Gassenbauer (h) admitió que es él quien aparece consumiendo drogas en un video y pidió disculpas a la sociedad

El vicepresidente 1° de la Cámara aseguró que fue grabado hace varios años. “Fueron épocas muy difíciles de mi vida”, explicó a LA GACETA.

EN EL RECINTO. Gassenbauer, en una sesión reciente en la Legislatura. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA - ARCHIVO EN EL RECINTO. Gassenbauer, en una sesión reciente en la Legislatura. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA - ARCHIVO
25 Octubre 2017

Está sentado en un sillón de la casa de su jefa de prensa, en Yerba Buena. Su ánimo, lejos de las tensas peleas y de las chicanas habituales del recinto de la Legislatura, está marcado ahora por una lógica aflicción. Tras las elecciones del domingo, en cuestión de horas, se ha viralizado una breve filmación que lo tiene como protagonista.

Y aunque todo sucedió dentro de cuatro paredes y fuera de la escena pública, él sabe que ese video, que lo muestra consumiendo droga, ha roto las fronteras de lo privado y ha sido compartido a través de las redes sociales por miles y miles de tucumanos. Así, ha llegado también a los teléfonos de los demás legisladores, que ayer abordaron y analizaron -de modo extraoficial- el futuro de la cuarta autoridad política de la Provincia.

Guillermo Gassenbauer no lo niega. Y si bien resulta evidente que acusa el golpe, el vicepresidente 1° de la Legislatura afirma a LA GACETA que quiere dar explicaciones públicas sobre el delicado asunto, sobre las circunstancias en que se produjo y sobre su situación actual. Y, además, pedir disculpas.

“Fueron épocas muy difíciles de mi vida, errores aislados que he cometido hace varios años. Pasó mucho tiempo. Gracias a Dios pude superarlo, pasar ese tramo. Sería mucho más fácil para mí decir que esas imágenes no son reales, pero tuve la capacidad de darme cuenta a tiempo del daño, del riesgo y del dolor que podía causar y causarme si seguía por ese camino”, afirmó el legislador oficialista.

- En la comisión de Labor Parlamentaria se habló sobre el video. ¿Cómo seguirá todo esto?

- Era lógico que se hable porque es un tema público, que está en boca de todos. Ahora, mi principal objetivo es proteger a mi familia, cuidarla, tratar de aislarla de todo esto. Tengo dos hijas pequeñas y a mi mujer, y sinceramente me preocupa más eso en este momento. (Lo político) es un tema del que me voy a ocupar más adelante. Pero sí quiero decir que este es un tema del pasado, de hace mucho tiempo.

- ¿De cuándo?

- De cinco años atrás, seis años. La verdad que no sé (la fecha exacta), pero fue hace mucho.

- ¿Pero es anterior o posterior a las elecciones de 2015?

- Mucho anterior. Bastante.

- Usted, como legislador, está sometido a exámenes de droga por ley. ¿Qué pasó con eso?

- Tengo dos estudios. Al primero lo hice por voluntad propia, cuando votamos esa ley (de exámenes de orina obligatorios para funcionarios públicos). Lo hice en el Hospicio del Carmen. Fue en (observa unos papeles) marzo de 2016. Y después, al segundo, lo hice en el Hospital Néstor Kirchner (ex Ados).

- ¿Pero dieron negativo...?

- Sí. Vuelvo a repetir: esto es algo muy del pasado, lo he podido superar gracias a Dios, a mi familia, y gracias al esfuerzo.

- ¿Y cómo se supera eso? ¿Hizo algún tratamiento?

-Lo mío ha sido esporádico. No era un consumidor... debe haber sido un par de veces en mi vida. Cuando vi lo que había surgido, dije: ‘no más, no más’. Y me aferré a mi familia, a mi carrera política. Eso me sirvió.

- ¿Usted era adicto a las drogas?

- No, me había equivocado un par de veces en mi vida, en momentos personales muy difíciles.

- ¿Cómo se enteró de la viralización del video?

- Mi asesora me avisó ayer (por el lunes). Pero yo había pensado en hablar antes sobre esta situación, sobre lo que había pasado. Tuve miedo del qué dirán, por mi familia y mis hijas, y no lo hice. No me animé a contar mi experiencia. Busqué ayudar con la formación de preventores comunitarios (con los cursos dictados en la Legislatura), porque nadie está exento de vivir, en carne propia o de un familiar, un momento de equivocación como el que tuve yo. En esos cursos, cuando hablaba, quería decirles (a los asistentes): “he podido superar esta porquería gracias a mi familia, a mis hijas”. Pero reconozco que me sentí avergonzado.

- Se vivieron unas elecciones tensas. ¿Esto tiene que ver con eso, con su rol político y partidario?

- No me quiero empezar a fijar en eso, mi prioridad es mi familia. No creo que, en estos momentos, sume en nada pensar en eso. La estamos pasando mal, y no es justo para mi familia. A la gente sí le pido disculpas, porque estoy en un cargo público. Más allá de que haya sido un acto de la vida privada, soy un representante del pueblo. Pero sobre todo, quiero pedirle perdón a mi familia. Es una situación inmerecida para ellos.


EDITORIAL

Redes sociales y actos privados

El derecho a la intimidad se ha resquebrajado en los últimos años a causa de las posibilidades de la tecnología, que ha tornado borrosas las barreras entre lo público y lo privado. Este parece el caso del video que tiene como protagonista a un legislador. La situación está protegida por el Art. 19 de la Constitución nacional: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados”.

LA GACETA supo de este video cuando se viralizó, el lunes, y decidió no publicar nada al respecto, en respeto a la privacidad, en ninguna de sus plataformas. Pero la trascendencia ingobernable que le han dado las redes sociales obliga a dos reflexiones. En primer lugar está la necesidad de pensar en la responsabilidad de los hombres públicos.

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LA GACETA mantiene su testitura de no tocar lo privado a menos que, como en este caso, el parlamentario, cuarta autoridad política en la provincia, acepte tratar el tema. La segunda reflexión es el daño que se genera la sociedad a sí misma al viralizar por redes sociales actos privados (ya sea de personas comunes o públicas), que generan, por fuera de las normas que nos rigen a todos, agresiones y sentencias que nos convierten en una sociedad sin ley.

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