20 Diciembre 2015
La violencia
La elección del homicidio doloso como variable a cuantificar no es arbitraria sino que, según expresa el doctor Raúl Eugenio Zaffaroni, se trata de un indicador universalmente utilizado para señalar el máximo grado de violencia interpersonal en una socieda. Este dato duro posibilita medir la violencia más extrema de un país, y compararla con ciudades de la región y del mundo, señala el informe. Zaffaroni agrega que el homicidio doloso es el delito con menor “cifra negra” (siempre queda algún tipo de registro) y su estudio permite dar cuenta de otros fenómenos.
La medición
Para la Organización Panamericana de la Salud, un índice normal de criminalidad oscila entre 0 y 5 homicidios por cada 100.000 habitantes por año. Cuando el índice de homicidios está entre 5 y 8 la situación es delicada, pero, cuando excede de 8, nos hallamos frente a un cuadro de criminalidad “epidémica”, según señala el sociólogo Bernardo Kliksberg en “Mitos y realidades sobre la criminalidad en América latina”, 2007. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la violencia interpersonal en el mundo muestra que algunos países de América Latina y el Caribe tienen las tasas de homicidio más altas, así como la mayor cantidad de ese delito cometido con armas de fuego. La OMS estima que en 2012 hubo 165.617 muertes en la región por homicidios, es decir, 28,5 homicidios por 100.000 habitantes, más del cuádruple de la tasa mundial de homicidio. Los países más violentos son Venezuela y Honduras.
Tasa tucumana: 7,66
Eloísa Rodríguez Campos, relatora del Ministerio Público, informó que 111 homicidios sobre 1.448.188 habitantes da una tasa de 7,66 asesinatos cada 100.000 habitantes. La mayoría de ellos ocurrió en el área del Centro Judicial Capital (de Burruyacu a Lules), con 92 muertos, y cifras mucho menores en los centros de Concepción (9) y Monteros (10). Rodríguez Campos dijo que Argentina, con 2.888 muertos, tiene una tasa de 7,03. Al comparar con otros países, destacó que Latinoamérica y Sudáfrica son muy violentos (Honduras con una tasa de 51,49) y Europa del Norte, muy pacífica, con una tasa del 0,8. “Argentina, Chile y Uruguay tienen los porcentajes más bajos”, explicó.
De las 17 mujeres asesinadas, nueve fueron víctimas de femicidio en el ámbito familiar. “Si se toma en cuenta el género de las víctimas en la tasa general, el 84% son hombres, mientras que sólo el 15,3% son mujeres. Pero si analizamos lo que ocurre en lo que refiere a violencia intrafamiliar, la cantidad de mujeres victimizadas alcanza el 60%”.
Pocos menores
Un dato llamativo es la baja participación de menores de edad en hechos delictivos extremos, tanto víctimas como victimarios. El 8,2% de las víctimas son menores de 18 (10 casos) y el 12% de los victimarios son adolescentes no punibles (menores de 16 años: 4 casos) y adolescentes punibles (menores de 18 años: 12 casos). Rodríguez Campos señaló la importancia de estudiar el bajo número de menores involucrados en hechos delictivos de extrema violencia.
Armas de fuego
En 67 homicidios hubo armas de fuego. Es el 60% de los casos. En 32 asesinatos hubo cuchillos (29%) y el más común fue el de cocina. “El tramontina”, precisó Marcelo Rubinstein, relator de la Corte. No se especifica si se trata de armas de uso civil, de tipo policial o “hechizas”. Otros elementos son palos y demás objetos (6 homicidios) y en seis casos no se conoce el arma usada. Con 34 homicidios, domingo es el “día de mayor muerte” -dijo Rubinstein. Más del 65% de los casos ocurrieron en fines de semana “extendidos”. 67 asesinatos sucedieron en la vía pública (ocasión de robo, legítima defensa, riñas y venganzas) y 34 en viviendas (en general, violencia intrafamiliar). En cuanto a la franja horaria, el 48% de los homicidos ocurrió de noche, entre las 22 y las 6 (53 asesinatos) y el 32% por la tarde-noche, de 14 a 22 (35 casos)
Al determinar los móviles, Rubinstein señaló las peleas barriales (el 60%) y desató que “se matan más amigos que enemigos”. Hubo 50 homicidios de este tipo. El segundo móvil es el robo (14 casos). De allí se desprenden el móvil de legítima defensa, donde puede haber robo pero la víctima mortal es el ladrón o asaltante: 10 casos. Otro móvil que se desprende de ocasión de robo es el homicido por intervención policial (4 casos). En la estadística del año pasado, estos tres ítems estaban sumados. Si los unimos, este año serían 28 homicidios en ocasión de robo. El último móvil es violencia intrafamiliar (15 homicidios).
Las zonas
Los lugares de mayor ocurrencia son Villa 9 de Julio y el sur de la capital, explicó Franco Venditti, del Ministerio de Seguridad de la Nación. Añadió que dentro de las cuatro avenidas sólo hubo un homicidio (en San Martín al 100), y casi no hubo asesinatos en la línea de las avenidas Mate de Luna y Aconquija, de Capital a Yerba Buena. “Convendría ahondar el estudio de las zonas conflictivas, y hacer un trabajo más territorial para comprender los conflictos y aportar a políticas públicas”, dijo. Y añadió: “nos indicaría que se debe trabajar en el fortalecimiento de los vínculos vecinales y comunitarios”.
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