04 Diciembre 2015
Entre el periodismo de investigación y el revisionismo histórico, Juan Bautista “Tata” Yofre concibió su último libro, Puerta de Hierro (Sudamericana), su más reciente reconstrucción sobre la vida de Juan Domingo Perón durante el exilio en España. Además de repasar y de analizar hechos relevantes de aquella época, el escritor contó en una entrevista con LA GACETA algunos datos inéditos que contiene su trabajo. Y entre anticipos y revelaciones, el ex director de la Secretaría de Inteligencia del Estado (1989) habló sobre periodismo militante y el relato kirchnerista.
- ¿Cuáles son los pilares que sostienen sus investigaciones?
- Mi único pilar es la verdad, y los pilares se construyen con documentos. No soy afín a trabajar con testimonios. Si los hay, los grabo, pero muchos de los testimonios que me dan no se paran en la época en que trato. Es gente, por lo general, muy bien intencionada, que me cuenta su versión de aquellos momentos pero con una adaptación al presente. Y eso no me sirve. Por eso lo que hago es arqueología documental.
- ¿En qué consiste?
- Busco papeles. Porque los hay. Sé que los hay. Para este libro (Puerta de Hierro) he consultado cinco archivos: lo que queda del archivo de Perón, que estaba en el “cuarto de los cocodrilos”; el archivo de Jorge Daniel Paladino; de Ricardo Gayol, quien primero administró los bienes (del ex presidente) desde Paraguay; luego el archivo de Luis González Torrado, el segundo y más importante administrador de Perón. También el archivo de Héctor Villalón y otro muy importante, que perteneció al mayor Pablo Vicente, delegado (del líder del Partido Justicialista) en Uruguay de los 60 a los 70. A todo eso hay que sumarle el archivo de la Inteligencia Checa, donde encontré informes de la KGB (servicio secreto ruso) sobre Argentina en los 60. Eso también está en el libro. A todo eso lo complementé con testimonios y bibliografía, para que no falten las dos versiones de un mismo hecho.
- ¿Qué era el “cuarto de los cocodrilos”?
- Era un subsuelo donde Perón tenía los libros que no leía habitualmente. Allí guardaba sus fichas, correspondencia, las grabaciones que hacía, y una mesa de carpintero, porque le gustaba trabajar manualmente. Una vez dijo: “aquí sólo faltan cocodrilos”, y así quedó el nombre. El archivo completo se lo robaron, pero hay papeles muy importantes que guardan relación con la vida de Perón en los 17 años que estuvo afuera, y que logré unir de dos lugares distintos: uno está identificado con Mario Rotundo, y el otro no puedo decir el nombre dado el tiempo en que estoy viviendo. El gobierno (kirchnerista) no ha sido piadoso conmigo, y eso está probado.
- Sus investigaciones suelen arrojar hipótesis. La Revolución Libertadora hablaba de un Perón millonario en el exterior. Su trabajo desmitifica eso...
- Mucha gente ha hablado sobre eso (la supuesta fortuna de Perón) y se ha equivocado y mentido. La verdad está en los papeles. Primero de Perón con Gayol, donde le menciona un cheque de $ 1.500 trimestrales que le mandaban. En el primer tiempo Perón tenía oficialmente para gastar 500 dólares. Luego, en la correspondencia con González Torrado, aparecen dos papeles escritos a mano (por el ex presidente) que son dos asientos contables. Responden a los pagos que fue recibiendo de (Rogelio) Frigerio y de (Arturo) Frondizi a partir de agosto de 1958, como consecuencia del Pacto de Caracas. Eso llevó (sus ingresos) a medio millón de dólares. En el libro, como algo inédito, explico qué trabajo hacía González Torrado.
- ¿Puede contar a qué refiere el título del libro?
- Puerta de Hierro es una localidad del conurbano madrileño, que cuando Perón compró (una propiedad) estaba en pleno crecimiento. Hoy, 40 años después, es un centro importante, donde vive gente con poder adquisitivo. Perón vivía en la calle Navalmanzano 6. Compró ese bien en los 60 y construyó una casa que resultó una suerte de meca de la Argentina. Hasta allí viajarían peronistas y no peronistas para recibir la bendición o para conversar en pos de alguna alianza.
- Realiza una reconstrucción histórica del peronismo. ¿Cómo convive con el relato kirchnerista?
- Vamos a la actualidad: cuando vos descubrís que hay un listado de gente que es seguida (alude a una denuncia de Patricia Bullrich y Laura Alonso), y al mismo tiempo descubrís que hay un listado que tenía (César) Milani de seguimiento de determinadas personas, y en ambas listas estoy yo, no hace más que confirmar que tenía razón cuando decía que me estaban diciendo. Yo no trabajaba desde el teléfono de casa; tenía que irme a una cabina para proteger a mis fuentes. En dos oportunidades allanaron mi casa; la última, durante 13 horas. Mi mérito ha sido construir una historia a la que ellos castigaban con un relato falso, y yo contesté con documentos de la época que son inamovibles.
