La fórmula para dar el salto

Urueña y Vildoza analizan qué le falta a Tucumán para aspirar a jugar la Liga Nacional

EL GRAN REPRESENTANTE. Raúl Rodríguez fue un estandarte de Central Córdoba y un ejemplo para muchos jugadores. la gaceta / foto de héctor peralta (archivo) EL GRAN REPRESENTANTE. Raúl Rodríguez fue un estandarte de Central Córdoba y un ejemplo para muchos jugadores. la gaceta / foto de héctor peralta (archivo)
20 Septiembre 2016
La obtención del título que el seleccionado tucumano de basquetbol obtuvo en el Campeonato Argentino de Basquetbol que se realizó en las ciudades santafesinas de Firmat y Venado Tuerto, funcionó como disparador para que los amantes del baloncesto tucumano reabrieran un viejo debate: ¿qué necesita Tucumán para tener un club que nos represente en la Liga Nacional?

Desde la creación de la Liga Nacional, en 1984, por iniciativa de los entrenadores León Najnudel, José María Cavallero y Juan Saguir y el periodista Osvaldo Oscarcitas, más conocido con el seudónimo de O.R.O. Tucumán contó con tres representantes en la mayor competencia nacional: Independiente en la temporada 1985, Caja Popular en la 1986 y Belgrano en la 2000/01.

En la vereda del frente, se observa la actualidad que vive Santiago del Estero, que cuenta con dos representantes a este nivel: Quimsa y Olímpico de La Banda, situación ésta que llena de envidia a la afición de nuestra provincia. Esto no es casualidad, sino la resultante de un trabajo serio de la dirigencia “mistolera” y el aporte del Gobierno que permitieron darle el destino necesario. No hay que olvidar que Quimsa fue campeón de la temporada 2014/15.

Política de Estado

Para empezar a dar una luz sobre el tema, LG Deportiva entrevistó a protagonistas de nuestro básquet para tener mayores precisiones sobre el particular. Para Rubén Urueña (h), presidente de la Asociación Tucumana de Basquetbol que este anhelo puede concretarse depende que el tema sea tomado como Política de Estado. “Los clubes de otras provincias, salvo raras excepciones subvencionan su participación en la Liga Nacional con los aportes oficiales que obtienen. Pero también es necesario sumarle la gestión dirigencial, porque solo con la plata no alcanza”, dijo Urueña.

Luego afirmó: “la intervención de Asociación Mitre en el próximo torneo del TNA se puede concretar porque el Gobierno provincial aporta lo suyo para que el básquet tucumano vuelva a estar presente en la segunda categoría de nuestra país. En estos momentos, todos tenemos que estar al lado de Mitre, porque existe el compromiso que la plaza que hoy ocupa, la temporada próxima quedará definitivamente para Tucumán. Esto ya es un paso adelante que no debemos desaprovechar”, dijo. A su turno, Mario Vildoza, quien dirigió al plantel tucumano que obtuvo el título en Santa Fe, consideró: “para que el objetivo no sea solo una expresión de deseo, debe existir el apoyo de toda la gente”. “No es fácil encarar una empresa como esta, si no se cuenta con una suma millonaria para manejar el presupuesto anual. A esto debemos adicionarle el aporte de los sponsors, que son una pata infaltable para llevar adelante el proyecto deportivo”, dijo el entrenador de Talleres de Tafí Viejo.

Profundas reformas

Pero estas exigencias económicas deberán estar acompañado por una profunda reforma en los torneos de las divisiones formativas. “Actualmente observo que hay cinco o seis jugadores que están en condiciones de estar en un certamen como la Liga, pero será necesario trabajar en las inferiores para consolidarse en el primer nivel”, señaló Vildoza. Y luego aseveró: “otro de los cambios que debe experimentarse en Tucumán, es que debemos aceptar que el equipo que nos represente tiene que contar con el respaldo masivo de la gente. Es algo indispensable para aspirar a cosas serias”.

El presente del básquet santiagueño, hoy con dos equipos en la máxima categoría y uno en el TNA, sólo puede ser explicado a partir del rol que desarrolla el Estado como respaldo para las instituciones que se embarcan en desafíos de alta competencia.

Luego de años de ostracismo, la llegada al poder de Gerardo Zamora representó un cambio de paradigma y el deporte pasó a convertirse en política de Estado, por tratarse de una herramienta de cohesión social. Y en ese sentido, el básquet ha alcanzado un gran protagonismo a nivel nacional debido a que es un deporte con gran tradición en la provincia.

La Asociación Atlética Quimsa y el Club Ciclista Olímpico supieron capitalizar esta decisión política y lograron consolidarse en la máxima categoría de la Liga Nacional. Claro que el aporte del Estado no es el único sostén de ambas instituciones, que cuentan con el apoyo de importantes firmas comerciales de la capital y de la ciudad de La Banda.

Por su parte, Independiente BBC fue confirmado para la temporada 2016/17 del Torneo Nacional de Ascenso, con un presupuesto mucho menor y con el compromiso de que el plantel estará integrado casi en su totalidad por jugadores de la provincia.

¿No es demasiado tres equipos? Desde hace unas temporadas, tanto a Quimsa como a Olímpico les ha costado llenar sus estadios, debido a la gran cantidad de partidos que se disputan cada semana y que elevan los costos considerablemente. Por eso, la llegada de Independiente BBC será una prueba piloto, una apuesta arriesgada en una competencia cada vez más costosa e inaccesible para los clubes barriales.

Poder jugar a ese nivel de competencia sería un espaldarazo enorme para nuestro basquetbol. El título que la Selección consiguió en Santa Fe tiene que ser aprovechado para darnos cuenta que, en la medida en que si se trabaja con seriedad, existen grandes posibilidades de conseguir los objetivos trazados.

Uno que regularmente concurre a observar los encuentros de las formativas, se da cuenta que se está trabajando bien en ese aspecto. Prueba de ello que, en los últimos tiempos, Tucumán pudo darse el gusto de exportar buen material humano, y que si tendríamos esa clase de competencia, se quedaría a jerarquizar nuestro deporte. Pero es indudable que si no existe ayuda oficial, nada de esto puede llegar a concretarse. Esto ocurre con la mayoría de los clubes del país, salvo raras excepciones como Atenas y Peñarol de Mar del Plata, que ya son una marca registrada y se puede dar el gusto de afrontar los presupuestos con el aporte de sus sponsors.

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