26 Enero 2017
FOTOS DE REUTERS
SANTIAGO DE CHILE, Chile.- Tres brigadistas murieron ayer, mientras combatían las llamas en el peor incendio forestal en la historia de Chile, un desastre que no da tregua y que podría extremar aun más su agresividad en los próximos días en medio de una intensa ola de calor en el país.
El Gobierno confirmó el fallecimiento de dos policías que quedaron atrapados por las llamas durante la tarde mientras ayudaban en la evacuación de comunidades cerca del Río Maule, a unos 300 kilómetros al sur de Santiago.
"Dos nuevas víctimas cobra el incendio más brutal que ha registrado nuestra historia. ¡Qué triste día para nuestro país!", dijo la presidenta chilena, Michelle Bachelet, a través de su cuenta en la red social Twitter.
Más temprano, las autoridades habían informado la muerte de un bombero que asistía a una familia mientras las llamas consumían su casa en una zona próxima a la sureña ciudad de Constitución.
La emergencia, que se prevé no cederá en los próximos días debido a los pronósticos de altas temperaturas y fuertes vientos, ha obligado a evacuar una decena de localidades bajo amenaza mientras la ayuda internacional llegaba para colaborar en la lucha contra los múltiples incendios.
"Va a empeorar en el transcurso de la noche, el día de mañana y, lo más probable, el día viernes", reconoció el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy.
Unos 50 brigadistas de México y un avión supertanquero especializado en la extinción de incendios se unieron a bomberos militares de Francia para reforzar las labores de los miles de funcionarios chilenos que desde la semana pasada hacen frente al desastre en la zona centro-sur de la nación.
Además, el Gobierno confirmó que un equipo de especialistas colombiano y otro peruano viajan rumbo al país, mientras que los gobiernos de Uruguay, Argentina y Estados Unidos también ofrecieron ayuda.
"Estamos recibiendo distintos apoyos internacionales que esperamos nos permitan poder contener más focos de fuego y extinguirlos, y darle un cierto descanso a los brigadistas y bomberos que han estado trabajando sin parar", dijo más temprano Bachelet.
La mandataria, que canceló su viaje a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) esta semana para atender la emergencia, se reunió durante el día con autoridades de la sureña localidad de Empedrado, una de las más afectadas desde donde cientos de personas fueron evacuadas.
Según las autoridades, los equipos lograron controlar 35 siniestros mientras que otros 64 se mantenían activos en ocho distintas regiones del país, con un área afectada de más de 190.000 hectáreas.
Unas 45 aeronaves, junto con más de 4.000 funcionarios militares y civiles, se encontraban desplegadas trabajando en las labores de control y extinción de los incendios, que ocurren en una zona marcada por una severa sequía en los últimos años.
Imágenes de televisión mostraban cómo brigadistas con ayuda de maquinaria pesada intentaban crear cortafuegos para impedir el avance de las llamas, entre nubes de humo y el intenso calor que ha marcado el verano austral, con los niveles de temperatura más altos en registro.
"Pasó el fuego y se quemó todo mi campo. Son cuatro hectáreas las que tengo y se quemó todo, todo, todo, menos la casa", dijo Susana Molina, de 82 años, una pequeña productora de vino en las afueras de la localidad de Cauquenes, 350 kilómetros al sur de Santiago. (REUTERS)
El Gobierno confirmó el fallecimiento de dos policías que quedaron atrapados por las llamas durante la tarde mientras ayudaban en la evacuación de comunidades cerca del Río Maule, a unos 300 kilómetros al sur de Santiago.
"Dos nuevas víctimas cobra el incendio más brutal que ha registrado nuestra historia. ¡Qué triste día para nuestro país!", dijo la presidenta chilena, Michelle Bachelet, a través de su cuenta en la red social Twitter.
Más temprano, las autoridades habían informado la muerte de un bombero que asistía a una familia mientras las llamas consumían su casa en una zona próxima a la sureña ciudad de Constitución.
La emergencia, que se prevé no cederá en los próximos días debido a los pronósticos de altas temperaturas y fuertes vientos, ha obligado a evacuar una decena de localidades bajo amenaza mientras la ayuda internacional llegaba para colaborar en la lucha contra los múltiples incendios.
"Va a empeorar en el transcurso de la noche, el día de mañana y, lo más probable, el día viernes", reconoció el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy.
Unos 50 brigadistas de México y un avión supertanquero especializado en la extinción de incendios se unieron a bomberos militares de Francia para reforzar las labores de los miles de funcionarios chilenos que desde la semana pasada hacen frente al desastre en la zona centro-sur de la nación.
Además, el Gobierno confirmó que un equipo de especialistas colombiano y otro peruano viajan rumbo al país, mientras que los gobiernos de Uruguay, Argentina y Estados Unidos también ofrecieron ayuda.
"Estamos recibiendo distintos apoyos internacionales que esperamos nos permitan poder contener más focos de fuego y extinguirlos, y darle un cierto descanso a los brigadistas y bomberos que han estado trabajando sin parar", dijo más temprano Bachelet.
La mandataria, que canceló su viaje a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) esta semana para atender la emergencia, se reunió durante el día con autoridades de la sureña localidad de Empedrado, una de las más afectadas desde donde cientos de personas fueron evacuadas.
Según las autoridades, los equipos lograron controlar 35 siniestros mientras que otros 64 se mantenían activos en ocho distintas regiones del país, con un área afectada de más de 190.000 hectáreas.
Unas 45 aeronaves, junto con más de 4.000 funcionarios militares y civiles, se encontraban desplegadas trabajando en las labores de control y extinción de los incendios, que ocurren en una zona marcada por una severa sequía en los últimos años.
Imágenes de televisión mostraban cómo brigadistas con ayuda de maquinaria pesada intentaban crear cortafuegos para impedir el avance de las llamas, entre nubes de humo y el intenso calor que ha marcado el verano austral, con los niveles de temperatura más altos en registro.
"Pasó el fuego y se quemó todo mi campo. Son cuatro hectáreas las que tengo y se quemó todo, todo, todo, menos la casa", dijo Susana Molina, de 82 años, una pequeña productora de vino en las afueras de la localidad de Cauquenes, 350 kilómetros al sur de Santiago. (REUTERS)
Temas
Chile