04 Noviembre 2016
TRATAMIENTO. Es clave que esta enfermedad sea detectada a tiempo y tratada en el momento indicado. FOTO TOMADA DE DIARIOVASCO.COM
El terrible momento que atraviesan Luisana Lopilato y Michael Bublé a causa del cáncer que padece su hijo Noah, de tres años, puso el foco en esta enfermedad infantil de la que se tienen pocas certezas.
De acuerdo con la fundación Flexer, que trabaja con niños que padecen este mal, el cáncer infantil o pediátrico es el que afecta a chicos y jóvenes. En este caso lo hace de manera distinta a como ocurre con los adultos.
“Por ejemplo, muchos de los tipos de cáncer que se dan en la adultez son resultado de la exposición a agentes productores de cáncer, como tabaco, dieta, sol, agentes químicos y otros factores que tienen que ver con las condiciones ambientales y de vida. Mientras que las causas de la mayoría de los tipos de cáncer pediátricos son, todavía, desconocidas”, detalla la fundación que, en Tucumán, tiene su sede en el hospital de Niños.
Los tipos de cáncer más frecuentes en la adultez son: de pulmón, de colon, de mama, de próstata y de páncreas. En cambio, en los niños y en los adolescentes son: leucemias, tumores de sistema nervioso, de hueso, del sistema linfático (linfomas) y de hígado. Cada uno se comporta en forma diferente pero todos se caracterizan por la proliferación descontrolada de células anormales.
“La mayor parte de los adultos que padecen cáncer pueden ser tratados a nivel local, en sus comunidades de residencia. En cambio, el cáncer infantil no es tratado por el pediatra. Un niño con cáncer debe ser diagnosticado con precisión y tratado por equipos de especialistas en oncología pediátrica. Estos equipos se encuentran generalmente en los grandes hospitales pediátricos, en centros de alta complejidad o centros universitarios de referencia”, agrega la fundación.
Otra punto a destacar es que el cáncer infantil tiene (en la mayor parte de los casos) un mejor pronóstico que el de adultos. Por ese motivo, es importante que los chicos accedan al tratamiento adecuado en el tiempo indicado.
¿Cuándo sospechar un cáncer?
De acuerdo con una guía del hospital Alemán, los síntomas pueden ser los mismos que los de una enfermedad viral. Por lo tanto, es primordial el rol del médico en la detección de la patología. Estos son los síntomas que ameritan una consulta son el médico:
• Fiebre, pérdida de peso y apetito, palidez, fatiga, sangrados o moretones de fácil aparición, persistentes e inexplicables.
• Bultos en abdomen, pelvis, cuello y cabeza, extremidades, testículos, ganglios. • Dolor en huesos, articulaciones, espalda y fracturas fáciles.
• Manchita blanca en el ojo, estrabismo, ceguera o pérdida de visión, protuberancia del globo ocular.
• Signos neurológicos como cambios de conducta, trastornos de equilibrio, marcha, dolor de cabeza, agrandamiento de la cabeza.
• Vómitos por la mañana, estados febriles recurrentes no relacionados con infecciones. También hay que consultar cuando el chico pierde el interés en las cosas habituales que venía haciendo o inexplicablemente comienza a decaer su rendimiento escolar.
De acuerdo con la fundación Flexer, que trabaja con niños que padecen este mal, el cáncer infantil o pediátrico es el que afecta a chicos y jóvenes. En este caso lo hace de manera distinta a como ocurre con los adultos.
“Por ejemplo, muchos de los tipos de cáncer que se dan en la adultez son resultado de la exposición a agentes productores de cáncer, como tabaco, dieta, sol, agentes químicos y otros factores que tienen que ver con las condiciones ambientales y de vida. Mientras que las causas de la mayoría de los tipos de cáncer pediátricos son, todavía, desconocidas”, detalla la fundación que, en Tucumán, tiene su sede en el hospital de Niños.
Los tipos de cáncer más frecuentes en la adultez son: de pulmón, de colon, de mama, de próstata y de páncreas. En cambio, en los niños y en los adolescentes son: leucemias, tumores de sistema nervioso, de hueso, del sistema linfático (linfomas) y de hígado. Cada uno se comporta en forma diferente pero todos se caracterizan por la proliferación descontrolada de células anormales.
“La mayor parte de los adultos que padecen cáncer pueden ser tratados a nivel local, en sus comunidades de residencia. En cambio, el cáncer infantil no es tratado por el pediatra. Un niño con cáncer debe ser diagnosticado con precisión y tratado por equipos de especialistas en oncología pediátrica. Estos equipos se encuentran generalmente en los grandes hospitales pediátricos, en centros de alta complejidad o centros universitarios de referencia”, agrega la fundación.
Otra punto a destacar es que el cáncer infantil tiene (en la mayor parte de los casos) un mejor pronóstico que el de adultos. Por ese motivo, es importante que los chicos accedan al tratamiento adecuado en el tiempo indicado.
¿Cuándo sospechar un cáncer?
De acuerdo con una guía del hospital Alemán, los síntomas pueden ser los mismos que los de una enfermedad viral. Por lo tanto, es primordial el rol del médico en la detección de la patología. Estos son los síntomas que ameritan una consulta son el médico:
• Fiebre, pérdida de peso y apetito, palidez, fatiga, sangrados o moretones de fácil aparición, persistentes e inexplicables.
• Bultos en abdomen, pelvis, cuello y cabeza, extremidades, testículos, ganglios. • Dolor en huesos, articulaciones, espalda y fracturas fáciles.
• Manchita blanca en el ojo, estrabismo, ceguera o pérdida de visión, protuberancia del globo ocular.
• Signos neurológicos como cambios de conducta, trastornos de equilibrio, marcha, dolor de cabeza, agrandamiento de la cabeza.
• Vómitos por la mañana, estados febriles recurrentes no relacionados con infecciones. También hay que consultar cuando el chico pierde el interés en las cosas habituales que venía haciendo o inexplicablemente comienza a decaer su rendimiento escolar.
NOTICIAS RELACIONADAS