En Los Ralos, nuevos y salientes exigen contratos

Las cubiertas encendidas habían sido desparramadas el lunes sobre la ruta 303. Ayer, ardieron frente al portón de entrada de la comuna de Los Ralos, localidad del este ubicada 22 kilómetros de la capital. Una treintena de empleados transitorios de la administración, apoyados por los de planta permanente, se manifestó y tomó el edificio.

Los contratos que tenían se vencieron el 31 de diciembre y, con el cambio de comisionado comunal, el futuro del grupo era incierto. El lunes había sido el primer día hábil del año y el nuevo delegado, Juan Brandán (Tucumán Innovador), había retirado las planillas de asistencia de quienes habían entrado a trabajar durante la gestión anterior, de Mario Tizeira (Frente para la Victoria). Cerca del mediodía, los empleados recibieron el compromiso de funcionarios del Ministerio del Interior de que mantendrían sus puestos y levantaron la medida.

Los Ralos, de 21.000 habitantes- 8.500 de ellos votantes- había sido noticia luego de que las elecciones de agosto se suspendieran por episodios de violencia y quema de urnas. Por ello, se celebraron comicios complementarias en noviembre y Brandán, representante del acople de los mellizos José y Enrique Orellana, lleva recién un mes frente a la comuna. La planta de personal total llega a la centena de personas.

Los tuyos y los míos

Tras bloquear el ingreso a la comuna, los manifestantes tendieron un tablón de madera e hicieron una fogata para cocinar. Pegaron sobre las paredes cartulinas con pedidos para el gobernador y el vicegobernador, Juan Manzur y Osvaldo Jaldo. Por momentos, se congregaban y aplaudían frente a las gomas en llamas. Por lo bajo, sostenían que Brandán pretendía darle sus trabajos a gente que lo había apoyado en la campaña. La mayoría de los transitorios son obreros que se dedican a desmalezar o recolectar la basura en los 26 barrios raleños.

“Los delegados entrantes deberían gestionar nuevas fuentes para la gente que los acompaña. Es la manera en la que el pueblo crecerá. Qué sentido tiene dejar 30 familias sin trabajo y tomar otras 30”, renegó Héctor Rocha, empleado transitorio y delegado gremial de ATE. Explicó que los sueldos rondan los $8.000, pero que el básico es sólo de $1.500 (el resto son cifras no remunerativas). “Los contratados suelen ser amenazados con ser despedidos para cumplir más horas de las que deben. Y el trabajo político nos lo hacen hacer siempre. Todos trabajamos para el proyecto Manzur- Jaldo. En época política nos habían dicho que todos los contratados tendrían continuidad”, lamentó el joven.

Daniel Alderete, otro trabajador transitorio, advirtió que la protesta estaba destinada a la Casa de Gobierno. “Gracias al interior el Gobierno ganó las elecciones. Ahora queremos una respuesta. No nos moveremos hasta tener una respuesta concreta”, desafió.

Sonia Leguizamón, de planta permanente, apuntaló el reclamo. “Manzur y Jaldo tuvieron muchos votos en esta zona. La gente que está protestando está desesperada. Todos tienen familias a cargo”, expresó. Mario Díaz, uno de los empleados permanentes más antiguos, lamentó que durante todos los cambios de Gobierno se hayan vivido situaciones similares. “Hace 41 años que veo esto. Llegue a ser comisionado interino y vi pasar 12 delegados. El nuevo se toma atribuciones, es un irrespetuoso. Se dio el lujo de sacar a los administrativos de años y de mandarlos con escoba a la calle. Fui jefe de personal y ahora me manda a barrer. Y para poner a su gente quiere sacar a estos pobres contratados. Los usaron diciéndoles que había que ganar las elecciones para seguir. No puede pasar más”, rechazó. “Así vivimos y así nos va”, sentenció.

“No tengo la intención de dejar sin trabajo a nadie, pero necesito poner a mi gente”, reconoció Brandán por teléfono a LA GACETA. El comisionado fue cosechero de limones y esta es su primera experiencia política. Afirmó que cuenta con unos 80 colaboradores para nombrar. “La comuna era un desastre. Todo sucio y sin iluminación. No había palas ni escobas, todo nos dio el Ministerio. Estamos trabajando, pero el personal es insuficiente”, advirtió.

Cerca de las 12.30, Tizeira entró en el predio comunal. “Hay acuerdo, todos seguirán contratados”, anunció en el centro de una ronda. Algunas mujeres lloraban y los hombres se palmeaban la espalda y abrazaban. El ex comisionado aseguró a este diario que trabaja en el Ministerio del Interior y que se iba a respetar a los trabajadores que estaban y a incluir a los solicitados por su sucesor. La protesta cesó y los empleados invitaron al funcionario a comer.

Después del anuncio, en el Ministerio se reunieron el ministro Miguel Acevedo, el secretario de Grandes Comunas, César Dip y Brandán. “La idea es no desproteger a nadie, dentro de las posibilidades económicas de la Provincia. Estamos tratando cada caso. Creemos que durante la semana todo estará normalizado. Los contratos se hacen por seis meses y terminaron el 31. Por los feriados, no se pudo cumplir con los trámites de renovación. La gente está ansiosa, pero son 93 las comunas. Les pido tranquilidad, habrá respuestas para todos con el paso de los días”, afirmó Dip.