“El padre Juan estaba muy angustiado porque lo habían amenazado a él y a su sobrino”

Las últimas personas que vieron con vida a Viroche lo vieron nervioso y preocupado, pero están seguros de que no se trató de un suicidio “A él lo mataron, lo hicieron suicidar”, opinó la pareja con la que el sacerdote compartió su última noche

07 Octubre 2016
“Estaba nervioso, angustiado. Se lo notaba que estaba cansado. Se veía que no soportaba la situación que estaba viviendo”, explicó Silvia Diosque. Ella y su esposo fueron las últimas personas que vieron con vida al padre Juan Viroche. Quedaron conmocionados cuando se enteraron, al día siguiente, que lo habían encontrado sin vida en el interior del templo. “Nos dimos cuenta que no estaba bien, pero jamás pensamos que sería capaz de hacer algo así. Para nosotros, el no se mató, sino que fue víctima de un crimen”, agregó la mujer que le confirmó a LA GACETA que el padre cenó en su casa de La Florida el lunes por la noche.

- ¿Le dijo por qué estaba tan mal?

- Sí. Nos dijo que lo estaban amenazando. Que no lo dejaban vivir. Que ya se habían metido con su sobrino, que era lo más sagrado que tenía en su vida. Tenía mucho miedo que le pudiera pasar algo malo a su pariente. Él vivía para ese chico.

- ¿Le comentó quién lo amenazaba?

- Nos dijo que eran las personas que él había denunciado por venta de drogas. Pero no nos dio nombres ni más detalles del tema.

- ¿En la Justicia investigan una línea sentimental?

- No sé nada de esa situación. Nos enteramos por lo que salió en LA GACETA. No creemos que sea cierta. No era capaz de hacer algo así.

- ¿Cree que pudo haber sido un pariente de esa mujer?

- Insisto: no sabemos nada de esa versión. Jamás lo vimos en nada extraño.

- ¿Había otra cosa que le preocupara al padre Juan?

- Sí. También estaba angustiado porque sabía que el domingo daría la última misa en la iglesia con la comunidad que tanto amaba y por la que se desvivía.

- Es cierto entonces que ya lo habían trasladado...

- Sí, él ya nos había contado que el obispo (Alfredo Zecca) había aceptado su pedido. Estaba muy asustado por las amenazas que recibía y, pese a que no quería irse, no tenía otra alternativa porque quería seguir viviendo.

- ¿Se dieron cuenta de que estaba mal?

- Sí. En su rostro se notaba el cansancio y la preocupación. Durante toda la cena tratamos de calmarlo.

- ¿Cree en la versión del suicidio?

- No, para nada. Él amaba la vida. Siempre la defendía. Hubiera sido incapaz de hacer algo así. Además, tampoco hubiera tomado esa decisión por su sobrino. Él amaba a ese chico. Me parece que a él lo mataron, lo hicieron suicidar. No fue una decisión propia, lo obligaron a ahorcarse. A esa sensación no me la quita nadie.

Comentarios