21 Junio 2016
LA FE PUDO MÁS QUE EL FRÍO. La multitud oró y siguió con atención los mensajes de cada homilía. la gaceta / foto de Analía Jaramillo
“La conclusión que nos ha dejado el Congreso Eucarístico es que cuando se trabaja por el bien común, en este caso unidos por la fe, los resultados siempre son positivos”, reflexiona, con la voz cansada pero alegre, el Vicario Episcopal para la Fe y la Cultura, Marcelo Barrionuevo. Es lunes, y las calles tucumanas ya están empezando a extrañar el bullicio que las invadió entre el jueves y el domingo, por la presencia de los más de 100.000 feligreses que protagonizaron el XI Congreso Eucarístico Nacional, cuya organización había recaído en gran parte en las espaldas del padre Barrionuevo. Y es, también, tiempo de balances.
“Nada es perfecto. Pero es indudable que Tucumán ha mostrado en su comunidad eclesial - y aún en los que están lejos de ella -que todos han trabajado por el bien común, por el desarrollo de la sociedad”, le dijo el sacerdote a LA GACETA, con la vivencia del Congreso “empezando a decantar”.
“Como experiencia antropológica, la vida de la fe ha contagiado al contexto de la sociedad tucumana, y ha expresado el sentimiento de alegría de la gente. Pero la alegría no de un modo fatuo. La gente estaba contenta, pero no epidérmicamente, sino desde el espíritu”, añadió el padre Barrionuevo.
También destacó que la solidaridad de los tucumanos se midió, entre otros detalles, en el hospedaje ofrecido, que finalmente superó la demanda. “Eso muestra el alma generosa de los tucumanos. Así como Bazán de Laguna abrió su casa hace 200 años para la Independencia, hoy los tucumanos volvieron a abrir sus casas para reforzar la independencia interior, la independencia del espíritu”, añadió. A su vez, destacó el aporte económico que le significó a la ciudad el flujo estimado de 100.000 visitantes.
- ¿Qué ha dejado el Congreso en el campo doctrinal?.
- LA GACETA ha sido la que mejor ha expresado los debates en cuestión: se ha hablado tanto en las homilías como en los debates que los temas cruciales que afectan a la Nación son la corrupción, la necesidad de una inclusión real de los sectores más empobrecidos y de zanjar la división de una sociedad fragmentada. El primer discurso del enviado papal, Giovanni Re, señaló que Argentina no está unida. Y esa sensación la debe tener porque alguien se la comunicó. Y ese alguien debe ser el Papa. La unidad de su pueblo es una preocupación del Santo Padre. También se manifestó la preocupación por la trata de personas, educación, solidaridad, temas dela familia. El nivel de las conferencias y de los debates fue muy bueno, y aportaron de igual a igual alguien que vive en Orán como alguien que vino de La Horqueta, en San Isidro.
“Nada es perfecto. Pero es indudable que Tucumán ha mostrado en su comunidad eclesial - y aún en los que están lejos de ella -que todos han trabajado por el bien común, por el desarrollo de la sociedad”, le dijo el sacerdote a LA GACETA, con la vivencia del Congreso “empezando a decantar”.
“Como experiencia antropológica, la vida de la fe ha contagiado al contexto de la sociedad tucumana, y ha expresado el sentimiento de alegría de la gente. Pero la alegría no de un modo fatuo. La gente estaba contenta, pero no epidérmicamente, sino desde el espíritu”, añadió el padre Barrionuevo.
También destacó que la solidaridad de los tucumanos se midió, entre otros detalles, en el hospedaje ofrecido, que finalmente superó la demanda. “Eso muestra el alma generosa de los tucumanos. Así como Bazán de Laguna abrió su casa hace 200 años para la Independencia, hoy los tucumanos volvieron a abrir sus casas para reforzar la independencia interior, la independencia del espíritu”, añadió. A su vez, destacó el aporte económico que le significó a la ciudad el flujo estimado de 100.000 visitantes.
- ¿Qué ha dejado el Congreso en el campo doctrinal?.
- LA GACETA ha sido la que mejor ha expresado los debates en cuestión: se ha hablado tanto en las homilías como en los debates que los temas cruciales que afectan a la Nación son la corrupción, la necesidad de una inclusión real de los sectores más empobrecidos y de zanjar la división de una sociedad fragmentada. El primer discurso del enviado papal, Giovanni Re, señaló que Argentina no está unida. Y esa sensación la debe tener porque alguien se la comunicó. Y ese alguien debe ser el Papa. La unidad de su pueblo es una preocupación del Santo Padre. También se manifestó la preocupación por la trata de personas, educación, solidaridad, temas dela familia. El nivel de las conferencias y de los debates fue muy bueno, y aportaron de igual a igual alguien que vive en Orán como alguien que vino de La Horqueta, en San Isidro.