- ¿Cuáles son los pilares que sostienen sus investigaciones?
- Mi único pilar es la verdad, y los pilares se construyen con documentos. No soy afín a trabajar con testimonios. Si los hay, los grabo, pero muchos de los testimonios que me dan no se paran en la época en que trato. Es gente, por lo general, muy bien intencionada, que me cuenta su versión de aquellos momentos pero con una adaptación al presente. Y eso no me sirve. Por eso lo que hago es arqueología documental.
- ¿En qué consiste?
- Busco papeles. Porque los hay. Sé que los hay. Para este libro (Puerta de Hierro) he consultado cinco archivos: lo que queda del archivo de Perón, que estaba en el “cuarto de los cocodrilos”; el archivo de Jorge Daniel Paladino; de Ricardo Gayol, quien primero administró los bienes (del ex presidente) desde Paraguay; luego el archivo de Luis González Torrado, el segundo y más importante administrador de Perón. También el archivo de Héctor Villalón y otro muy importante, que perteneció al mayor Pablo Vicente, delegado (del líder del Partido Justicialista) en Uruguay de los 60 a los 70. A todo eso hay que sumarle el archivo de la Inteligencia Checa, donde encontré informes de la KGB (servicio secreto ruso) sobre Argentina en los 60. Eso también está en el libro. A todo eso lo complementé con testimonios y bibliografía, para que no falten las dos versiones de un mismo hecho.
- ¿Qué era el “cuarto de los cocodrilos”?
- Era un subsuelo donde Perón tenía los libros que no leía habitualmente. Allí guardaba sus fichas, correspondencia, las grabaciones que hacía, y una mesa de carpintero, porque le gustaba trabajar manualmente. Una vez dijo: “aquí sólo faltan cocodrilos”, y así quedó el nombre. El archivo completo se lo robaron, pero hay papeles muy importantes que guardan relación con la vida de Perón en los 17 años que estuvo afuera, y que logré unir de dos lugares distintos: uno está identificado con Mario Rotundo, y el otro no puedo decir el nombre dado el tiempo en que estoy viviendo. El gobierno (kirchnerista) no ha sido piadoso conmigo, y eso está probado.
- Sus investigaciones suelen arrojar hipótesis. La Revolución Libertadora hablaba de un Perón millonario en el exterior. Su trabajo desmitifica eso...
- Mucha gente ha hablado sobre eso (la supuesta fortuna de Perón) y se ha equivocado y mentido. La verdad está en los papeles. Primero de Perón con Gayol, donde le menciona un cheque de $ 1.500 trimestrales que le mandaban. En el primer tiempo Perón tenía oficialmente para gastar 500 dólares. Luego, en la correspondencia con González Torrado, aparecen dos papeles escritos a mano (por el ex presidente) que son dos asientos contables. Responden a los pagos que fue recibiendo de (Rogelio) Frigerio y de (Arturo) Frondizi a partir de agosto de 1958, como consecuencia del Pacto de Caracas. Eso llevó (sus ingresos) a medio millón de dólares. En el libro, como algo inédito, explico qué trabajo hacía González Torrado.
- ¿Puede contar a qué refiere el título del libro?
- Puerta de Hierro es una localidad del conurbano madrileño, que cuando Perón compró (una propiedad) estaba en pleno crecimiento. Hoy, 40 años después, es un centro importante, donde vive gente con poder adquisitivo. Perón vivía en la calle Navalmanzano 6. Compró ese bien en los 60 y construyó una casa que resultó una suerte de meca de la Argentina. Hasta allí viajarían peronistas y no peronistas para recibir la bendición o para conversar en pos de alguna alianza.
- Realiza una reconstrucción histórica del peronismo. ¿Cómo convive con el relato kirchnerista?
- Vamos a la actualidad: cuando vos descubrís que hay un listado de gente que es seguida (alude a una denuncia de Patricia Bullrich y Laura Alonso), y al mismo tiempo descubrís que hay un listado que tenía (César) Milani de seguimiento de determinadas personas, y en ambas listas estoy yo, no hace más que confirmar que tenía razón cuando decía que me estaban diciendo. Yo no trabajaba desde el teléfono de casa; tenía que irme a una cabina para proteger a mis fuentes. En dos oportunidades allanaron mi casa; la última, durante 13 horas. Mi mérito ha sido construir una historia a la que ellos castigaban con un relato falso, y yo contesté con documentos de la época que son inamovibles.
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