16 Agosto 2016
POLÍTICAS SOCIALES. El gobernador Juan Manzur y Yedlin supervisaron cooperativas la semana pasada. twitter / gabiyedlin
“Mi mayor preocupación diaria y mi prioridad es el hambre, que no tengamos gente ni chicos con hambre. Estamos muy cerca de los dispositivos de seguridad alimentaria, como las cocinas comunitarias y los comedores de las escuelas”. El ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin, se mostró preocupado por la situación social y económica.
Trascartón, requirió que los programas nacionales para contener a los sectores más vulnerables sean sostenidos y reforzados con fondos. “Aunque se aumentó el 20%, la inflación fue tremenda y se comió el incremento”, afirmó. Advirtió que se multiplicó el número de ciudadanos que se acerca al Estado y a los comedores a pedir asistencia.
Yeldin participó de la presentación del informe Barómetro de la Deuda Social Argentina, elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA). Entre otros puntos, el documento alertó sobre el aumento de la pobreza e indigencia como consecuencia de las políticas aplicadas por el Gobierno de Mauricio Macri.
Yedlin explicó que no hay datos específicos sobre esos ítems en la provincia de los últimos meses, pero consideró que la situación es similar a lo que reflejó el informe. “Cada vez más gente está entrando en situaciones vulnerables. Las definiciones macroeconómicas viene impactando. Somos una provincia que viene en un proceso de recuperación. Se cumplen 50 años del cierre de los ingenios, que es lo que hizo que Tucumán tenga décadas de dolor y de brechas en relación a otras provincias”, afirmó.
Valoró el impacto de la obra pública en la realidad, por la mano de obra que emplea y por la mejora en las condiciones de vida que generan los trabajos. “Es fundamental que se reactive y eso requiere de fondos nacionales. Los planes de vivienda o la pavimentación, estas cosas que tantos años tuvimos. Política y mediáticamente se demoniza la obra pública, como si fuera mala, porque se mezcla con la corrupción, que es delincuencia y va por otro camino”, diferenció el funcionario.
Por otro lado, mencionó entre las “deudas” en la provincia el déficit habitacional, el empleo informal y las adicciones. “Se ha mejorado muchísimo en salud y en educación. Voy a los barrios vulnerables y se los ve a los chicos sanitos y les pregunto y van a la escuela primaria”, consignó.
Destacó que los programas de economía social del Gobierno son una oportunidad para apuntalar a los tucumanos que caen en la pobreza.
“El informe es fuerte y el marco en el que se dio a conocer, oportuno”, valoró el funcionario. Elogió que la presentación haya estado a cargo de referentes políticos y académicos de diversas extracciones.
Los comentarios durante el acto fueron del ex secretario de Cultura y politólogo José Nun; de la socióloga y experta en desarrollo social, María del Carmen Feijoó; y del ex viceministro de Desarrollo Social nacional, Daniel Arroyo.
“Me parece inteligente cómo evalúan la pobreza, no sólo relacionada con los ingresos, sino mediante dimensiones como el acceso oportuno al cuidado de la salud o a los servicios públicos. Los indicadores de carencia fueron mejorando hasta diciembre de 2015”, comentó. “Todos quedamos preocupados no sólo por los números, sino por la velocidad del empobrecimiento. Los oradores coincidieron en que no existe la teoría del derrame. El modelo que hubo todos los años y que fue castigado como ‘muy populista’, brindó las mayores oportunidades a los grupos menos populistas”, reivindicó.
Trascartón, requirió que los programas nacionales para contener a los sectores más vulnerables sean sostenidos y reforzados con fondos. “Aunque se aumentó el 20%, la inflación fue tremenda y se comió el incremento”, afirmó. Advirtió que se multiplicó el número de ciudadanos que se acerca al Estado y a los comedores a pedir asistencia.
Yeldin participó de la presentación del informe Barómetro de la Deuda Social Argentina, elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA). Entre otros puntos, el documento alertó sobre el aumento de la pobreza e indigencia como consecuencia de las políticas aplicadas por el Gobierno de Mauricio Macri.
Yedlin explicó que no hay datos específicos sobre esos ítems en la provincia de los últimos meses, pero consideró que la situación es similar a lo que reflejó el informe. “Cada vez más gente está entrando en situaciones vulnerables. Las definiciones macroeconómicas viene impactando. Somos una provincia que viene en un proceso de recuperación. Se cumplen 50 años del cierre de los ingenios, que es lo que hizo que Tucumán tenga décadas de dolor y de brechas en relación a otras provincias”, afirmó.
Valoró el impacto de la obra pública en la realidad, por la mano de obra que emplea y por la mejora en las condiciones de vida que generan los trabajos. “Es fundamental que se reactive y eso requiere de fondos nacionales. Los planes de vivienda o la pavimentación, estas cosas que tantos años tuvimos. Política y mediáticamente se demoniza la obra pública, como si fuera mala, porque se mezcla con la corrupción, que es delincuencia y va por otro camino”, diferenció el funcionario.
Por otro lado, mencionó entre las “deudas” en la provincia el déficit habitacional, el empleo informal y las adicciones. “Se ha mejorado muchísimo en salud y en educación. Voy a los barrios vulnerables y se los ve a los chicos sanitos y les pregunto y van a la escuela primaria”, consignó.
Destacó que los programas de economía social del Gobierno son una oportunidad para apuntalar a los tucumanos que caen en la pobreza.
“El informe es fuerte y el marco en el que se dio a conocer, oportuno”, valoró el funcionario. Elogió que la presentación haya estado a cargo de referentes políticos y académicos de diversas extracciones.
Los comentarios durante el acto fueron del ex secretario de Cultura y politólogo José Nun; de la socióloga y experta en desarrollo social, María del Carmen Feijoó; y del ex viceministro de Desarrollo Social nacional, Daniel Arroyo.
“Me parece inteligente cómo evalúan la pobreza, no sólo relacionada con los ingresos, sino mediante dimensiones como el acceso oportuno al cuidado de la salud o a los servicios públicos. Los indicadores de carencia fueron mejorando hasta diciembre de 2015”, comentó. “Todos quedamos preocupados no sólo por los números, sino por la velocidad del empobrecimiento. Los oradores coincidieron en que no existe la teoría del derrame. El modelo que hubo todos los años y que fue castigado como ‘muy populista’, brindó las mayores oportunidades a los grupos menos populistas”, reivindicó.
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