14 Julio 2016
BUENOS AIRES.- Los días en el penal de Ezeiza transcurren de forma más amena para el detenido empresario santacruceño Lázaro Báez, quien exhibe una actitud más abierta con sus compañeros de módulo; mientras que siguen sin cambios para el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime que mantiene su bajo perfil y muestra “muy buena predisposición para las tareas de limpieza”, y para el contador Daniel Pérez Gadin, quien comparte módulo con el empresario santacruceño.
Así lo revelaron a Télam fuentes de cada una de las investigaciones en las que se encuentran todos ellos detenidos, quienes, a su vez, también detallaron que tanto el ex secretario de Obras Públicas de la gestión kirchnerista, José López, y el abogado de Báez, Jorge Chueco, continúan recluidos en el área psiquiátrica del penal, correspondiente al Programa Interministerial de Salud Mental Argentina (Prisma).
En este sentido, consignaron que López, quien hoy cumple un mes desde su detención cuando fue sorprendido intentando ocultar bolsos con casi U$S 9 millones, continúa con sus “gritos y actitudes de loco”, mientras que Chueco sigue con su estado depresivo, con alto riesgo de suicidio, que le impide estar en condiciones de declarar, según surge de la evaluación de lo médicos del Poder Judicial.
Contrariamente, no lograron ser categóricas las evaluaciones en relación al estado de López, quien sigue mostrándose “inestable”, pero sin que los profesionales de la salud hayan podido diagnosticar aún con certeza si efectivamente se trata de un desequilibrio mental o de una puesta en escena.
En tanto, al referirse a Báez, detenido y bajo prisión preventiva por presunto lavado de dinero, las fuentes indicaron que, “en los últimos días mostró un cambio en su actitud, y se lo ve más abierto y más comunicativo con sus compañeros de módulo, aunque siempre con un perfil reservado”.
Además, contaron que, si bien no puede jugar al fútbol porque cuando lo intentó tuvo una arritmia y debió ser atendido por los médicos del Hospital Penitenciario Central (HPC), acompaña a sus compañeros de módulo al patio y no se pierde ningún partido como espectador. “Báez habla más con sus compañeros, toma mate y comparte momentos frente al televisor”, que él mismo donó para compartir con otros detenidos del mismo módulo, todos ellos mayores de cincuenta años y de baja conflictividad.
En este clima de buena convivencia, el empresario se retira muchas veces a su celda para leer la causa en detalle, tratando de acordar una estrategia común con sus hijos, también imputados por presunto lavado de dinero.
En tanto, en el mismo módulo que Báez, Pérez Gadín, su contador y financista, se muestra conversador con el resto de los detenidos, que en total son 15, lee libros y camina por el patio, al aire libre.
Jaime, que permanece detenido en otro módulo de baja conflictividad, también comparte sus días con otros 15 detenidos, “interactúa” con ellos, aunque con un perfil bajo, y “con mucha corrección y respeto”, aseguraron las fuentes. En este marco, relataron que el ex secretario de Transporte, “se encarga de las tareas de aseo de su celda y se reparte las que son para la limpieza del módulo”, con “muy buena predisposición”. (Télam)
Así lo revelaron a Télam fuentes de cada una de las investigaciones en las que se encuentran todos ellos detenidos, quienes, a su vez, también detallaron que tanto el ex secretario de Obras Públicas de la gestión kirchnerista, José López, y el abogado de Báez, Jorge Chueco, continúan recluidos en el área psiquiátrica del penal, correspondiente al Programa Interministerial de Salud Mental Argentina (Prisma).
En este sentido, consignaron que López, quien hoy cumple un mes desde su detención cuando fue sorprendido intentando ocultar bolsos con casi U$S 9 millones, continúa con sus “gritos y actitudes de loco”, mientras que Chueco sigue con su estado depresivo, con alto riesgo de suicidio, que le impide estar en condiciones de declarar, según surge de la evaluación de lo médicos del Poder Judicial.
Contrariamente, no lograron ser categóricas las evaluaciones en relación al estado de López, quien sigue mostrándose “inestable”, pero sin que los profesionales de la salud hayan podido diagnosticar aún con certeza si efectivamente se trata de un desequilibrio mental o de una puesta en escena.
En tanto, al referirse a Báez, detenido y bajo prisión preventiva por presunto lavado de dinero, las fuentes indicaron que, “en los últimos días mostró un cambio en su actitud, y se lo ve más abierto y más comunicativo con sus compañeros de módulo, aunque siempre con un perfil reservado”.
Además, contaron que, si bien no puede jugar al fútbol porque cuando lo intentó tuvo una arritmia y debió ser atendido por los médicos del Hospital Penitenciario Central (HPC), acompaña a sus compañeros de módulo al patio y no se pierde ningún partido como espectador. “Báez habla más con sus compañeros, toma mate y comparte momentos frente al televisor”, que él mismo donó para compartir con otros detenidos del mismo módulo, todos ellos mayores de cincuenta años y de baja conflictividad.
En este clima de buena convivencia, el empresario se retira muchas veces a su celda para leer la causa en detalle, tratando de acordar una estrategia común con sus hijos, también imputados por presunto lavado de dinero.
En tanto, en el mismo módulo que Báez, Pérez Gadín, su contador y financista, se muestra conversador con el resto de los detenidos, que en total son 15, lee libros y camina por el patio, al aire libre.
Jaime, que permanece detenido en otro módulo de baja conflictividad, también comparte sus días con otros 15 detenidos, “interactúa” con ellos, aunque con un perfil bajo, y “con mucha corrección y respeto”, aseguraron las fuentes. En este marco, relataron que el ex secretario de Transporte, “se encarga de las tareas de aseo de su celda y se reparte las que son para la limpieza del módulo”, con “muy buena predisposición”. (Télam)