La Casa de Gobierno estaba preparada anoche para una fiesta. La expectativa del oficialismo provincial de repetir el resultado de las Primarias y de quedarse con tres de las cuatro bancas en juego generó que se organizara una celebración especial.
Desde temprano, se acomodaron algunos sillones en el pasillo central de la planta baja y pantallas para seguir el escrutinio (esta vez el salón Blanco no fue protagonista). También mesas donde se ofrecieron sánguches y pizza. En la explanada, se montó un escenario donde Los Avelinos musicalizaron la espera, con sus hits y una versión propia de la marcha peronista.
Funcionarios, intendentes, candidatos, legisladores y dirigentes pulularon en esos espacios, pendientes del recuento voto a voto, basado primero en las planillas de los fiscales del Frente Justicialista por Tucumán.
El principal candidato del oficialismo, Osvaldo Jaldo, fue el primero en llegar, a las 20.30, y fue recibido por aplausos. Con los dedos en “v”, recorrió exultante los pasillos hasta el primer piso, rodeado de legisladores. Minutos después, llegaron juntos el gobernador Juan Manzur y el senador José Alperovich, quienes también fueron ovacionados.
Pasadas las 21, sin embargo, el clima festivo se enrareció y la euforia bajó notablemente. Los culpables: los primeros datos del escrutinio oficial. El comienzo del show y del acto se demoró. Dirigentes, pegados a las pantallas montadas y a las de sus celulares, comenzaron a notar que la diferencia de votos con Cambiemos, el armado opositor más numeroso, no era tanta como esperaban y que Fuerza Republicana, tercero en las PASO, había crecido en adhesiones.
Finalmente, pasadas las 22, comenzó a sonar en el escenario el jingle “Felices con Jaldo”. Alperovich, Manzur y Jaldo se asomaron al umbral de la entrada principal y se frenaron en la escalinata. Se agarraron las manos y las levantaron. Rodeados de los candidatos Gladys Medina, Pablo Yedlin y Sandra Mendoza, hablaron desde allí. Alperovich era el más sonriente de los tres: repartía guiños y tiraba besos.
En una brevísima intervención sin definiciones políticas, Manzur repitió cuatro veces “muchas gracias” antes de anunciar que el Frente Justicialista se imponía. “Fue una gran elección”, calificó luego y volvió a agradecer. Pidió un aplauso para toda la lista. “Ganó la democracia, ganó Tucumán, ganó nuestro espacio político ¡Viva Tucumán!”, cerró. Le siguió Jaldo, que tampoco abundó en lecturas políticas. “Muchas gracias a todos, a los que nos votaron y a los que no”. Agradeció también reiterativamente y convocó a todos a seguir trabajando “por un Tucumán mejor”.
Tras los discursos, Alperovich entró en la Casa de Gobierno y la dupla gobernante avanzó hacia la tarima para saludar a los militantes que estaban en la calle. Los custodios tuvieron que frenar a la muchedumbre que los seguía. “¡Cuidado que se puede caer!”, advirtió Jaldo. En la calle había grupos del Movimiento de Unidad Popular (MUP), la Juventud Peronista (JP) y Kolina, entre otros. Tras haberlas hecho flamear durante gran parte del tiempo, los del MUP tenían enrolladas sus banderas amarillas. Desde la organización se habría hecho ese pedido, porque es el color característico del macrismo. “Le dimos un marco de festejo con una plaza peronista para celebrar el triunfo, más allá de la confusión por el color”, renegó el referente de ese espacio peronista, Luis Romano. Se fueron antes del final del acto.
En una conferencia de prensa improvisada, Manzur destacó la alta participación de la población; convocó a la unidad; aseguró que las elecciones ya eran pasado y que desde hoy había que seguir trabajando. “(Perder una banca en relación a las PASO) es lo de menos, la elección ya pasó”, minimizó el gobernador. Reconoció que Bussi hizo un buen comicio y se desentendió de las acusaciones de presunto reparto de paco a cambio de votos. “Es uno de los mejores resultados del peronismo a nivel nacional. Las elecciones pasaron y los problemas de la gente quedan”, consideró Jaldo después y convocó a trabajar.
¿Obtener dos bancas es perder?, le preguntaron al diputado electo. “¡Noooo!”, dijo enfáticamente Manzur por detrás de Jaldo. “Estamos ganando por más de 170.000 votos. Si eso no es ganar, no sé qué es”, ironizó el vicegobernador un poco molesto.
La Casa de Gobierno estaba preparada anoche para una fiesta. El avance del escrutinio, sin embargo, aguó un poco los festejos oficialistas.