Al final del túnel: un pasadizo entre la vida y la muerte

Leonardo Sbaraglia y Pablo Echarri se enfrentan en un filme policial sobre el intento de frustrar el robo de unos boqueteros. Ver trailer.

-UNA PERSONA DECIDIDA. Leonardo Sbaraglia es Joaquín, quien se enfrenta a una banda liderada por EcharrI.- -UNA PERSONA DECIDIDA. Leonardo Sbaraglia es Joaquín, quien se enfrenta a una banda liderada por EcharrI.-
21 Abril 2016

› AL FINAL DEL TÚNEL 

DIRECTOR: Rodrigo Grande. ORIGEN: Argentina - GÉNERO: policial, suspenso -  AÑO: 2016 - CON: Leonardo Sbaraglia, Pablo Echarri, Clara Lago, Federico Luppi y Javier Godino - DURACIÓN: 120 minutos - CALIFICACIÓN: apta para mayores de 16 años.

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A mitad del siglo pasado, se estrenó la brillante comedia británica “El quinteto de la muerte”, con un jovencísimo Peter Sellers y un maduro Alec Guinness. Luego de transformarse en una ópera y en una obra teatral, hace poco más de una década el filme tuvo su remake norteamericana en la pantalla grande, con Tom Hanks al frente de un elenco dirigido por los hermanos Ethan y Joel Coen, que no tuvo mayor repercusión.

Más allá de las cinco décadas que las distancian a ambas, se respeta el guión: una anciana desvalida le alquila una habitación a un académico que no es lo que parece ser, sino que está al frente de una banda criminal que planea hacer un gran robo, construcción de un túnel mediante.

Hasta acá llegan algunas coincidencias entre un clásico del humor negro magistral y el núcleo en clave de policial de “Al final del túnel”, la producción argentina que se estrenará hoy, con Leonardo Sbaraglia y Pablo Echarri en los roles centrales.

Sbaraglia es Joaquín, un hombre que se desplaza en silla de ruedas desde un accidente de auto donde falleció su mujer y su hija, y que decide alquilar una pieza de su desvencijada casa, mientras la depresión lo invade. La inquilina será Berta, una bailarina de striptease interpretada por la española Clara Lago (la cara de “Ocho apellidos vascos”) y su pequeña hija Betty.

Joaquín es analista en sistemas y arregla computadoras en el sótano de su casa. Una noche, percibe un sonido que le llama la atención: descubre así que alguien está cavando un túnel, con el objetivo de robar un banco aledaño. En vez de denunciar el hecho, espía a la banda de boqueteros que lidera Galareto (Echarri). Y a diferencia de la inocente anciana de la comedia, decide tomar las riendas de la situación y obtener provecho del robo. En ese momento detecta que nadie es quien espera y que toda historia tiene una vuelta más, incluyendo al veterano policía que personifica Federico Luppi.  

La dirección está a cargo de Rodrigo Grande (conocido por “Rosarigasinos” y “Cuestión de principios”). Su propuesta estética se centró en “trabajar con una atmósfera inspirada en los relatos de Edgar Allan Poe, de casas habitadas por fantasmas del pasado y ladrones que las rodean”. El túnel de referencia, entonces, funciona como “un pasadizo entre sus dos opciones, la vida y la muerte”, explicó, sensación potenciada por un juego de claroscuros en las escenas dentro de ese espacio, que se filmaron en España.

Para Echarri, es su debut como productor cinematográfico con su empresa El Árbol, que comparte con Martín Seefeld. “Mi expectativa artística está por debajo de mis expectativas como productor. Me sumo cada vez más estratégicamente a los proyectos. Mis objetivos son más de construir y desarrollar que de actuar”, señaló el actor.

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