“En la Banda vi un paisaje semejante al de El Salvador”

El observador electoral López Calendino dijo que le llamó la atención el acarreo de votantes.

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30 Agosto 2015
Un día de elecciones en Banda del Río Salí se asemeja a un día de elecciones en el conubarno bonaerense profundo o en el interior de un país centroamericano. “En la Banda vi un paisaje semejante al de El Salvador, sobre todo por el traslado de votantes”, comentó Sebastián López Calendino, jefe del único equipo acreditado de observadores en la elección de hace una semana.

En una conversación telefónica, el subdirector del Observatorio de Estudios Electorales y Político-Institucionales de la Universidad Nacional de La Plata dijo que tenía fresco el paisaje salvadoreño porque había estado ahí en marzo, para ver los comicios. “Allá también movilizan electores a plena luz del día en autos identificados con el nombre del candidato. Todos saben quiénes trasladan y los dirigentes se dedican a controlar los accesos de los centros de la votación”, describió López Calendino, que trabajó en Tucumán con tres colegas de La Plata: José Marcelo Pérez, Lisandro Sabanés y Gabriel Darrigran. El equipo se acreditó en la Junta Electoral Provincial el 21 de agosto y, tras averiguar cuáles eran los establecimientos con antecedentes de complicaciones, conflictos y prácticas polémicas, diseñó un recorrido por San Miguel de Tucumán, Banda del Río Salí, Alderetes, Famaillá, Tafí Viejo y Yerba Buena.

El plan ejecutado durante el 23 de agosto permitió a López Calendino y a sus colegas recabar datos que formarán parte de un informe en vías de elaboración. “Nuestra meta es ayudar a mejorar los sistemas electorales a partir de una observación objetiva fundada en los principios de la Organización de los Estados Americanos”, explicó. Respecto de la experiencia tucumana, el académico de La Plata dijo que el acarreo de ciudadanos que le había llamado la atención nada más comenzar “la gira” se mantuvo durante el resto de la jornada. “Esa situación incluso demoró el traslado de un punto a otro de la provincia”, manifestó López Calendino.

El abogado expresó asimismo que vio una “desorganización entendible” por la cantidad enorme de fiscales y de candidatos que había (25.500 para 345 cargos electivos). “En algunos casos advertimos que era difícil la circulación de electores en la propia escuela. Vimos a la gente haciendo filas largas y que las mesas, en general, recién pudieron abrir a las 9 de la mañana (una hora después del horario estipulado)”, agregó.

El caos en Tafí Viejo

A título personal, López Calendino consideró que era imposible cumplir correctamente la función de presidente de mesa con 30 fiscales de partidos políticos alrededor. “Primero porque todos los fiscales quería firmar todos los sobres. Con muy buen criterio, algunos presidentes resolvieron que hubiese cuatro o cinco rúbricas”, reflexionó el profesor de Derecho Político.

En Tafí Viejo, donde hubo más candidatos a concejales “acoplados”, López Calendino afirmó que habían detectado automáticamente que el cuarto oscuro no fue utilizado como establece la ley, en el sentido de facilitar al votante la posibilidad de distinguir la boleta buscada. “Los cuartos oscuros eran recintos desordenados, con papeles en el piso porque las mesas y sillas de las aulas no alcanzaban”, expresó. Y agregó que entendía que este tipo de cuarto oscuro desalentaba a quien quería sufragar: “a nadie le gusta entrar a votar y encontrar un caos. Por la rapidez con la que ingresaban y salían los electores, entendemos que llevaban la boleta preparada”, razonó.

El observador enfatizó que en Tucumán se sigue usando la boleta impresa en blanco y negro, y en un papel de mala calidad, cuando el color se incorporó hace años a las elecciones nacionales. “Vimos boletas fotocopiadas que se dieron por válidas. Hay que revisar y regular esto: poner colores para distinguir mejor a los candidatos y, por supuesto, aumentar los requisitos para limitar el número de los acoples”, recomendó.

López Calendino refirió que su grupo conversó con electores que habían recibido bolsones de comida de diferentes fuentes y que decían haber aprovechado la ocasión para acopiar alimentos. “El malestar social que generó la elección de Tucumán tiene en parte que ver con la proximidad de los comicios nacionales. Estos procesos no deberían mezclarse”, analizó López Calendino, que condenó la represión policial de los manifestantes ocurrida el lunes 24 de agosto así como el intento de ingresar con votos al escrutinio definitivo por parte de numerosos fiscales de partidos políticos. Y definió: “eso no es picardía, sino una tentativa de fraude lisa y llana”.

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