San Martín volvió a jugar mal y esta vez el equipo se fue silbado

Los "Santos" igualaron ante Mitre y volvieron a dejar escapar dos puntos. Los goles.

CABEZAS GACHAS Y MIRADAS PERDIDAS. Los jugadores de San Martín dejan el campo luego del pálido empate contra Mitre; el “Santo” volvió a tener otra mala tarde y sigue sin poder despegar en el torneo.  la gaceta / foto de hector peralta CABEZAS GACHAS Y MIRADAS PERDIDAS. Los jugadores de San Martín dejan el campo luego del pálido empate contra Mitre; el “Santo” volvió a tener otra mala tarde y sigue sin poder despegar en el torneo. la gaceta / foto de hector peralta
17 Octubre 2017

Rara vez la voz popular falla. Cuando la masa se expresa siempre se debe a alguna razón. Y ayer en La Ciudadela, la silbatina con la que el público despidió al equipo habló por sí sola. Mucho más si se tiene en cuenta que una multitud volvió a colmar el estadio y alentó al equipo desde el primer minuto. Pero esta misma gente se retiró del estadio con un gran dolor en el corazón, producto de un equipo que no despega, que sigue dando pasitos en lugar de pisar fuerte en el torneo y que no transmite nada desde el campo de juego. Debido a todo esto, el hincha dejó La Ciudadela con bronca.

El 1-1 del final fue lapidario para San Martín, que, si bien sigue invicto, necesita comenzar a ganar porque está claro que sumando de a un punto no va a llegar a la tierra prometida.

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Ayer fue más de lo mismo. El equipo volvió a mostrar una alarmante falta de ideas que, combinada con la carencia de cambio de ritmo, hacen un cóctel explosivo que termina minando las chances de llegar al gol.

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Por ese motivo sólo convirtió en tres de las cinco fechas que lleva jugadas: uno, de rebote; otro, de penal, y el de ayer, una “guapeada de Rolando Serrano, quien habilitó a Claudio Bieler. Vale decir que este último demostró lo importante que puede ser para San Martín si lo asisten como se debe.

Pero ese tanto de “Taca” no alcanzó, porque el “Santo” siguió atado de pies y manos, y porque Diego Cagna no estuvo lúcido para darse cuenta de cómo cambiar la ecuación desde afuera.

¿Hasta cuándo habrá que esperar para ver un equipo explosivo que ponga en aprietos a sus rivales? ¿Por qué le cuesta tanto dar dos pases seguidos o cambiar el ritmo cuando pasa la mitad de la cancha? ¿No es tiempo de cambiar los jugadores que no vienen rindiendo y de probar con otras opciones?

Todas esas preguntas se hicieron los hinchas de San Martín, luego de ver 90 minutos soporíferos.

Mitre, de Santiago del Estero, hizo muy poco para llevarse un punto. Nelson Benítez acertó un pleno, tras un yerro defensivo del “Santo” y dejó sin resistencia a Ignacio Arce. Gol, 1 a 1 e historia juzgada.

Porque los santiagueños fueron inteligentes al replegarse cerca de su arco: sabían que resultaba casi imposible que San Martín generara en 15 minutos lo que no había podido hacer en 75.

Y, en efecto, así fue. Sin ideas y sin juego, el “Santo” fue en busca de un milagro, ese que nunca apareció por La Ciudadela.

Pasan las fechas y el equipo no sólo no aparece: las fallas y las faltas de juego, de velocidad y de rebeldía para cambiar la historia son alarmantes. Los hinchas dejaron un claro mensaje ayer: prácticamente ya no queda margen para el error.

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