Rezaron y marcharon por el caso del cura

Catequistas y vecinos de La Florida se congregaron anoche en plaza Independencia.

MANIFESTACIÓN. La imagen de la Virgen y la foto del cura Juan Viroche. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI MANIFESTACIÓN. La imagen de la Virgen y la foto del cura Juan Viroche. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
13 Octubre 2016
Pese al comunicado del arzobispado, que estalló en horas de la siesta y en el que se los negaba como enviados de la Iglesia, Gustavo Vera y Mario Baudry mantuvieron la agenda que tenían preparada y, anoche, rezaron el rosario junto a los cientos de catequistas y vecinos de La Florida, que se congregaron en la Plaza Independencia para pedir el esclarecimiento del caso.

Sin embargo, antes de partir al principal paseo público de la capital, mantuvieron una hermética reunión en el Colegio León XIII, en Barrio Sur.

El encuentro estaba previsto para que debatieran “vecinos y sacerdotes”, por lo que describió Baudry.

Si bien se realizó a puertas cerradas, LA GACETA pudo saber que duró menos de una hora y que asistieron menos personas de las que estaban previstas, según creen, desalentados por el comunicado del arzobispado.

La idea, según uno de los asistentes, era “charlar en comunidad sobre el caso de la muerte del cura Juan Viroche”. Cerca de las 19, los asistentes salieron del colegio por la capilla para evitar a la prensa.

La marcha empezó puntual a las 8, con unas 50 personas que comenzaron a caminar desde la esquina de la plaza que enfrenta a la Casa de Gobierno y en el sentido de las agujas del reloj.

A través de dos parlantes que fueron ubicados en una estructura de hierro se escuchaban las oraciones en la voz del cura Javier Paz, de la Iglesia de la Merced. Él fue quien explicó que “a esta marcha no la convocaron ni Vera ni Baudry. La idea fue de los catequistas de la provincia y de la comunidad de La Florida”.

Lo hizo en respuesta al comunicado que había emitido la Iglesia local, en la que se aseguraba que la manifestación formaba parte del agenda de los “autoproclamados enviados papales”.

Con el correr de los metros y de las oraciones, se fueron sumando decenas de personas y la marcha terminó teniendo más de 100 personas. Los últimos en sumarse fueron Vera, Baudry y la hermana del cura Viroche, quienes se ubicaron en la cola de la manifestación. Poco más tarde, frente a la Casa de Gobierno, comenzó la desconcentración.

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