Por Carlos Werner
15 Octubre 2015
EL VEHÍCULO.“Ricardito” manejó con maestría el VW Gol que le prepara el equipo Núñez. la gaceta / fotos de Florencia Zurita
“Después de la carrera en El Cadillal, ya en casa, me miré al espejo me dije: ‘fijate a dónde llegaste después de que a principios de año tenías dudas sobre si seguir corriendo’”. Quienes conocen a Ricardo Collado (h) saben de su amabilidad en el trato; de su caballerosidad deportiva y de sus condiciones como piloto. Pero también de sus pasos seguros.
Este corredor, de 36 años, fue el primero en coronarse campeón de la temporada 2015 del Rally Provincial. Lejos de su bajo perfil abajo del auto, digno de un Dr.Jekyll, el Mr. Hyde se “manifiesta” arriba del VW Gol que maneja. Basta con ver cómo “trituró” a sus rivales en la clase A-6: venció en todas las carreras y se dio el gusto de ganar alguna general.
“Venía de años complicados, de muchos abandonos, de quedarme siempre a las puertas de un campeonato. Eso contribuye mucho para que uno dude de su presente y de su futuro. Hasta llega a pensar que está haciendo algo mal, que no tiene suerte” sostiene “Ricardito”, como sacándose un peso de encima.
El punto de inflexión para él empezó en las últimas tres fechas del año pasado, cuando fue a correr a Santiago del Estero y ganó. El empujón anímico fue imparable cuando este año decidió ingresar al equipo que controlan Marcos Núñez y su hijo. Esa fue toda una novedad, ya que durante años hizo preparar sus coches en talleres de otras provincias.
“Quería tener el auto en Tucumán. Noté que los Núñez trabajaban con seriedad, que le ponían corazón a la preparación y aposté por eso. Me recibieron de la mejor manera y descubrí la condición humana de los integrantes de este equipo. Me sentí cómodo de entrada. Terminamos conformando un muy buen grupo, al que también se incorporó mi navegante, Gabriel Gubaira”, aseguró.
El paso de las carreras le trajo los resultados. Y el entusiasmo creció y creció. Así, logró lo que venía buscando hace tiempo: “rompí una racha que me perseguía, esa que hacía que siempre me falte ‘uno para el peso’”, expresó.
“Ricardito” siente que su papá, Ricardo, es fundamental en lo que le está pasando (“es el artífice de este logro, sin él esto sería imposible. Siempre estuvo a mi lado”). Dice que si bien al resto de la familia nunca le gustó que corriera, entiende que se piense así (“es un deporte de alto riesgo que se lleva o no en la sangre. Yo lo llevo”). Y asegura que sus hijos le piden que no corra (“hace dos años, camino al rally de El Mollar, el más chico, Zacarías, estuvo toda la semana previa pidiéndome que no vaya”).
“Aunque me apasiona, el automovilismo no es todo en mi vida. Me encanta el fútbol, soy fanático de Atlético y sigo a Independiente. Igual, los motores están primero”, afirmó este empresario que dice trabajar más de 11 horas de lunes a sábado; los domingos se los dedica a la familia y a los amigos.
- Al ver tu historial, se ven muchísimos triunfos, varios títulos y algunas incursiones nacionales. ¿Por qué parece que siempre estuvieras en el umbral para despegar en tu carrera deportiva?
- Quizás por mi personalidad. Soy de perfil bajo, muy callado. Me cuesta entrar mucho en confianza. Quizás por mi carácter tímido. Pero cuando me siento cómodo, las cosas cambian. Quizás si hubiera sido más abierto, hubiese ido a golpear puertas, a pedir apoyo. Esas son cosas que me costaron mucho. De allí que siempre me manejé con lo que tengo a mano. No sé si eso podría cambiar. Soy así. Es complicado modificarlo. Pero aunque aparezca el apoyo económico, yo me debo a mi negocio y al de mi papá. Estoy atado a eso. Ir a una categoría nacional y alejarme de esto una semana o diez días sería muy complicado. Tengo en claro mis responsabilidades, es algo que no puedo obviar. No obstante, lograr este título me dio una pauta para ver si de una u otra manera podrían acomodar mis tiempos para hacer algo distinto en 2016”.
