"Los motociclistas le tienen más miedo a la multa que a la muerte"

El subsecretario de Tránsito de la capital señaló que no usar casco es uno de las transgresiones que más se ve en la ciudad. En San Miguel de Tucumán se labran unas 14.000 actas de infracción por mes. En Yerba Buena, en los últimos meses aumentaron un 150% la cantidad de multas.

AVENIDA MATE DE LUNA. Cerca del Monumento al Bicentenario, dos infracciones: sin casco y en contramano.  AVENIDA MATE DE LUNA. Cerca del Monumento al Bicentenario, dos infracciones: sin casco y en contramano.
27 Diciembre 2016
Un día después de que la subsecretaria de Estado del ministerio de Salud -Lucía Cebe- y la directora del hospital Padilla -Olga Fernández- se mostraran alarmadas por la cantidad de siniestros viales, el subsecretario de la Unidad Operativa de Tránsito y Transporte de la Municipalidad Enrique Romero señaló que en 2016 se realizaron 82.000 actas de infracción más que en 2015.

“Se labran alrededor de 14.000 multas por mes. Si bien la principal causa es estacionar en lugares prohibidos, en el caso de la moto hay altos porcentajes por manejar sin casco y en los autos, por conducir sin el cinturón de seguridad puesto. Otra de las causas más penalizadas es manejar mientras se habla por celular”, confió Romero.

Una de las máximas preocupaciones de las autoridades de Salud es la cantidad de personas que quedan con secuelas graves o mueren por transitar en moto sin casco. Al respecto, Romero coincidió en la preocupación y aclaró: “si uno va sin casco en la moto, el paragolpe es la cabeza. Siempre se sale despedido”.

El encargado de transporte explicó luego que una gran parte de lo motociclistas no se protegen la cabeza para transitar como manda la ley, pero luego no quieren aceptar las consecuencias. “Los tucumanos le tienen más miedo a la multa que a la muerte. Le hacen un escándalo al inspector. Y en esto no hay rango social. El otro día multamos a un hombre que pasó en rojo en una BMW, sin casco y hablando por celular. Tres transgresiones”.

Cuando se le consultó cuáles eran, según su opinión, las causas por las que los motociclistas infringen la ley en las calles tucumanas, Romero respondió fiel a su estilo: “Tucumán es la única facultad de ‘bobinas’ que hay en el país. Las motos circulan por donde quieren. El conductor de un auto tiene que ir preso de ellas, manejando con todos los espejos para evitar que una le salga por sorpresa”.

Pese a que el número de lesionados es mucho más grande en motos que en autos, -el 93% de las lesiones en la cabeza tienen como víctimas a motociclistas- en infracciones están parejos. “En la capital, 40% de las multas son para motociclistas y un número similar va para automovilistas”.

En Yerba Buena

El director de Tránsito de Yerba Buena, la segunda ciudad más poblada de la provincia, coincidió en que los números están subiendo: “desde junio, aumentaron un 150% la cantidad de multas por mes. Desde abril hasta noviembre, hubo 1.064 infracciones comunes (falta de documentación o casco) documentadas”, informó Nicolás Juárez Dappe.

Alarmado por esta situación, a la que calificó de flagelo, Juárez Dappe contó que envió dos proyectos de ordenanza al Concejo Deliberante local para que no se venda combustible a los motociclistas que no lleven el casco, y que a su vez el casco lleve en la parte trasera la patente del rodado.

“Este es un problema cultural. Mucho se hace alusión al tema de la comodidad y al calor como excusas para no usar el casco, pero es algo que tratamos de erradicar con controles. De hecho ya compramos ocho motos para esto, para controlar mas estrictamente y multar a quienes no se lo pongan. Lo que pasa es que la gente frena a 100 metros antes del control, se pone el casco, y se lo saca 100 metros después. Con inspectores motorizados vamos a poder evitar estas maniobras”, se esperanzó.

En Yerba Buena, al parecer, las motos le sacan una diferencia a los autos a la hora de quebrantar la ley. “A partir de junio, se secuestraron 398 vehículos: 224 motos, 145 autos, 24 camionetas, cuatro utilitarios y un camión”, explicó el funcionario.

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