Asaltan y golpean a un joven a tres cuadras de la comisaría

“Sacó una pistola y me apuntó al pecho. Me dijo que si no le daba mi celular, me iba a pegar un tiro”, relató un adolescente de 14 años que sufrió un violento asalto el miércoles al mediodía, cuando esperaba el colectivo en el corazón de Villa Mariano Moreno. El resto de ese día lo pasó en el hospital, esperando para saber si tenía coágulos en la cabeza, porque el asaltante le asestó un fuerte culatazo antes de subirse a la moto de un cómplice.

La familia del muchacho herido se sorprendió más por la visita de LA GACETA que por el asalto. “Es que eso pasa todos los días acá. Y eso que esta es la zona más linda de la villa”, advirtió su tía, Mirta Coletti. Los asaltantes lo abordaron en la esquina de 17 y 8, alrededor de las 13. No les importó el gran movimiento que tiene la esquina en ese momento ni que un negocio cercano estuviera lleno de clientes. Estos, y algunos vecinos, salieron al escuchar los gritos del muchacho, pero llegaron sólo para ver cómo huían los ladrones en una moto blanca.

“Cuando estaba esperando el colectivo me llegó una llamada. Mientras hablaba sentí que alguien venía corriendo hacia mí. Estaba a cara descubierta, era flaco. Unos 40 años. Yo me resistí a dárselo, entonces sacó una pistola y me la puso en el pecho. Después me pegó el culatazo, me sacó el teléfono y se fue corriendo”, advirtió el muchacho.

El golpe fue tan fuerte que a la pistola se le cayó el cargador. Mientras el asaltante se agachaba a buscarlo y lo colocaba, su cómplice motociclista, que también estaba con la cara descubierta, le ordenaba a los gritos que se apresurara. El adolescente llegó a su casa con el rostro lleno de sangre que caía desde su cabeza, con la ayuda de los testigos del asalto.

Zona peligrosa

El ataque ocurrió en el casco viejo de Villa Mariano Moreno, a dos cuadras de la plaza principal y a tres de la comisaría. Sin embargo, la presencia de los uniformados no amedrenta a los asaltantes, según la familia. “En la puerta a mí me quisieron asaltar para robarme la cartera tres veces. Pasa todos los días, a cualquier hora. Hace un tiempo, incluso, a los ladrones se les dio por abrir todos los portones de la cuadra, o entraban por los techos. Es un caos. Ahora encima hay que dar gracias de que no le metieron un tiro”, se quejó Adriana Coletti, la madre del joven. La familia vive a no muchas cuadras del lugar del asalto.

Los parientes insisten que, pese a todo lo que ven a diario, siguen estando más seguros que en otros sitios de la ciudad. “Los barrios 180, San Lorenzo, 1° de Noviembre y San Ramón la pasan mucho peor que nosotros. Es que la villa creció mucho en los últimos años y uno ya ni siquiera sabe cómo se llaman algunas zonas”, explicó Mirta, quien hace algunos meses sufrió también un violento episodio.

“Volvía a mi casa por la ruta. Se me acercó una moto y uno de los tipos se tiró encima mío para sacarme la cartera. Me tiró a la banquina y después se fue, porque un hombre que venía en una camioneta comenzó a hacerle luces. Cuando pasamos por la estación de servicio vi a los ladrones que me asaltaron y se lo dije a la Policía, pero hasta que me tomaron todos los datos y me preguntaron 500 cosas, cuando fueron a buscarlos ya no estaban. Al final sí recuperé mis cosas porque los ladrones esa misma noche le sacaron la moto a la mujer de un policía. Al otro día encontraron la motocicleta y mi bolso”, relató.