Este corredor, de 36 años, fue el primero en coronarse campeón de la temporada 2015 del Rally Provincial. Lejos de su bajo perfil abajo del auto, digno de un Dr.Jekyll, el Mr. Hyde se “manifiesta” arriba del VW Gol que maneja. Basta con ver cómo “trituró” a sus rivales en la clase A-6: venció en todas las carreras y se dio el gusto de ganar alguna general.
“Venía de años complicados, de muchos abandonos, de quedarme siempre a las puertas de un campeonato. Eso contribuye mucho para que uno dude de su presente y de su futuro. Hasta llega a pensar que está haciendo algo mal, que no tiene suerte” sostiene “Ricardito”, como sacándose un peso de encima.
El punto de inflexión para él empezó en las últimas tres fechas del año pasado, cuando fue a correr a Santiago del Estero y ganó. El empujón anímico fue imparable cuando este año decidió ingresar al equipo que controlan Marcos Núñez y su hijo. Esa fue toda una novedad, ya que durante años hizo preparar sus coches en talleres de otras provincias.
“Quería tener el auto en Tucumán. Noté que los Núñez trabajaban con seriedad, que le ponían corazón a la preparación y aposté por eso. Me recibieron de la mejor manera y descubrí la condición humana de los integrantes de este equipo. Me sentí cómodo de entrada. Terminamos conformando un muy buen grupo, al que también se incorporó mi navegante, Gabriel Gubaira”, aseguró.
El paso de las carreras le trajo los resultados. Y el entusiasmo creció y creció. Así, logró lo que venía buscando hace tiempo: “rompí una racha que me perseguía, esa que hacía que siempre me falte ‘uno para el peso’”, expresó.
“Ricardito” siente que su papá, Ricardo, es fundamental en lo que le está pasando (“es el artífice de este logro, sin él esto sería imposible. Siempre estuvo a mi lado”). Dice que si bien al resto de la familia nunca le gustó que corriera, entiende que se piense así (“es un deporte de alto riesgo que se lleva o no en la sangre. Yo lo llevo”). Y asegura que sus hijos le piden que no corra (“hace dos años, camino al rally de El Mollar, el más chico, Zacarías, estuvo toda la semana previa pidiéndome que no vaya”).
“Aunque me apasiona, el automovilismo no es todo en mi vida. Me encanta el fútbol, soy fanático de Atlético y sigo a Independiente. Igual, los motores están primero”, afirmó este empresario que dice trabajar más de 11 horas de lunes a sábado; los domingos se los dedica a la familia y a los amigos.
- Al ver tu historial, se ven muchísimos triunfos, varios títulos y algunas incursiones nacionales. ¿Por qué parece que siempre estuvieras en el umbral para despegar en tu carrera deportiva?
- Quizás por mi personalidad. Soy de perfil bajo, muy callado. Me cuesta entrar mucho en confianza. Quizás por mi carácter tímido. Pero cuando me siento cómodo, las cosas cambian. Quizás si hubiera sido más abierto, hubiese ido a golpear puertas, a pedir apoyo. Esas son cosas que me costaron mucho. De allí que siempre me manejé con lo que tengo a mano. No sé si eso podría cambiar. Soy así. Es complicado modificarlo. Pero aunque aparezca el apoyo económico, yo me debo a mi negocio y al de mi papá. Estoy atado a eso. Ir a una categoría nacional y alejarme de esto una semana o diez días sería muy complicado. Tengo en claro mis responsabilidades, es algo que no puedo obviar. No obstante, lograr este título me dio una pauta para ver si de una u otra manera podrían acomodar mis tiempos para hacer algo distinto en 2016”.