Santos abrió el diálogo a los partidos y a las FARC
Con todo el apoyo internacional a favor del acuerdo por la paz, el presidente colombiano inició el camino de conversar con todos los referentes políticos colombianos, para analizar alternativas para superar el embudo que significa el rechazo popular al tratado del domingo último. Mientras tanto, las FARC ratificaron su apoyo al acuerdo y a mantener el alto el fuego
BOGOTÁ.- Tal como anunció el domingo a la noche, a pocas horas de sufrir el duro revés de la derrota del “Sí” en el plebiscito por la paz, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reunió a los jefes de los partidos de la base oficialista y abrió el juego a las demás fuerzas -en especial el Centro Democrático del triunfador Álvaro Uribe- para encarrilar, entre todos, nuevas negociaciones con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), en tanto la guerrilla incorporó un nuevo punto de discusión al rechazar el carácter jurídico de la consulta.
Bogotá amaneció ayer con la actividad típica de los días hábiles, aunque al visitante no se le escapa la preocupación de los ciudadanos -aun los que votaron por el “No”- ante la incertidumbre de qué ocurrirá una vez que el acuerdo logrado tras casi cuatro años de negociaciones cayera en el vacío.
Al respecto, las FARC ensayaron una suerte de contraataque en un comunicado leído en un video por su líder Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, elaborado en Cuba, en el que aseguró que el plebiscito no tuvo efecto jurídico aunque sí “político”, y afirmó que el acuerdo refrendado el 26 de septiembre último tiene “innegable e irrevocable efecto jurídico”, porque fue suscripto como acuerdo especial y depositado ante el Consejo de la Confederación Suiza en Berna.
Especialistas y constitucionalistas coinciden en que el resultado del plebiscito tiene efecto vinculante para el presidente Santos, pues, tal como fue convocado, el compromiso de respeto a su resultado le corresponde al jefe del Estado.
Esta circunstancia abriría una puerta a que el acuerdo, rechazado por el 50,21% de los votantes, fuera tomado por el Congreso, circunstancia que podría provocar lógicas protestas y revueltas populares que harían que fuera peor el remedio que la enfermedad.
Las FARC convocaron “al movimiento social y político a respaldar resueltamente, mediante la movilización y otras formas de expresión pacíficas, el acuerdo final para la construcción de una paz estable y duradera”, con lo que se podría augurar un estado de agitación callejera de moderada intensidad para los próximos días y meses.
Ayer al mediodía, por ejemplo, estudiantes marcharon hacia el palacio de Gobierno para reclamar que se revitalice el acuerdo de paz.
En el interior del edificio, Santos iniciaba en ese mismo momento el complejo esfuerzo de tejer alianzas dentro y fuera de la base oficialista, para buscar un “gran acuerdo nacional” que le dé el impulso que necesita para revitalizar el diálogo, siempre y cuando la jefatura guerrillera se avenga a esa discusión, pues por ahora las FARC sólo mostraron actitudes dialoguistas y expresaron consignas de férreo apoyo a la paz.
Para ese nuevo colectivo político, Santos aguarda la decisiva intervención de su antecesor Uribe, quien anunció que quiere “aportar a un gran pacto nacional” por la paz que corrija los “errores” del acuerdo entre el gobierno y las FARC. Sin embargo, ayer faltó a la reunión convocada en el palacio de gobierno presidencial.
Apoyo internacional
Mientras tanto, decenas de países de la región, más la Unión Europea, la OEA y la ONU salieron presurosas a apoyar el proceso de paz y a ofrecer sus buenos oficios, porque a nadie se le escapa que el retorno del conflicto colombiano sería no sólo una catástrofe humanitaria sino también un fracaso de la política y la diplomacia. El gobierno de EEUU se sumó a los apoyos, aunque aclarando que deberán tomarse “decisiones difíciles” en el país a partir de la consulta.
El mundo financiero reaccionó con cautela al resultado del plebiscito, pero una leve suba del dólar y bajas en algunas acciones estarían marcando que el mercado no quiere la incertidumbre política originada tras el triunfo del “No”. (Télam)
La visión de una periodista colombiana
Un trago amargo, una “mala sorpresa” que buena parte de los colombianos no termina de digerir.
La periodista Oriana Garcés Morales (@OrianaGarces) lo refleja cuando dice que las palabras del presidente, Juan Manuel Santos, y las de Rodrigo Londoño Echeverri (“Timochenko”), el líder de las FARC, acerca de que se mantendrá el alto el fuego, llevaron tranquilidad después de la votación.
“Había mucho temor porque el protocolo indicaba que (si ganaba el ‘No’ al acuerdo) las partes debían dejar sus campamentos y (los combatientes) volverían a la clandestinidad. Los discursos de Santos apuntan a que no habrá enfrentamientos ni extorsiones”, le dijo Garcés Morales a LA GACETA.
“El acuerdo incluía una perspectiva de género, porque las mujeres han sido las más victimizadas en este conflicto. Desde la oposición impulsaron la versión de que se iba a imponer ‘la ideología de género’ y ‘la homosexualidad’”, con lo que apelaron a lo más conservador de la población, comentó.
