05 Enero 2017
Con esta propuesta, el Estado escapa a la responsabilidad que tiene sobre la sociedad, donde cada vez hay más delincuentes y marginalidad porque no se le da a la gente lo que necesita. En vez de controlar que el ciudadano tenga la posibilidad de acceder a una vida digna y segura, se busca por otro lado dar una solución mágica.
No es una cuestión caprichosa: cada vez hay más chicos en la calle, pidiendo y con necesidades insatisfechas. A los chicos hay que cuidarlos y prepararlos para el futuro, y esto deviene una cuestión netamente de contenido social.
Con esta política, en cambio, habrá cada vez más marginados y excluidos. No es solución tener a nuestros adolescentes presos: la política que necesitamos es justamente la opuesta. Hace falta, por ejemplo, una Policía mejor pagada, con control de asuntos internos.
Hoy, en cambio, tenemos chicos desnutridos en los barrios, fumando paco, que se están muriendo y los derechos del niño no se respetan. El Gobierno nacional está totalmente confundido con esta medida.
No es una cuestión caprichosa: cada vez hay más chicos en la calle, pidiendo y con necesidades insatisfechas. A los chicos hay que cuidarlos y prepararlos para el futuro, y esto deviene una cuestión netamente de contenido social.
Con esta política, en cambio, habrá cada vez más marginados y excluidos. No es solución tener a nuestros adolescentes presos: la política que necesitamos es justamente la opuesta. Hace falta, por ejemplo, una Policía mejor pagada, con control de asuntos internos.
Hoy, en cambio, tenemos chicos desnutridos en los barrios, fumando paco, que se están muriendo y los derechos del niño no se respetan. El Gobierno nacional está totalmente confundido con esta medida.