“Pasará el que cometa menos errores”, dijo Amaya, técnico de Deportivo Aguilares

 la gaceta / foto de Osvaldo Ripoll (archivo) la gaceta / foto de Osvaldo Ripoll (archivo)
13 Abril 2017
Pasaron 32 días de la última vez que jugó oficialmente. Fue en Metán, donde Deportivo Aguilares le ganó por 2 a 1 a Deportivo El Crestón, lo que le permitió terminar primero en la zona 10 de la Región Norte y evitar la primera fase final.

El “Celeste” visitará el domingo, a las 16.30 a Deportivo Marapa, en el cotejo ida de la segunda fase, que tendrá como árbitro a Nelson Bejas.

“El descanso nos sirvió para recuperar a jugadores que sufrieron lesiones. Gerardo Sosa,capitán y pieza clave en el equipo, se recuperó y está al 100 por ciento. Hay otros futbolistas que están en un 75%, ya que padecieron problemas intercostales o de pubalgia”, indicó Ricardo Amaya (foto).

El técnico de Deportivo Aguilares sabe que el “parate” los benefició por un lado, pero también les puede jugar en contra. “Espero que no nos afecte en lo futbolístico, porque más allá de haber jugado amistosos contra Ñuñorco y Bella Vista, la competencia oficial es completamente diferente”, explicó.

Las dos últimas veces que se enfrentaron hubo muchos goles. Primero, el “Celeste” ganó por 3 a 0, mientras que luego Marapa se tomó revancha y lo venció 4 a 2.

“Los dos conjuntos tienen un gran potencial ofensivo. Nosotros tenemos a Diego Velárdez y a Claudio Bazán en el ataque, mientras que en Marapa están José Moreno y Sebastián Dip. Son delanteros a los que no les podes dar ninguna ventaja. Al margen de que las finales son siempre cerradas, creo que en los dos partidos se convertirán varios goles”, señaló.

El DT sabe que deberán jugar concentrados. “Es una final de 180 minutos. En esta instancia cada error se paga muy caro. Pasará el que cometa menos errores”, señaló el entrenador que ya tiene a los 11 titulares confirmados: Nahuel Fernández; Sosa, Ramiro Rodríguez, Martín Pedraza y Maximiliano Carabajal; Ignacio López, Jorge Díaz, Ariel Aragón y Javier Mangarella; Velárdez y Bazán.

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