Otra final es posible

Argentina ganó el doble y vence 2-1 a Bélgica; hoy, ganar un single.

SALUDO DE TRIUNFO. Carlos Berlocq y Leonardo Mayer se saludan luego de consumar el trabajoso éxito en el dobles. REUTERS SALUDO DE TRIUNFO. Carlos Berlocq y Leonardo Mayer se saludan luego de consumar el trabajoso éxito en el dobles. REUTERS
Permítanme, de entrada, meterme en el lugar común. El tercer punto de la serie contra Bélgica fue un partido que tuvo todos los condimentos que hacen de la Copa Davis un ámbito especial, diferente, tantas veces inexplicable. Leonardo Mayer y Carlos Berlocq derrotaron a Steve Darcis y Ruben Bemelmans por 6-2, 7-6, 5-7 y 7-6 y dejaron presentado un domingo en el que el equipo dirigido por Daniel Orsanic tendrá dos singles para ganar el punto que le falta rumbo al objetivo de jugar la final.

El score de ayer denota una marcada paridad aunque vale apelar esa sentencia para afirmar que hubo dos partidos en uno. Hasta el 5-2 del segundo set sólo hubo un equipo en la cancha. Los argentinos exhibieron una actitud arrolladora acompañada de notable lucidez para tomar decisiones y una maravillosa exactitud al momento de ejecutar. Del otro lado, ni siquiera se percibía rebeldía ante el orden establecido.

Casi lógico, entonces que, tras casi 90 minutos de juego, llegara cierta relajación, fundamentalmente del lado de Mayer. “Leo” pareció mostrar en ese tramo el cansancio mental acumulado en su triunfo del viernes. Dos quiebres seguidos de los locales levantaron al público y llenaron de incógnitas el resto del juego. Y más allá de que el segundo set se ganó en tie-break, el escenario era otro. Desde ese momento, todo fue parejo, con genialidades y errores incomprensibles, con arrestos anímicos y gestos de desesperanza. También, claro, con números cambiantes. Argentina no tuvo firmeza, Bélgica tampoco. Y entonces, así como todo terminó en el cuarto set, bien pudo haber llegado al quinto. El último saque ganador de Berlocq desinfló en todos un profundo suspiro de alivio.

La jornada de domingo se presenta seductora, atrapante. Otra vez, bien copera. Un Mayer cansado intentará casi una proeza ante David Goffin. Y luego, si es necesario, no debiera sorprendernos ver a Diego Schwartzman intentando pescar el punto decisivo. ¿Contra quién? A esta altura vale pensar que los belgas tienen mucho por conversar antes de tomar esa decisión.

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