BUENOS AIRES.- Ángel Clemente Rojas es la "razón social", pero "Rojitas" es la marca, el nombre que no solamente reconoce a un hombre, sino que empadrona a todos aquellos futboleros que alguna vez pregonaron "la nuestra", como un distintivo de la manera que le gustaba a los argentinos que los identificaran cuando de jugar con la "numero cinco" se trataba, y justamente el libro "Serás Rojitas", de reciente edición, es el que mejor refleja esa membresía de una época de oro... y azul.
"Rojitas" fue un emblema icónico, y vale la redundancia como nunca, o como pocas veces, para celebrar los tiempos del potrero sano pero no exento de picardías, donde la gambeta, el caño, el amague, el freno, la pisada, y otra vez la gambeta, eran elementos insoslayables de los "sueños del pibe" que, como en el caso de Ángel Clemente, podían convertirse en realidad.
Todo esto y mucho más refleja el periodista y escritor Héctor Sánchez, que el próximo viernes cumplirá 57 años de vida dedicados en buena parte a transmitir, difundir y analizar historias y realidades, evocaciones y actualidad dura, en todos y cada uno de los medios escritos y orales en los que se desempeñó. La obra, editada por Libro Fútbol, cuenta con prólogo de otro Ángel, Cappa, tocayo de "Rojitas" no solamente por nombre, sino fundamentalmente por identificación futbolística y una manera de sentir el juego y la vida.
También está el testimonio de un ex compañero de Rojitas que supo inclusive ocupar su lugar cuando tuvo un bajón por lesión en aquel Boca Juniors de 1966 que dirigía otra figura reverenciada, como lo fue Adolfo Pedernera. En este caso, César Luis Menotti es quizás el que mejor lo describe, al precisar que "Angel Clemente Rojas es genéticamente un futbolista argentino". A los 70 años, aquel pibe emergente de los potreros de Sarandí y las divisiones juveniles de Boca, con un año para foguearse en Arsenal de Lavallol cuando la Primera D se llamaba "Aficionados", es historia viva de un tiempo de fútbol que se fue y que muy de vez en cuando parece reciclarse en otras cinturas mágicas, como las de Diego Maradona, Lionel Messi y, "creemeló, no mucho más", como le gusta decir en tono de muletilla a este "Rojitas", cuya impronta hoy se hizo libro. (Por Héctor Roberto, agencia Télam)