La soledad de la noche es, por el momento, el cómplice de un posible “justiciero”. La Policía trata de identificar a la persona que mató de dos balazos en el pecho a un joven que podría haber intentado robarle camino al cerro San Javier. Un supuesto cómplice de la víctima también recibió un proyectil en el tórax y se encuentra internado en el hospital Padilla.
Personal de la Dirección Provincia de Vialidad realizaba tareas de mantenimiento a la vera de la ruta 338. En pleno trabajo, operarios se toparon con un macabro hallazgo cerca de las 8. En uno de los miradores, a 200 metros del paraje conocido como “La Curva del Gauchito Gil”, encontraron el cuerpo de un joven. El cadáver estaba tirado boca abajo, sobre la carpeta de cemento de uno de los merenderos que allí se encuentran y las piernas junto al guardrrail.
“Va a ser muy difícil que encuentren al autor de este crimen. A esa hora, por este camino, no viene nadie por temor a que le roben todo”, explicó Mario Ferreyra, un fanático de las caminatas que realiza su actividad favorita por esa zona.
Varias vainas servidas
Los investigadores de la división Homicidios llegaron al lugar y encontraron varias vainas servidas de pistolas 11.25. Descartaron entonces la hipótesis de que se tratara de un suicido.
En principio también desecharon la posibilidad de que los asesinos hayan trasladado hasta ese lugar para matarlo porque no tenía atadas las manos y porque dejaron abandonado el cuerpo en un lugar visible.
Los peritos informaron que la hora del fallecimiento del joven había sido entre las 22 y las 23, hora en la que normalmente se instalan parejas en esa zona. Por ese motivo, los pesquisas plantearon la posibilidad de que el joven podría haber perdido la vida en un intento de robo.
Salida a robar
Mientras los policías buscaban más pistas, en la base de Homicidios se presentaba una joven para denunciar la desaparición de su pareja, a la que identificó como Diego Alfredo Sebastían Díaz, de 31 años. Dijo que el jueves se despidió de ella porque junto a sus amigos “Caco”, “Gordo” y “Piru” iba a salir a robar en la zona del cerro San Javier en un Peugeot verde, auto cuyo modelo no supo identificar.
La mujer relató que cerca de la medianoche, en su casa, se presentó “El Gordo” para avisarle que habían sido atacados a balazos por personas que se movilizaban en un vehículo. Declaró además que los compañeros de su pareja le confiaron que “Caco” había sido herido en el pecho y que no sabía nada de Díaz porque al escuchar los tiros, se habría ocultado en el monte.
Los policías de Homicidios acompañaron a la mujer hasta la morgue, donde terminó identificando el cuerpo de su esposo. Ahora están tras los pasos de la persona que realizó los disparos.