22 Septiembre 2015
REUTERS
SAN PABLO, Brasil.- La moneda brasileña volvió a depreciarse, con lo que se aceleró la crisis económica y política del gobierno de Dilma Rousseff. En lo que va del año, el real ya perdió 33% de su valor ante la divisa estadounidense.
Hoy, el dólar rompió la barrera de los 4 reales y tocó así su máximo histórico. A los pocos minutos de la apertura de la Bolsa de San Pablo, se cotizaba a 4,03 unidades por dólar.
La moneda cayó así al valor más bajo desde su implantación en 1994 presionado por las dificultades que encara el gobierno de Rousseff para poner en marcha un plan de ajuste para evitar un déficit presupuestario, en medio de una crisis que incluye un gran escándalo de corrupción en la estatal Petrobras que salpica al gobierno.
Las dificultades económicas se vieron reflejadas en el proyecto de presupuesto para el próximo año que el gobierno envió al Parlamento a comienzos de este mes y que por primera vez en la historia de Brasil preveía un déficit de unos 8500 millones de dólares, o sea el 0,5% del producto bruto interno (PBI).
Como resultado, la agencia calificadora de riesgo Standard & Poor's (S&P) le quitó a Brasil su grado de inversión.
El sombrío panorama económico también incluye una previsión de recesión que durará al menos dos años: una contracción de 2,5% del PBI para este año y de 0,5% para 2016. Mientras tanto, la inflación se mantiene muy alta (ya supera el 9%), el desempleo crece día a día (8%) y la popularidad de Dilma está en el mínimo histórico para un presidente (alrededor del 8%). (Reuters)
Hoy, el dólar rompió la barrera de los 4 reales y tocó así su máximo histórico. A los pocos minutos de la apertura de la Bolsa de San Pablo, se cotizaba a 4,03 unidades por dólar.
La moneda cayó así al valor más bajo desde su implantación en 1994 presionado por las dificultades que encara el gobierno de Rousseff para poner en marcha un plan de ajuste para evitar un déficit presupuestario, en medio de una crisis que incluye un gran escándalo de corrupción en la estatal Petrobras que salpica al gobierno.
Las dificultades económicas se vieron reflejadas en el proyecto de presupuesto para el próximo año que el gobierno envió al Parlamento a comienzos de este mes y que por primera vez en la historia de Brasil preveía un déficit de unos 8500 millones de dólares, o sea el 0,5% del producto bruto interno (PBI).
Como resultado, la agencia calificadora de riesgo Standard & Poor's (S&P) le quitó a Brasil su grado de inversión.
El sombrío panorama económico también incluye una previsión de recesión que durará al menos dos años: una contracción de 2,5% del PBI para este año y de 0,5% para 2016. Mientras tanto, la inflación se mantiene muy alta (ya supera el 9%), el desempleo crece día a día (8%) y la popularidad de Dilma está en el mínimo histórico para un presidente (alrededor del 8%). (Reuters)
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