En la reserva de Horco Molle dicen que ya no saben a quién recurrir para frenar la inseguridad en la sendas

El director de la institución dijo que, a pesar de las denuncias, no hay presencia policial en los caminos del cerro.

LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
14 Octubre 2017

Más de 2.000 bikers circulan todos los fines de semana por las sendas de Horco Molle. A eso hay que sumarle las personas que van a correr, a caminar o simplemente a pasar el día en un ámbito natural. Pero ese paraíso puede convertirse en una pesadilla de un momento a otro: los ladrones acechan a los deportistas y las autoridades de la Reserva de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) aseguran que ya no saben a quién recurrir para pedir seguridad en la zona.

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En las últimas horas se viralizó un video que muestra unas trampas rudimentarias que fueron instaladas en una de las sendas del cerro. Se trata de palos con las puntas afiladas que están clavados en la tierra y ocultos debajo de ramas. Su objetivo es que los ciclistas pasen por encima, pinchen sus ruedas, caigan al suelo y sean atacados por los ladrones.





“Hicimos denuncias constantes en la Municipalidad, en la Policía Federal, en la Justicia… Las trampas del video son para robarles a los bikers. Todo está presentado ante el fiscal que investiga las causas. Pero no se hace nada y ya no sabemos a quién recurrir”, lamentó Juan Pablo Juliá, director de la reserva de Horco Molle.

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Juliá resaltó que la UNT posee medios limitados para controlar la zona. “Esta mañana mandé a desarmar cualquier trampa que encontraran en los caminos. Tengo la sensación de que no nos acompaña nadie. Se ven policías en la avenida Perón, pero no están en las sendas”, expresó.


Los problemas de inseguridad en los caminos que suben a San Javier no son nuevos. En 2013, luego de una serie de ataques, un grupo de ciclistas sorprendió al entonces gobernador José Alperovich en un bar del pie del cerro y le pidió que arbitre los medios para que haya más controles. Sin embargo, el tiempo pasó y la situación no cambió.

“La inseguridad es algo que fue creciendo con el tiempo debido a que cada vez va más gente y a que el control no es efectivo. Tampoco se ve que la Justicia investigue a fondo. Nos sentimos desamparados”, manifestó Juliá.

Los bikers sostienen que el autor de las trampas y de varios de los robos que se producen en la zona es un individuo que vive en el sector de La Olla y que, a pesar de las denuncias en su contra, sigue libre.

“El daño que genera la inseguridad es mayor que el daño ambiental. Es mucha la gente que circula por la zona y eso ameritaría más controles”, concluyó el director de la reserva.



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