Detectan tres tipos de ratas en la Capital

La Dirección de Control Ambiental y Bromatología brinda servicios de control de plagas en la ciudad

23 Abril 2016
Tres tipos de ratas ha detectado en la Capital la Dirección de Control Ambiental y Bromatología del municipio de San Miguel de Tucumán, que tienen entre sus actividades controles de plagas urbanas tanto en instituciones que lo soliciten como en comercios y la vía pública. Aunque autoridades de esa repartición aclaran que, sin ser especialistas, esos roedores no son transmisores del virus hanta.

Oscar Gramajo, titular de la mencionada Dirección, especificó que entre las especies más comunes se encuentra la “rata de albañales”, presente en subterráneos y cloacas: “se la ve con poca frecuencia y es de un tamaño mediano”. La otra especie, es la “rata de los tejados”: “tiene gran envergadura y es la más común en la ciudad. Generalmente se encuentra en techos y cielorrasos. Está donde está el hombre. Viven de nosotros, de nuestros residuos, de lo que dejamos almacenado”. Y por último, Gramajo mencionó un tipo de ratas más pequeñas, que viven al aire libre, en fondos de casas con espacios verdes, por ejemplo: “es proclive encontrarlas en barrios no tan cerca del centro”.

Sobre el trabajo de desratización, el funcionario municipal explicó que primero instalan trampas para determinar qué tipo de plaga tiene una propiedad. Luego, si es un lugar cerrado, sin mascotas, ni niños, se colocan cebos a la vista. En cambio, si son lugares con tránsito de mascotas o personas, se usan cebaderas: “es un cilindro por donde ingresa el roedor y en el que sus paredes tiene adherido el cebo”. Luego se hace un seguimiento: “ se verifica si fue comido o no el cebo. Cuando pasan tres o cuatro exámenes sin que se haya comido el cebo, quiere decir que la situación está controlada. Estos controles se hacen cada 7 o 14 días”. El problema con el que se han encontrado hasta ahora, confiesan en la mencionada Dirección municipal, es que no encuentran una forma segura para dejar cebaderas en espacios libres, como plazas o parques, ya que la gente suele robarlas, romperlas y hasta usarlas sin saber de qué se trata, ni el peligro que representan.

Sobre el tipo de veneno, indicó que usan diferentes cebos pero que tienen la misma acción: son anticoagulantes. “La idea es que el roedor muera en su madriguera y si está amamantando transmita a sus crías el veneno. Entonces, el roedor se muere por hemorragia”, especificó Gramajo.

La Dirección actualmente está brindando sus servicios en la Facultad de Medicina, la Casa de la Ciudad, el Albergue Municipal y el Cenara. “No hemos recibido más llamados por la situación actual del hantavirus. De hecho, este problema no estaba en nuestro horizonte. Es muy nuevo para nosotros”, se refirió el funcionario.

Por último, indicó que los locales comerciales tienen la obligación de hacer un control de plaga cada tres meses (deben exhibir en su entrada un certificado) y aquellos locales que manipulan alimentos deben hacerlo mensualmente. La Dipsa es el órgano de control para verificar si esos controles están actualizados.

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