El tucumano que le cambió la cabeza a Huracán

Ignacio Bossi, fanático del "Santo", es el coach que guía a los jugadores del "Globito".

SELFIE. “Nacho” y Toranzo, en el Monumental, antes de jugar contra River. FOTO DE IGNACIO BOSSI SELFIE. “Nacho” y Toranzo, en el Monumental, antes de jugar contra River. FOTO DE IGNACIO BOSSI
09 Diciembre 2015
Desde su departamento en Puerto Madero cuenta cuán aferrado a la camiseta de San Martín está aún cuando su vida en la gran ciudad, la de la furia para muchos forasteros, lo tiene felizmente atado desde hace ya 16 años. Ignacio Bossi se recibió de ingeniero, colgó el título y viajó a Barcelona donde hizo un Master en dirección de equipos y de empresas y, por esas cosas del destino, después encontró su eje en el rubro del coaching, una carrera prácticamente nueva que apunta a fortalecer el liderazgo de un presidente hasta de un ama de casa.

Bossi llegó a ser coach porque en su corazón y en su cabeza está el sueño de aplicar su conocimiento al deporte. Precisamente al rugby, porque, dice el ex Lawn Tennis, su sueño es llegar a ser coach (no DT) de Los Pumas y ayudar a vencer por fin a los All Blacks. Suena a utopía su anhelo, pero Bossi, padre de Francisco, de 8 años, jamás se dará por vencido. Está en su naturaleza, así como también lo está encarar nuevos desafíos.

Y así, después de dictar algunos cursos de verano en distintas universidades, le llegó la propuesta de aplicar su experiencia en el deporte. Lo hizo y ganó. Primero fue coach del árbitro Patricio Loustau y del piloto Tomás Cingolani. Y después de forjar casi una relación de amistad con el entonces capitán de Huracán, hoy DT, Eduardo Domínguez, llegó a “globito” a dar una mano.

“Tengo mi vida casi armada, pero llegó la propuesta y no lo dudé”, cuenta “Nacho”, que ríe cuando se le consulta si está las 24 horas disponible para los jugadores. “Ja, sí, funciona el 0800-‘Nacho’”, responde. Bossi es el primer coach que arribó a un equipo de Primera de fútbol en el país. “El coaching en el mundo del deporte es una disciplina nueva y en el fútbol todo lo nuevo tiene su enorme desafío”, precisa quien desde que se sumó a Huracán hace seis meses alcanzó varios objetivos. “Ganar el clásico, que hacía años no lo lográbamos y, por supuesto salvarnos del descenso”, comenta “Nacho”, que además festeja otra meta cumplida: “clasificarnos a la Libertadores”. Falta: “si nos va bien (hoy) también podemos llegar a la Sudamericana, por ser campeones defensores, je”, dice.

“Nacho” es un amante de los desafíos; es lo que trata de hacerles ver a sus jugadores, en realidad, sus estudiantes. “El coach ayuda al futbolista en su fortaleza mental. Son pocos los deportes en donde se entrena eso y Domínguez quiso aplicarlo en su grupo. El coach ayuda a un jugador y al equipo a cumplir un sueño”, dice Bossi sobre su tarea. Él sería algo así como un psicólogo deportivo, pero sin tratar patologías o enfermedades. “Las psicología se aplica en un paciente que tiene una patología marcada; en cambio el coach trata con un aprendiz, con una persona sana que quiere conseguir una meta”.

Los alumnos

Ignacio revela que el primer desafío mental que debe superar un futbolista es cuando queda al margen de la lista de concentrados. “En un plantel de 29 futbolistas, son 18 los que se concentran. La lista, obviamente, genera un cimbronazo psicológico. Puede que la frustración del futbolista por no estar le genere una bronca hacia el DT. A ese malestar lo llamamos energía tóxica. Trabajamos para que eso no suceda y que el futbolista analice el porqué y qué debe hacer para estar en la lista”, explica.

Cuando la temporada pinta para atrás, “Nacho” da un ejemplo de cuánto influye la cabeza en un futbolista. “Si el equipo está mal, la sala de kinesiología no da abasto, está a full. Hay un vínculo entre la kinesiología y el coaching. Pero si el equipo está bien, es todo lo contrario. En Huracán, por caso, es impresionante como se redujo esa situación. El equipo está mejor, los resultados acompañan y nadie quiere perderse nada. Están todos recontra enchufados de la cabeza”, festeja quien suele ser clave en apoyar y apuntalar las emociones de los futbolistas del club de Parque Patricios.

En cuanto a Domínguez, “Nacho” lo ve como un líder nato, un estudioso. “Desarrolló tres ideas centrales a aplicar en el grupo y en la institución: orden, agresividad y humildad. Busca generar una identidad”, añade Bossi, cuyos talleres en Huracán se dictan antes de los entrenamientos. “Trabajamos en cómo enfrentar la adversidad. Que te hagan un gol, que vayas a cobrar y no esté el dinero, son adversidades, por ejemplo”, dice y afirma que en la final de hoy contra Independiente Santa Fe, la cabeza del grupo está por las nubes. “Es un lindo desafío”.

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