San Martín pasó un susto innecesario

Cagna lamentó que su equipo no supo cerrar el juego. Califica a los jugadores.

DOLOR DE CABEZA. Por unos minutos de desconcentración de su equipo, Cagna terminó sufriendo el partido de ayer. la gaceta / foto de héctor peralta DOLOR DE CABEZA. Por unos minutos de desconcentración de su equipo, Cagna terminó sufriendo el partido de ayer. la gaceta / foto de héctor peralta
Si no se sufre no vale, dicen en La Ciudadela. Pero ayer San Martín lo hizo innecesariamente. Tenía todo para florearse; para pasar por encima a Sportivo Belgrano y llegar con el pecho inflado a semifinales. Pero durmió cuando no debía hacerlo y el exceso de confianza hizo el resto.

Por eso, la felicidad por la clasificación no fue completa. A pesar de llegar a la penúltima estación en el camino hacia la gloria, los jugadores dejaron La Ciudadela con un sabor agridulce. Aunque Diego Cagna dejó en claro que la alegría no se discute. “Estoy contento, muy contento”, dijo el entrenador aclarando que el nivel del equipo fue muy bueno, salvo por esos minutos en los que, inexplicablemente, se le puso la mente en blanco. “En esta ocasión, al igual que en el partido de ida, también jugamos bien. En el primer tiempo lo manejamos de manera clara, marcamos la diferencia y erramos muchísimos goles”, agregó.

Pero San Martín no concretó todo lo que insinuó. Y al igual que en el partido jugado en San Francisco, dejó vivo a su rival en vez de sentenciarlo. “Tenemos que corregir la definición porque a raíz de no marcar terminamos sufriendo”, explicó Cagna, dejando en claro que Sportivo no hizo nada para ganar el juego. “En tres minutos nos hicieron dos goles y nada más. Después no patearon más al arco. Eso sí, cuando te convierten obviamente empiezan a jugar los nervios. Pero nosotros tuvimos para definirlo de contra y volvimos a fallar”.

Al igual que en la serie contra Guaraní, donde aprendió que no puede regalar el juego de ida, esta llave también le dejó una enseñanza al “Santo”. El equipo durmió sólo cinco minutos que, aunque parezcan poco, en una llave decisiva son una eternidad. “Esto también tiene que servir de experiencia. Por ese momento de distracción nos podríamos haber quedado afuera. Pero bueno, estamos en semifinales y superamos en los dos partidos a un gran rival”, sentenció el DT.

San Martín dio otro paso más en busca del ascenso, pero no debe confiarse. El camino es bien duro y en La Ciudadela lo saben perfectamente.

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