Madrid analiza una intervención para Cataluña

El Gobierno catalán insiste con que el Parlamento regional debe declarar la independencia y pide que haya mediación internacional. La Comisión Europea avala a Rajoy, pero advierte que la violencia no puede ser usada como una herramienta política

NO RETROCEDEN. Después de la represión, catalanes se movilizan en Barcelona para reivindicar el referéndum. reuters NO RETROCEDEN. Después de la represión, catalanes se movilizan en Barcelona para reivindicar el referéndum. reuters
03 Octubre 2017

MADRID/BARCELONA.- El Gobierno español de Mariano Rajoy y las autoridades de Cataluña comenzaron a disputar ayer un delicado ajedrez político bajo la amenaza de una declaración unilateral de independencia, inminente tras el polémico referéndum soberanista del domingo.

“Las cosas no pueden seguir igual, no podemos continuar con el statu quo actual”, avisó el jefe del Ejecutivo catalán, Carles Puigdemont, tras una reunión de su Gobierno en Barcelona convocada “para analizar la victoria del ‘sí’ a la ruptura con España por un 90% de los votos”.

Publicidad

La crisis abrió otro flanco para Rajoy debido a los incidentes del domingo, cuando la Policía, por orden judicial, trató de requisar urnas e impedir el sufragio, ante la resistencia de los votantes.

Según el Gobierno catalán, 900 ciudadanos tuvieron que recibir asistencia por la acción policial, incluyendo heridos de diversa consideración. El Ministerio del Interior español, como contrapartida, dijo que 430 agentes tuvieron que ser atendidos.

Publicidad

En protesta contra la actuación de la Policía, entidades independentistas y sindicatos de Cataluña convocaron para mañana una huelga general a la que se plegaron las autoridades regionales o instituciones como la Universidad de Barcelona o la Federación Catalana de Fútbol. No lo hicieron los dos sindicatos mayoritarios de España, Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores, que condenaron la actuación policial, pero rechazan el plan de Puigdemont para declarar la independencia.

La Comisión Europea respaldó a Rajoy y afirmó que bajo la Constitución española, la votación en Cataluña no fue legal; pero admitió que la violencia no puede ser instrumento político.

Puigdemont insiste con que el Parlamento regional debe declarar la independencia de Cataluña en los próximos días: “El resultado es vinculante y tenemos el deber de aplicarlo”. A la vez, se mostró abierto al diálogo amparado por actores internacionales.

“El momento aconseja mediación, y la mediación tiene que ser internacional”, sostuvo. “Pedimos que no nos pongan condiciones. La UE debe dejar de mirar a otro lado, porque lo que pasa en Cataluña es un asunto europeo”.

La victoria de los independentistas el domingo era previsible: el referéndum se celebró pese a que había sido suspendido por el Tribunal Constitucional español, por lo que muchos partidarios del “no” a la ruptura con España -más de un 50% de los catalanes, según sondeos- lo vieron ilegal y no fueron a votar.

Rajoy negó siempre su legitimidad y el domingo llegó a decir que “no hubo un referéndum, sino una escenificación”, pero la crisis institucional abierta, considerada la más grave de las últimas décadas en España, lo obliga a buscar salidas políticas.

El último recurso

El Gobierno analiza un recurso extremo: aplicar el artículo 155 de la Constitución que autoriza a adoptar “las medidas necesarias” para obligar a una región cumplir sus obligaciones. Es decir, intervenir parte de la autonomía de Cataluña. Algunos reclaman ese paso abiertamente “para frenar el golpe a la democracia en Cataluña”. Rajoy tiene reparos.

La decisión dependerá en parte de los pasos que se den en Cataluña. El Parlamento catalán fijará mañana la fecha de un pleno para analizar los efectos de la consulta. Sería la cita que podría aprobar la declaración unilateral de independencia y, por lo tanto, el ultimátum para que Madrid logre desactivar ese paso o preparar una respuesta.

La aplicación del artículo abre la posibilidad de que el Gobierno español intervenga parte o toda la autonomía de una región para obligarla a cumplir con sus obligaciones, algo que Cataluña dejó de hacer al celebrar el domingo su referéndum independentista pese a la prohibición del Tribunal Constitucional. (DPA-Reuters)

Comentarios