Precariedad, ineficiencia, indolencia

Los fiscales se reunieron y mostraron que guardan los secuestros judiciales (dinero, joyas, armas, expedientes) en frágiles armarios metálicos con candados, en bolsas de papel, en cajones, mientras las viejas oficinas del ex Comando son una tentación para cualquier intruso. Algunas ventanas tienen vidrios, otras rejas fácilmente barreteables y en algunas piezas hay cosas valiosas en el piso por falta de armarios. “He pedido una caja de seguridad más en marzo”, reniega el fiscal Washington Navarro Dávila. Hay quienes dicen que no puede ser la Policía quien custodie, siendo que hay cientos de causas contra policías (y hablaron de una “entregada”); y hay otros que dicen que la pelea entre el ministro fiscal Edmundo Jiménez y el presidente de la Corte, Antonio Gandur, tiene todos los pedidos de mejoras paralizados. Pero lo que muestra todo este menjunje es la crisis que genera inoperancia e ineficiencia y, lo que es peor, indolencia con las víctimas del sistema, que se quedan sin justicia.

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