Contradictoriamente, en las regiones más golpeadas por el conflicto, como Bojayá ganó el “Sí” por un 95%. “Se demostró que, en los lugares donde hay más víctimas, se dijo sí a la paz -dijo la periodista-.
ANALISIS
¿Renegociar o Constituyente?
Rodrigo Ruiz Tovar - Agencia DPA
BOGOTÁ.- Tras el fracaso del Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en su propósito de conseguir el respaldo al acuerdo de paz, el país empezó a preguntarse qué se puede hacer para salvar el pacto acordado durante casi cuatro años de negociaciones en Cuba.
Las partes estaban seguras de que recibirían el apoyo de los colombianos en el plebiscito, pero las urnas dieron una dura sentencia. Más allá del sorpresivo resultado, también llamó la atención de los observadores la alta abstención.
Antes del plebiscito, el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC advirtieron que un eventual revés tendría consecuencias impredecibles, porque eso significaba que el acuerdo no se podría implementar.
Pero tras la sorpresa inicial, el propio Santos fue quien arrojó al mar un bote salvavidas con la propuesta de convocar a todas las fuerzas políticas para buscar “espacios de diálogo”. Pronto empezó a circular en sectores políticos la expresión “pacto nacional”, con una participación heterogénea para que no se hunda la negociación.
La invitación de Santos es más dirigida al partido de derecha radical Centro Democrático, que a la alianza gobernante de centro-derecha Unidad Nacional, que lo ha apoyado en la negociación.
Pero el camino por el que aparentemente transitarán las tres partes (Gobierno, FARC y oposición de derecha radical) tendrá muchos obstáculos.
Los “uribistas” advertían antes del plebiscito que no se debía aprobar un acuerdo que promovía la “impunidad”.
Una forma de lograr la implementación de los acuerdos sería que el Gobierno deje en manos del Congreso la implementación del acuerdo.
“Ese gran acuerdo podría tener efectos mediante decisiones que adopte el Congreso. La Constitución prevé que el Congreso puede conceder amnistías o indultos generales”, recordó el jurista. (DPA)
El referéndum fue un "Brexit" a la colombiana
La inestabilidad que puede causar un referéndum quedó este domingo en evidencia en Colombia, donde los ciudadanos rechazaron en una consulta popular el acuerdo de paz firmado con las FARC tras cuatro años de negociaciones, decisión que abre un gran interrogante sobre el futuro del país.
Así como pasó en junio pasado en el Reino Unido, donde los británicos votaron por abandonar la Unión Europea (UE) -el Brexit- contra las previsiones de los sondeos, los colombianos rompieron las apuestas y dijeron “No” al acuerdo de paz. La comparación la realizó el diario español “20minutos.es”. El “No” se impuso con el 50,21%, contra el 49,78% del “Sí”, en una votación con una elevada abstención: 62,57%. También, como en el caso británico, las encuestas preveían una victoria clara para los partidarios del acuerdo de paz y, también como en Londres, la lluvia fue la protagonista de una jornada electoral que abre una gran incógnita sobre si se podrán cerrar 52 años de conflicto armado. El gran damnificado en el campo político es el presidente, Juan Manuel Santos, que se jugó todo su capital político por la paz, eje de Gobierno que, según dijo, no tiene por qué verse afectado por la derrota en el plebiscito. “Como jefe de Estado, soy el garante de la estabilidad de la Nación, y esta decisión democrática no debe afectar dicha estabilidad, que voy a garantizar”, dijo. Igualmente subrayó que no desfallecerá y enviará a su equipo de negociadores de vuelta a La Habana, sede de los diálogos, para seguir conversando con los líderes guerrilleros.
SIGUE DE LA CALLE
SANTOS RATIFICÓ AL NEGOCIADOR POR EL GOBIERNO
BOGOTÁ.- El presidente, Manuel Santos, ratificó a Humberto de la Calle como jefe del equipo negociador del Gobierno en La Habana. Aunque no hubo una declaración oficial, Armando Benedetti, presidente del partido de la Unidad Nacional, quien se reunió con Santos yy representantes de otros partidos, confirmó que el primer mandatario mantuvo a De la Calle en el cargo y que la decisión fue apoyada por unanimidad. Benedetti señaló que las cabezas de los partidos políticos consideraron que De la Calle es el más indicado para seguir en el puesto y no se le podía aceptar la renuncia. (www.elespectador.com)
ARGENTINA COLABORARÁ
EL EMBAJADOR STUBRIN CONFÍA EN QUE HAYA PAZ
BUENOS AIRES.- El embajador argentino en Colombia, Marcelo Stubrin, aseguró que la Argentina “seguirá colaborando” en ese país “en todo lo que sea necesario” para lograr la paz, luego del referéndum que rechazó el acuerdo con las FARC. Stubrin consideró que “El ‘No’, no significa quiero la guerra” e insistió: “A mí no me parece que el espíritu de las partes es que se reanuden las hostilidades”. De esta manera, el diplomático se refirió al referéndum. “Todas las guerras que empiezan terminan, esta se inició hace 52 años y ninguna de la razones que le dieron origen, hoy están vigentes”, dijo. Stubrin. (DyN)