Luego de estar un día alojado en la comisaría 2° por un incidente con dos policías, el presidente del Colegio de Martilleros Públicos, Bartolomé Humberto Morales, quedó libre. El fiscal Washington Navarro Dávila había pedido su detención por daños a bienes del Estado y atentado y resistencia a la autoridad, pero el juez Francisco Pisa no hizo lugar al planteo.
Según consta en los documentos oficiales de la Policía, dos efectivos de la Guardia Urbana fueron hasta La Madrid y San Luis porque les habían advertido que un hombre manejaba en estado de ebriedad. Allí pusieron sus motos delante de un Chevrolet Meriva estacionado, cuyo conductor se encontraba apoyado en el volante. Siempre según el parte, los efectivos empezaron a hablarle hasta que se despertó, y le pidieron que los acompañara hasta la comisaría. El conductor dijo que sí, pero en vez de cumplir su promesa, habría acelerado y embestido las motos, por lo que los efectivos corrieron hasta su puerta, la abrieron y le quitaron la llave.
En el documento también se puede leer que, al bajarse, el hombre se mostró enfurecido e intentó agredir a los uniformados, pero fue reducido de inmediato. Toda la escena fue vista por un hombre de 87 años, padre del aprehendido, que viajaba como acompañante. Al trasladarlo a la comisaría 2°, se identificó como Bartolomé Humberto Morales y quedó alojado allí por orden de la fiscalía V°.
Según se pudo saber, Morales fue presentado en Tribunales ayer al mediodía pero la fiscalía esperó hasta las 18 para hacer el pedido de detención porque estaban esperando el resultado del dosaje alcohólico que se le realizó. Según una alta fuente judicial, el resultado habría sido casi 1,7 gramos de alcohol en sangre, cuando la ley estipula que debe ser cero.
Se trata de un resultado similar al que arrojó el análisis a Dante Adrián Juárez, detenido desde diciembre del año pasado por protagonizar un choque en el que murieron tres mujeres en la autopista Tucumán-Famaillá. Causalmente, esa causa había sido instruida por esta misma fiscalía.
El oficio fue contestado poco después. Desde el Juzgado de Pisa no se hizo lugar al pedido de detención, por lo que de inmediato partió una orden de liberación hacia la comisaría. Al cierre de esta edición, Morales no había abandonado su celda.
Las motos dejarán de andar una semana
Las dos motocicletas que fueron chocadas en el incidente en que está involucrado Bartolomé Humberto Morales (52) presidente del Colegio de Martilleros de Tucumán, están siendo sometidas a pericias y aún no se sabe cuándo podrán volver a las calles. “No sabemos aún cuánto costaría arreglarlas. Los daños no son graves: tienen espejos rotos, luces rotas, una rueda descentrada. Cuestiones complementarias, por suerte. Estimo que podrían estar sin andar una semana”, estimó el jefe de la Guardia Urbana, Ricardo Fresneda. La pérdida para la división es grande, ya que cuentan con 12 motos.
“Nos afecta mucho, son dos motos que andan todo el día. Tengo seis motoristas que se turnan las 24 horas para usarlas y ahora los tengo que mandar a hacer calle. Esas motos recorren un sector de unas 14 manzanas. Ahora habrá que modificar los recorridos para evitar que esos lugares queden sin prevención”, agregó. La Guardia Urbana hace trabajos de prevención en el centro, el Barrio Norte y el Barrio Sur.
“Pediremos informes”
El director de Tránsito de la Municipalidad, Enrique Romero, anticipó que pedirá a la Policía informes del episodio para saber si el carnet de Morales es de la capital. En caso positivo, afirmó, se lo retendrán.
“Mucha gente intenta darse a la fuga, sobre todo cuando están ebrios. Incluso dejan la documentación y escapan. Además, los inspectores reciben agresiones verbales. Rara vez se llega a una escena de pugilato, pero las ha habido”, advirtió.
También explicó que este año atropellaron a cuatro inspectores en intentos de fuga. “Y nos apedrean los móviles. La gente saca chapa, le dice al empleado que lo va a hacer echar, le dicen ‘negro de m..., coimero, gato’. El otro día paramos un colectivo que había pasado en rojo un semáforo y los pasajeros sacaban la cabeza por la ventana para decirles que se dejen de joder, que dejen de recaudar”.