BUENOS AIRES. Boca se trajo del Gran Parque Central un buen empate ante Nacional (1-1) en el duelo de ida por los cuartos de final de la Copa Liberadores. En los últimos nueve minutos, Daniel Osvaldo volvió a calzarse la camiseta de Boca, después de vestirla por última vez a mediados de marzo cuando empeoró su lesión en el quinto metatarsiano del pie derecho.
Sorprendió que una vez finalizado el partido contra el Bolso, Dani Stone se fue presuroso a los vestuarios. Al parecer, apenas llegó al camarín Xeneize, prendió un cigarrillo y cuando ingresaron los hermanos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto, le pidieron que lo apagara. No sólo se negó, sino que la disciusión subió de tono.
Guillermo reunió a los jugadores y les comunicó que lo separaba del plantel. Hoy, la directiva respaldó al entrenador y resolvió rescindirle el contrato. En pleno partido, y previo a su entrada para reemplazar a Pavón, cruzó insultos con la hinchada de Nacional y, según el diario Olé, fue el preparador físico quien se disculpó con los parciales por el comportamiento del delantero.
A eso se sumó la respuesta ofensiva a uno de los colaboradores del club cuando le preguntó qué le pasaba al final del cotejo. Otras actitudes suyas ya causaban bronca en el plantel, el cuerpo técnico y la dirigencia.
En la semana anterior, el presidente Daniel Angelici le pidió que se "acostumbre a jugar con dolor" y puso como ejemplo de Tevez. "Se pone el equipo al hombro, corre, se hacer cargo y le duele todo", puntualizó.
A pesar de que los dirigentes le pidieron que bajase su perfil mediático y antes de volver a entrar en la lista de convocados para enfrentar a Nacional, también su conducta poco profesional molestaba a los Mellizos y sus compañeros, que cuestionaban sus caprichos y soberbia. Osvaldo sólo había jugado antes contra San Lorenzo por la Supercopa Argentina en Córdoba; Atlético, San Martín de San Juan y Lanús (torneo de Primera División) y su segundo ciclo en Boca tuvo un abrupto desenlace.