Un tribunal rechazó la denuncia penal que hizo el sindicato de taxistas contra la modalidad de transporte de pasajeros conocida como “Uber”. Los magistrados consideraron que no es delito, sino “un entuerto netamente comercial”.
El fallo sostiene, incluso, que quienes conducen vehículos para “Uber” desarrollan, en ese contexto, una actividad comercial lícita y en todo caso podrían existir faltas administrativas o infracciones de tránsito, mas no delitos.
El juez de instrucción Luis Zelaya se adhirió al dictamen del fiscal Jorge Ballestero y desestimó por inexistencia de delito la denuncia que la gremial de los taxistas formuló contra 33 conductores de “Uber” por los presuntos delitos de entorpecimiento del transporte, desobediencia, competencia desleal, instigación a cometer delitos y asociación ilícita.
El fiscal descartó las hipótesis de la instigación delictiva o de la asociación ilícita, al puntualizar que finalmente se trata del desarrollo de una actividad comercial lícita.
En su dictamen, además, Ballestrero desechó la instigación delictiva y la asociación ilícita, porque entendió que la aparición de Uber busca desarrollar una actividad comercial lícita bajo un modo de asociación con fines legítimos.
El juez Zelaya coincidió con ese criterio: “no parece lógico que la intención de los acusados esté o haya estado orientada a entorpecer el transporte al que pretenden sumar sus servicios”, sostiene.
"Más allá de la conflictividad que desató la aparición de Uber, lo concreto, lo real, es que, no se observa que en la vida cotidiana de los porteños se haya visto alterada la regularidad y eficiencia del servicio público de transporte individual de pasajeros ni cualquier otro, por cierto”, remarcó el juez.
El fallo subraya que todo parece girar en derredor de la disconformidad de los denunciantes con la aparición de un competidor comercial. Sin embargo, todo indica también que este fuero penal no es la vía apropiada para resolver el conflicto.
La decisión fue apelada por el estudio Cúneo Libarona, que representa a los taxistas, y está a estudio de la Sala Quinta de la Cámara del Crimen.
Uber es una plataforma digital o aplicación que conecta a las personas que quieran viajar a algún destino de una ciudad con conductores particulares que quieran llevarlos. El usuario tiene que descargar una aplicación, registrarse, indicar dónde está, dónde quiere ir y esperar por el auto.
La app comenzó a operar en Argentina en abril de este año. Sin embargo, su trabajo se vio afectado por el desacuerdo de los taxistas con la decisión de que una empresa privada opere en el país y de alguna manera le genere una competencia que, para el gremio, es ilícita.
El Gobierno de la ciudad se había unido a la protesta de los taxistas por considerar que trabajaban al margen de la ley, con seguros particulares que no son los adecuados, no tenían cobertura y los vehículos no poseían verificación técnica. Por lo que lo había considerado ilegal.
La Justicia porteña, a partir de estas declaraciones, oredenó una cautelar, pidió el cese del trabajo de la empresa y ordenó que se bloquee la aplicación hasta tanto se adecúe a las nortmativas de la ciudad.