“Ellos son personas, no son animales”

Los familiares de los presos vivieron con desesperación el motín en el penal de Villa Urquiza; denunciaron malos tratos y falta de agua. El director de Institutos Penales aseguró que las fuerzas actuaron con total profesionalismo. “Hubo mucho vandalismo”, expresó.

FUEGO EN LA CALLE. Ante la falta de información, los familiares encendieron neumáticos afuera. Los policías se plantaron con escopetas en las puertas.  FUEGO EN LA CALLE. Ante la falta de información, los familiares encendieron neumáticos afuera. Los policías se plantaron con escopetas en las puertas.
11 Enero 2017
Los familiares de los internos llegaron al penal a los tumbos, porque en la calle sólo se veían las sirenas de las patrullas. Vía redes sociales, les había llegado el rumor de que había decenas de heridos. Según explicaron después, la falta de agua desde hace una semana y el maltrato durante las requisas los días de visitas serían algunas de las complicaciones que exacerbaron el malestar de los presos.

Un corte generalizado en el sistema eléctrico habría sido la chispa que desató un motín en Villa Urquiza, el lunes a la noche. El apagón afectó al penal en su totalidad y a las zonas cercanas. Todo comenzó alrededor de las 23, cuando unos 60 internos de la Unidad II (son 300 en total) protagonizaron un motín que luego se extendió a las unidades I° y V°.

Fueron dos horas de máxima tensión. Primero se escucharon gritos y detonaciones desde el interior de la cárcel. Aparentemente, en medio de la oscuridad, los internos comenzaron a prenderles fuego a los colchones y esa situación motivó la reacción del personal del Servicio Penitenciario, que ingresó a los pabellones.

Presos y guardias se enfrentaron, con un saldo de cinco heridos (un preso y cuatro guardiacárceles), según la información oficial. Cerca de la 1.30, el reo herido fue traslado hasta el hospital Centro de Salud. Presentaba un corte en la cabeza.

Mientras, afuera los familiares reclamaban un parte oficial para saber cómo estaban sus parientes detenidos. La tensión era extrema, ya que vía redes sociales se había echado a correr el rumor de que había internos muertos como saldo de la represión. Luego llegaron efectivos de Infantería y del Grupo CERO (Cuerpo Especial de Rescate y Operaciones), quienes colaboraron para contener a los reclusos.

Preocupación

“No había luz. Son personas, no animales. ¿Cómo no nos van a dar información?, se quejó Rosa, quien aguardaba noticias sobre su hijo. La mujer justificó el temor de los parientes de los presos recordando el último motín. “Aquella vez decían que eran dos heridos cuando en realidad eran cerca de 30”, explicó a LA GACETA.

Alejandra, quien tiene a su marido privado de la libertad, aportó al respecto: “siempre nos ocultan información. No nos dicen nada. Ellos mismos ‘buscan’ a los presos para que reaccionen mal y hagan problemas”.

Cerca de las 2, la preocupación de los familiares iba en aumento, por lo que fue necesario que autoridades policiales que se encontraban dentro de la penitenciaría transmitieran algo de tranquilidad explicando que solamente había un preso herido.

“Tiene un corte en la cabeza y ya fue traslado hasta el hospital, está fuera de peligro”, anunció un jefe policial a los angustiados allegados. Además, el uniformado dijo que los incidentes ya estaban controlados. Sospechando que no se trataba del único reo con lesiones, los familiares permanecieron en la zona varias horas.

“Cuando se cortó la luz comenzaron a reprimir. Se escuchaban tiros y se veían colchones quemados. Hay gente quemada y golpeada. Queremos saber la verdad y nadie nos quiere informar”, se quejó Ricardo, padre de un preso.

Lourdes Gallardo, cuyo hermano Emanuel falleció en el motín de la Brigada Norte, también llegó al penal para informarse sobre el estado de salud de otro familiar. “Desde las 22 comenzaron a avisar que había internos heridos. Uno de mis hermanos ya murió quemado en un calabozo. Aquí tengo a otro hermano y no quiero que le pase lo mismo. Necesitamos que nos tranquilicen”, lamentó.

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