En Delfín Gallo tienen un desafío: derrotar al ausentismo

MIRADAS ATENTAS. Al finalizar el acto, chicos y grandes celebraron con aplausos. Ahora es tiempo de ingresar al aula y poner manos a la obra. LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO. MIRADAS ATENTAS. Al finalizar el acto, chicos y grandes celebraron con aplausos. Ahora es tiempo de ingresar al aula y poner manos a la obra. LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO.

En la escuela Wenceslao Posse se inauguró oficialmente el ciclo lectivo. Hubo payasos. Sueños de un escolta.

09 Marzo 2017

El patio de la escuela Wenceslao Posse, en Delfín Gallo, se vistió de fiesta ayer para celebrar el primer día de clases. Un acto protocolar con la presencia de funcionarios del Gobierno, números de canto y baile y la animación de un payaso y de un clown marcaron el desarrollo de una calurosa mañana.

Los docentes de los niveles inicial, primario y secundario procuraban ubicar a sus alumnos en sus lugares. Los padres seguían de cerca a sus hijos y los chicos charlaban con los amigos que no habían visto en las vacaciones.

En medio del usual clima en el que se mezclan el entusiasmo y los miedos por lo que puede traer un nuevo año escolar, un clown y un payaso llegaron para hacer reír. Ezequiel Nasci y Ramiro Trejo contaron que son artistas independientes y que ayer fueron invitados por el Ministerio de Educación para darle un toque distinto a la actividad.

“Nos convocaron para animar y hacer una recreación con los chicos antes, jugando a que también somos alumnos que llegamos a la escuela”, explicó Trejo. Con la nariz roja y la cara maquillada, el payaso afirmó que su intención es que los chicos tomen este inicio de clases como algo positivo, aunque a algunos les cueste. Apuntó que desde el juego y la diversión buscan ayudar a que todos entiendan la importancia de estudiar.

Un alumno decidido

El escolta de la bandera nacional del nivel primario se llama Kevin Gabriel Carrizo. Su materia preferida es Matemática y la que menos le gusta, Tecnología. Además de estudiar, a Kevin le encanta jugar a la pelota. A los 11 años, ya sabe que quiere ser profesor de Dibujo cuando sea grande. Detrás de él, sus compañeros alabaron su habilidad lápiz en mano.

“Quiero que se termine la primaria así empiezo la secundaria, para tener nuevos amigos”, expresó Kevin con una sonrisa.


El payaso Ramiro Trejo


A unos metros, Silvia Bravo, su mamá, lo miraba atentamente. “Nunca me dio trabajo para sentarse a estudiar. Siempre me han dicho que es un excelente alumno y muy buen compañero”, declaró orgullosa.

Bravo, que tiene dos hijos más, opinó que muchas veces los chicos hacen lo que quieren y no estudian porque no tienen el apoyo de los padres y que, por eso, ella y su esposo dialogan con Kevin y con sus hermanos.

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Las educadoras

Analía Medina, profesora de Matemática en la secundaria, opinó que se necesita más acompañamiento por parte de la familia y más responsabilidad por parte de los estudiantes. Según lo que observó en las mesas de exámenes de febrero, muchos no se prepararon bien para rendir y algunos ni siquiera se presentaron.

“Este año estamos más capacitadas y vamos a apuntar a trabajar más con las TIC (tecnologías de la información y comunicación)”, comentó Medina.

La necesidad que tiene la escuela de que la familia se involucre en la educación de los chicos también fue un punto al que hicieron referencia en sus discursos el gobernador, Juan Manzur, y la directora del establecimiento, Susana Borrás.

Antes de las palabras del titular del Ejecutivo, Borrás manifestó que como institución se proponen enfrentar el desafío de mejorar la calidad educativa, ofreciendo propuestas creativas e innovadoras de enseñanza, que inviten a los alumnos a investigar, discutir, consensuar y estudiar. Mencionó que ya diseñaron estrategias para superar los problemas de la comunidad, como el ausentismo. Al finalizar el acto oficial, la comitiva del gobernador se retiró antes de que comenzaran los números artísticos de canto y baile.

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