El alfarismo intentó vender la ex Dirección de Tránsito

El concejal Franco acompañó a la oposición

DÍSCOLO. El concejal Franco (ApB) no votó ayer junto al resto de su bancada. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio DÍSCOLO. El concejal Franco (ApB) no votó ayer junto al resto de su bancada. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio
11 Marzo 2017
Concejales aliados y opositores al intendente, Germán Alfaro, desataron en el recinto una verdadera puja de poder. Los ediles de Tucumán Crece-PJ, alineados a Casa de Gobierno, afirmaron que se retiraron conformes: pudieron llevar sus temas al recinto. Ellos habían convocado la sesión extraordinaria porque sostuvieron que la Municipalidad les imponía la agenda.

El interbloque Acuerdo para el Bicentenario (ApB) dio quórum e intentó incluir el tratamiento de la venta de la ex Dirección de Tránsito (de donde el Municipio obtendría fondos para pagar la indemnización de la casa Sucar). Sin embargo, no logró reunir los votos suficientes.

Luego de tres horas de debate y de crítica mordaz, los ediles aprobaron por unanimidad la ordenanza para dotar a las escuelas municipales de un protocolo para casos de adicciones, violencia y suicidios.

Quórum, quórum

La mitad de las 18 bancas del recinto estaban ocupadas a las 9, horario fijado para el inicio del debate. Los siete concejales de Tucumán Crece-PJ y los dos ediles bussistas aguardaban por sus colegas alfaristas. Necesitaban un concejal más para alcanzar el quórum.

El presidente, Javier Aybar, bajó al recinto a las 9.05 y tocó el timbre para oficializar la convocatoria. Saludó uno a uno de todos los opositores y bromeó con Ricardo Bussi (Fuerza Republicana) y con el peronista David Mizrahi. “Guarda que así nos está dando quórum”, le dijeron a Aybar, aliado de Alfaro. El presidente se retiró del recinto. No había concejales para iniciar el debate. Dante Loza (presidente del bloque Tucumán Crece-PJ), golpeaba su banca impaciente, y repitió con sorna “quó-rum, quó-rum, quó-rum” por un momento. Aybar regresó a las 9.20 para dar quórum y para presidir la sesión. Los ocho ediles del ApB restantes bajaron presurosos a sesionar cuando los peronistas Matías Figueroa y María Belén Cruzado Sánchez izaban las banderas nacional y provincial, respectivamente.

De nuevo la casa Sucar

Apenas inició el debate, el presidente del interbloque ApB, Agustín Romano Norri, mocionó que se incluya en el temario el proyecto para vender por licitación la ex Dirección de Tránsito (Buenos Aires 75/79). Loza miró con sorpresa a sus compañeros de bloque. El ApB necesitaba alcanzar 12 votos (dos tercios del cuerpo). Hace dos semanas, la oposición había logrado frustrar los planes de Alfaro. Si bien los concejales habían sancionado por unanimidad la expropiación de la casa Sucar, también habían logrado enviar nuevamente el proyecto de venta del inmueble de la Buenos Aires primera cuadra, de donde saldrían los fondos para hacerse con la casona.

“Cuando vino el intendente el 1 de marzo a inaugurar las sesiones, afirmó que contaba con los fondos para expropiar la casa Sucar gracias a un fondo de contingencias. ¿Qué necesidad tenemos entonces de rematar una propiedad de los vecinos?”, justificó Bussi su voto negativo. Romano Norri cruzó al opositor y aclaró que el objetivo era expropiar sin gastar el fondo de contingencias, para contar con dinero para afrontar la asistencia en caso de inundaciones. La oposición, que contó con el voto del alfarista José María Franco, triunfó 10 a 8, por lo que la iniciativa deberá tratarse en la comisión correspondiente.

Protocolo educativo

El primer asunto propuesto en la convocatoria se abordó cuando habían transcurrido dos horas de debate. Los concejales debían votar si autorizaban o no el tratamiento del proyecto para implementar un protocolo de abordaje del consumo de estupefacientes. La elección resultó idéntica a la anterior: 10 votos a favor de tratar la iniciativa (la oposición más el apoyo del alfarista Franco), y ocho en contra.

El radical José Argañaraz explicó que votaron en contra del tratamiento porque le parecía un “capricho” de la oposición que se trate en una sesión extraordinaria. El peronismo alineado a Casa de Gobierno replicó que la temática era urgente, y que debía aprobarse de inmediato porque habían comenzado las clases.

Bussi pidió la aprobación del protocolo y criticó, enajenado, la postura del radical. “Argañaráz se oponía a tratar este proyecto porque aún necesitaba el dictamen de la comisión de Moralidad, pero hace dos minutos querían tratar la venta de la ex Dirección de Tránsito sin tratarlo en Peticiones y Poderes. Recuperemos la cordura por favor”, disparó. El radical Raúl Pellegrini se irritó: “no se dejen engañar, pusieron estos temas para tratarlos acá, pero no por los proyectos en sí. Es vergonzoso. El cinismo me exaspera. Usan a los niños. Quieren instalar un microclima de desgobierno para desestabilizar al intendente”. La peronista Graciela Suárez de Cano, una de las autoras de la iniciativa, pidió votar de inmediato. “No hagamos circo con este tema”, disparó. Finalmente el protocolo fue aprobado por unanimidad.

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