Confirman tres casos de Síndrome Urémico Hemolítico en Tucumán: por qué es grave y cómo se previene

Los tres chicos consumieron alimentos con carne molida. Dos son sometidos a diálisis.

HOSPITAL DE NIÑOS. Dos de los chicos afectados están internados en este centro asistencial. ARCHIVO HOSPITAL DE NIÑOS. Dos de los chicos afectados están internados en este centro asistencial. ARCHIVO
04 Diciembre 2017

Tres niños tucumanos permanecen internados desde la semana pasada, cuando fueron diagnosticados con el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH). Dos de ellos son sometidos a diálisis peritoneal y el tercero evoluciona sin diálisis.

La información fue confirmada por Oscar Hilal, jefe del Departamento de Infanto Juvenil del Sistema Provincial de Salud (Siprosa). Dos de los pacientes tienen cinco años y el otro, tres.

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“Son cuadros que por lo general tienen buena evolución. Pero el tratamiento es complejo y hay que hacerles seguimiento durante años”, explicó el médico.

“En Tucumán tenemos una media de cinco caso por año. Hubo veces en los que llegamos a tener nueve casos; en otros, tres o cuatro. Este año llevamos seis. La cepa que se detectó en estos casos es la 157, la que con más frecuencia produce el síndrome”, especificó Hilal. El funcionario agregó que el Ministerio de Salud y el Siprosa están realizando el seguimiento de todos los casos.

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¿De qué se trata la enfermedad?

En la mayoría de los casos, el síndrome urémico hemolítico se desarrolla a partir de la infección causada por la bacteria Escherichia coli, presente en la carne de vaca mal cocida, en la leche no pasteurizada y en sus derivados (manteca, crema, quesos, yogurt) y en el agua.

La bacteria proviene de la materia fecal de la vaca (su reservorio natural), y durante la faena la carne se contamina -en mayor o menor medida- y la bacteria se mantiene allí en forma de colonización. De ahí que se recomiende cocinar muy bien la carne.


OSCAL HILAL. Jefe del Departamento de Infanto Juvenil del Sistema Provincial de Salud.

¿Cómo se contagia?

Se contrae con la ingesta de alimentos (carne, frutas, verduras) o de agua contaminada con la bacteria, o bien cuando los chicos nadan en aguas contaminadas. El germen ingresa al organismo y se produce la patología, cuyos primeros síntomas son diarrea y vómito.

Los síntomas

El comienzo de la enfermedad se caracteriza por diarreas con sangre, que duran entre tres y cinco días. Luego disminuye la cantidad de orina y aparece una palidez marcada. Es frecuente que los niños estén decaídos o irritables. Ante la aparición de estos síntomas hay que consultar al pediatra, ya que muchos pueden tener anemia aguda grave y necesitar transfusiones, o pueden tener afectada la función de los riñones y necesitar diálisis.

No existen vacunas para evitar el síndrome urémico hemolítico. Entonces, lo mejor es poner en práctica los consejos que se detallan a continuación.

- Cocinar muy bien la carne, sobre todo la carne picada. Es importante que no quede ninguna parte jugosa. La bacteria muere a los 70 grados. Por eso, la cocción es la mejor manera de combatirla, detalló Hillal.


LAVARSE LAS MANOS. Es una de las principales medidas de prevención contra el Síndrome Urémico Hemolítico. 

- Tener cuidado al manejar la carne cruda, para evitar que se contaminen otros alimentos. No hay que usar la misma tabla de picar que estuvo en contacto con carne cruda ni los mismos utensilios para cortar verduras u otros productos. Tampoco hay que usar el mismo cuchillo para cortar la carne cruda y la cocida.

- Lavarse bien las manos con agua y jabón antes de cocinar. También después de ir al baño o de cambiar pañales.

- Lavar cuidadosamente las frutas y las verduras frescas. No comprar jugos de frutas, leche o sus derivados en la vía pública, sino los productos que estén pasteurizados y que conserven la cadena de frío.

- Consumir agua potable o agua mineral. De lo contrario habrá que hacerla hervir, dejarla enfriar en el recipiente tapado y agregar tres gotitas de lavandina por cada litro de agua. Luego utilizarla.

- No permitir que los niños naden en aguas contaminadas con materia fecal, ni llevar a las piscinas a los bebés que usan pañales. Las piletas de agua se transforman en fuentes de contagio del síndrome urémico hemolítico y de otras patologías cuando ingresan niños enfermos.


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