Zecca, en el Tedeum: "ningún triunfo social se logra sin postergar los propios intereses"

TEDEUM. Manzur y Michetti, durante la ceremonia. LA GACETA / DANIEL FERNÁNDEZ TEDEUM. Manzur y Michetti, durante la ceremonia. LA GACETA / DANIEL FERNÁNDEZ

El arzobispo Zecca presidió la ceremonia a la que asistieron la vicepresidenta Gabriela Michetti y el gobernador Juan Manzur. Video.

09 Julio 2017

El arzobispo Alfredo Zecca presidió el solemnte Tedeum con el que se conmemoró el 9 de Julio. En la iglesia Catedral estuvieron la vicepresidenta Gabriela Michetti, el gobernador Juan Manzur y el intendente Germán Alfaro, entre otras autoridades políticas, judiciales y militares. El religioso les pidió a los políticos que dejen de lado los intereses personales y partidiarios para darles prioridad a las necesidades de la sociedad.

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El Tedeum comenzó pasadas las 10, luego del izamiento de la bandera, que se realizó en la plaza Independencia.

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“Todos sabemos que los primeros años de la Argentina no fueron fáciles ni tranquilos: las guerras golpearon a todas las familias, la organización definitiva tardó en llegar, la calidad de vida no siempre fue buena, la precariedad de la existencia se hacía notar. Pero había espíritu de sacrificio, amor por la Patria, grandeza, generosidad y, por ello mismo, lograron hacer realidad lo que soñaron. Sí, hacerlo realidad para nosotros”, destacó el arzobispo.


ZECCA. El arzobispo, durante el Tedeum. LA GACETA / NATALIA VIOLA

Zecca argumentó que el esfuerzo de los próceres tuvo éxito gracias al cultivo de virtudes cívicas. “esas de las que hoy constatamos con dolor su carencia”, lamentó.

“Ningún triunfo social se logra sin postergar los propios intereses: para tener éxito como país, es necesario dejar de lado muchas pretensiones – aun legítimas – para apostar al bien común. Los primeros que deben hacer esto son quienes nos gobiernan, para así enseñarlo, con la acción y con el ejemplo, a los demás. Es difícil, cuando uno sospecha de sus dirigentes, hacer esfuerzos, dejar de lado las protestas fáciles para comprometerse con el cultivo de las virtudes, con el estudio que ennoblece, con el trabajo honesto y esforzado”, agregó.

A continuación, algunas de las frases más fuertes de la homilía:

- “Quisiera recordar a los políticos, a los empresarios, a los sindicalistas, a toda la dirigencia, que el poder tiene, necesariamente, una función social, y que sólo cuando es ejercido desde esa función social que deja atrás intereses personales y partidistas siempre secundarios ante lo que constituye, en definitiva, lo primordial, dicho poder puede tener consecuencias constructivas”.

- “Un buen gobierno debe generar las condiciones para que todos los ciudadanos puedan crecer como personas. Se trata de condiciones sociales, económicas, jurídicas y, sobre todo, culturales. Ningún pueblo saldrá de sus dificultades si no toma en serio la educación

- “La educación en Argentina está, cuando menos en ‘emergencia’, por no decir ‘tragedia’”.

- “Los ciudadanos deben asumir seriamente su deber de crecer como personas para aportar su cuota al bien común de la Nación. Es necesario recordar que ningún gobierno ni política pública va a hacer lo que a ellos compete”.


TEDEUM. Juan Manzur y su esposa, en primer plano; Michetti, al fondo. LA GACETA / ANALÍA JARAMILLO

- “La Iglesia no cesará jamás de exhortar a los argentinos al diálogo, a la reconciliación que todavía nos debemos, al cultivo de una cultura del encuentro. Pero hemos de ser conscientes de que el tan ansiado diálogo social se dará en la medida en que nos acostumbremos a mirar en la misma dirección para alcanzar el crecimiento de esta casa común, que es la Nación, que todos compartimos y de la que somos solidariamente responsables”

- “Seremos nosotros la generación que se anime a asumir este gran desafío para la Argentina que soñamos y podríamos realizar?. Dios nos ayude a recoger este urgente desafío y lanzarnos en pos de estos grandes objetivos cuya consecución unifica, reconcilia, hermana y hace dejar atrás rencores y diferencias tan inútiles como estériles, para construir una “casa común”, una Nación de la que todos nos alegremos de formar parte porque nos permite desarrollarnos plenamente como personas y crecer en libertad y fraternidad”.

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