18 Enero 2016
HIGUERA. La finca de Lezcano se encuentra al norte de la capital.
En Europa existe una creencia: la carne de Argentina y de Uruguay es tan rica porque las vacas en La Pampa son felices. Esto también se podría aplicar a los higos, pero en Tucumán.
“La empresa se llama Higos Felices y surgió un día en Madrid. Eso respondí cuando me preguntaron cómo hacía que los higos fueran tan sabrosos”, cuenta Rodolfo Lezcano, al recibir a LA GACETA y otros medios en El Terruño.
Allí es donde cosecha cuatro hectáreas de higo turco, “una especialidad que tiene buen sabor y volumen”.
Si bien a casi todos los higos los vende a empresas que realizan productos a partir de la fruta, Lezcano invita a los turistas (y a cualquier interesado) a contactarse con él mediante el Facebook “Higos Felices”, acordar una visita a la higuera, probar la fruta y recolectar los higos que se quieran a llevar.
Generalmente las visitas se realizan los martes, jueves y domingos, días en que Lezcano levanta la cosecha. El lugar cuenta con una maravillosa vista de los paisajes y un pequeño arroyo que corre al lado de las cuatro hectáreas higuera.
El nombre, quizás, también tiene otra razón. “Cuando uno pasa tanto tiempo en la naturaleza la empieza a ver de otra forma. Las plantas tienen alma. Por eso siempre les pido permiso antes de arrancar el fruto”, explica el dueño del lugar.
En El Terruño, además, se fabrica un producto único, vinagre de higo.
“La empresa se llama Higos Felices y surgió un día en Madrid. Eso respondí cuando me preguntaron cómo hacía que los higos fueran tan sabrosos”, cuenta Rodolfo Lezcano, al recibir a LA GACETA y otros medios en El Terruño.
Allí es donde cosecha cuatro hectáreas de higo turco, “una especialidad que tiene buen sabor y volumen”.
Si bien a casi todos los higos los vende a empresas que realizan productos a partir de la fruta, Lezcano invita a los turistas (y a cualquier interesado) a contactarse con él mediante el Facebook “Higos Felices”, acordar una visita a la higuera, probar la fruta y recolectar los higos que se quieran a llevar.
Generalmente las visitas se realizan los martes, jueves y domingos, días en que Lezcano levanta la cosecha. El lugar cuenta con una maravillosa vista de los paisajes y un pequeño arroyo que corre al lado de las cuatro hectáreas higuera.
El nombre, quizás, también tiene otra razón. “Cuando uno pasa tanto tiempo en la naturaleza la empieza a ver de otra forma. Las plantas tienen alma. Por eso siempre les pido permiso antes de arrancar el fruto”, explica el dueño del lugar.
En El Terruño, además, se fabrica un producto único, vinagre de higo.
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