Las sedes se convirtieron en hormigueros

Movilizadores alperovichistas de Alderetes y Banda del Río Salí calculan que fueron contratados unos 6.000 vehículos para trasladar votantes

EN FILA. Medio centenar de taxis esperan la orden para ir a buscar votantes. la gaceta / foto de juan pablo duran EN FILA. Medio centenar de taxis esperan la orden para ir a buscar votantes. la gaceta / foto de juan pablo duran
10 Agosto 2015
A las 9 de la mañana, la ruta que conduce desde la capital hacia la ciudad de Alderetes permanecía cubierta por una hilera interminable de taxis y de autos particulares. Los rodados circulaban sin prisa, parsimoniosos, codificados unos con otros, como si se comunicaran a través del mismo lenguaje que utilizan las hormigas.

LA GACETA decide acompañar a la interminable caravana que, al cruzar el puente Barros, se desviaba por el camino alernativo que desemboca en el Barrio Rincón del Este. El convoy de taxis y autos particulares ingresa al caserío de homogéneas viviendas. De frente, otra caravana similar retornaba de algún búnker. Los autos ya portaban en los parabrisas una calcomanía que hacía referencia al político que los contrató. Como en el lenguaje de las hormigas, los que volvían con la encomienda (trasladar la mayor cantidad de votantes hacia las escuelas) realizaban un toque de bocina o bien apagaban y encendían las luces de posición de los rodados. Ya, en el corazón de la barriada alderetense, el equipo periodístico de LA GACETA se topa de lleno con el “hormiguero”. Una sede política perteneciente al ex intendente alperovichista Aldo Salomón despachaba vehículos en serie, al igual que una fábrica capitalista de comienzos del siglo XX. En un trabajo coordinado y con extrema precisión, los choferes de los autos de alquiler recibían una calcomanía con el nombre del legislador oficialista Andrés “Puchero” Galván, un vaso de plástico con café y una tortilla o factura a elección. “Calco”, café y tortilla, “calco”, café y tortilla. Sin perder el ritmo, los movilizadores cumplían el ritual y daban la orden de largada a los choferes que luego partían en busca de los votantes.

La sede política, oculta entre las casas, funcionaba como una madriguera donde, permanentemente, entraban y salían punteros. Paradójicamente, al referente de esa unidad básica ad hoc le decían el “El Topo”, y así se presentó. “Trabajo para Aldo y ‘Puchero’ Galván”, dijo amablemente y dio el okey para que el fotógrafo pudiera realizar tomas en el lugar. “Desde esta sede vamos a movilizar entre 900 y 1.000 autos. Y Aldo moverá otros 600 desde su casa”, comenta orgulloso “El Topo”, al tiempo que asegura que cada vehículo cobró por el servicio entre $ 700 y $ 1.000. Más de $ 1,5 millones en un solo día, en una sola sede y solventado por un solo dirigente.

El auto de LA GACETA continúa su marcha hacia la ciudad de Alderetes. A pocas cuadras de la avenida Rivadavia, una imponente vivienda se erige y se destaca de las modestas casas que la circundan. Es la residencia del ex intendente Salomón, quien busca retornar al cargo en los comicios del 23.

Su vivienda familiar se transformó en un concurrido búnker para despachar vehículos rentados. Fue tan importante el movimiento de punteros que el dueño de casa tuvo que colocar baños químicos. (Ver Por el Gran San Miguel)

Cerca del mediodía, este diario ya recorre las calles de Banda del Río Salí. Autos patrocinados por los hermanos Zacarías Khoder (intendente) y Camila “Monona” Khoder, y por el dirigente ‘jaldista’ Darío Monteros se repartían la movilización. Aunque también aparecen, dispersos, algunos taxis con carteles del Movimiento de Unidad Popular (MUP). Movilizadores consultados aseguraron que los Khoder apelaron a unos 2.000 vehículos.

Pasadas las 13, las “hormigas” cumplieron ya con la mitad de la jornada laboral. La hora del almuerzo se impone y los movilizadores hacen una pausa.

La puja entre tres alperovichistas.- En la Ciudad del Limón, la movilización de tres dirigentes alperovichistas se hizo sentir, aunque no con la misma fuerza que en las ciudades de Alderetes y Banda del Río Salí. Allí los dirigentes Javier Pucharras (intendente), Alejandro Martínez (legislador) y Juan Antonio Ruiz Olivares (apuntala a Javier Noguera como candidato a intendente) midieron fuerzas entre sí. En las adyacencias de las escuelas, no fueron tantos los autos que trasladaban votantes. Se pudo observar que muchos taficeños concurrían por su cuenta a los lugares de votación.

Tres baños químicos en la casa del ex intendente Salomón.- El ex intendente de Alderetes, Aldo Salomón, fue uno de los dirigentes que más movilizó votantes durante la elección de ayer. Aunque tampoco se quedó atrás el actual intendente Julio Silman, quien patrocina como candidato a sucederlo al dirigente Sergio Venegas. Antes de las 8, unos 600 autos partieron desde la vivienda particular de Salomón (foto). Y como la concurrencia de punteros y movilizadores era numerosa, el alperovichista debió colocar tres baños químicos. A todos los asistentes los recibieron con un desayuno caliente.

Dos desmayos en dos escuelas de Tafí Viejo.- Durante un recorrido por la “Ciudad del Limón”, LA GACETA presenció dos desmayos en dos establecimientos educativos distintos. Pasadas las 11, una votante sufrió una descompensación y tuvo que ser asistida. Y, media hora más tarde, otro vecino tuvo que ser trasladado en ambulancia, luego de haber sufrido una descompostura en la escuela Congreso de Tucumán.

Pese al enfrenteamiento político, en Las Talitas la votación se desarrolló con normalidad .- El equipo de LA GACETA culminó su recorrido en el municipio de Las Talitas. A las 13.30, Villa Mariano Moreno parecía un páramo. A esa hora, muy pocos votantes se encontraban en las escuelas. En la previa, el enfrentamiento político entre los hermanos Najar (Carlos Najar, presidente del Concejo Deliberante, y Adriana Najar de Morghenstein, legisladora y candidata a intendenta) prometía un comicio de alto voltaje político. Ocurre que el concejal Najar también busca llegar a la intendencia en los comicios del 23.

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