un remate colgado por encima del travesaño de Pablo Lencioni, Tucumán no sufrió.

El único problema del local fue el tiempo y su ineficacia inicial para romper las manos de Ignacio Arce. Fue Molina el que pudo haberlo hecho antes de la media hora de partido. Remató por arriba. Después fue “Pulguita” que el sintió el peso del cuerpo de Arce y el látigo que fue el travesaño para sacarle el 1-0 antes del descanso. Esas dos acciones, sumada a otra corta de Leandro Díaz, dieron pie al sueño celeste y blanco de que sí se podía.

Pero los sueños sólo se convierten en realidad si se trabaja. El local, en cierta forma, empeñó su suerte a concretar el anhelo de los tres puntos a como dé lugar. Llegó a pararse con cinco delanteros y a buscar la de Dios. Y de la batalla y el intelecto llegó la bendición. Cristian Menéndez complicó a Belforte en el cierre de un córner a favor, Sbuttoni robó el balón y en mitad de cancha se lo dio a Díaz. La contra, de principio a fin, con el pase afuera y el toque de “Pulguita” a Leandro González, fue perfecta. Atlético Tucumán llegó sobre la hora a ganar. Y sobre el cierre a ganar bien con el 2-0 de tiro libre de “Pulguita”. Triunfo, tres puntos y a seguir soñando con la A.

Comentarios