Fuerte apoyo de economistas al cambio de las metas de inflación

Sostienen que las nuevas medidas son más realistas y que la clave está en que sea el Gobierno quien fije montos y no el Banco Central.

EQUIPO ECONÓMICO. Federico Sturzenegger, Marcos Peña, Nicolás Dujovne y Luis Caputo. FOTO TOMADA DE CLARIN EQUIPO ECONÓMICO. Federico Sturzenegger, Marcos Peña, Nicolás Dujovne y Luis Caputo. FOTO TOMADA DE CLARIN
29 Diciembre 2017

Luego de que el Gobierno Nacional anunciara que se recalibrarán las metas de inflación a 15% en 2018, 10% en 2019; y 5% para 2020, un importante grupo de economistas respaldaron la medida al sostener que las nuevas metas son más realistas y que su modificación no vulnera la independencia del Banco Central.

En este sentido, el ex presidente del Banco Central, Mario Blejer, destacó: "en los países que tienen metas de inflación, son fijadas por el Gobierno y no por el Banco Central, que tiene independencia, pero en los instrumentos para llegar a esas metas". El economista explicó que "era una irregularidad que el Banco Central se fije sus propias metas, y esa irregularidad se corrigió". "No tiene nada que ver con la independencia", agregó Blejer.

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De esta forma, resaltó: "es importante para el Gobierno fijar esas metas porque tienen que ver con el Presupuesto y con la actividad económica". Y manifestó que "fue una expresión de realismo, porque las metas no son algo que no se puedan tocar". "Hay que corregirlas cuando haya habido algún tipo de desvío. Me parece correcto", definió.

En la misma línea, el ex titular de la autoridad monetaria, Martín Redrado, calificó a la medida como un acto de realismo y resaltó que "ayer vimos al presidente del Banco Central y a tres ministros con un objetivo común".

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Por su parte, el titular de la consultora ABECEB, Dante Sica, afirmó que "el Gobierno tomó una buena decisión" porque "sabía que no llegaba a esa meta del 10%, y el miedo más grande es esa sobreactuación a cumplir una con una tasa muy alta y una depreciación del tipo de cambio". "Esta 'recalibración' es confirmar el rumbo de la política económica", añadió.

En tanto, Fausto Spotorno, miembro del equipo de Orlando Ferreres, señaló que "la primera cosa buena es que se trajo la meta de la inflación a la realidad". Asimismo, el economista Lorenzo Sigaut Gravina de la consultora Ecolatina, calificó al anuncio como "positivo" ya que "se acerca más a la realidad y demuestra que el Ejecutivo toma conciencia de que bajar la inflación será un proceso gradual y complejo producto de la elevada inercia y el atraso de precios relativos existentes".

Siguiendo esta argumentación, el economista Martín Tetaz explicó que recalibrar las metas de inflación consistió en "un baño de realismo" debido a que "a la meta del 10% que venía anunciando el Banco Central no la creía nadie y lo ponía en la exigencia de tener las tasas muy altas para parecer creíble". Por su parte, el economista argentino del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Ivan Werning, afirmó que "fue razonable atrasar la meta inflacionaria por un año", al tiempo que precisó que se debió a que "entró información nueva". "Además, será positivo si esto ayuda a zanjar diferencias, porque hay gran equipo en todos los ministerios y Banco Central", agregó.

Por su parte, el economista de la consultora AMC, Guido Lorenzo, consideró que "la medida adoptada es acertada dado que la meta previa del Banco Central había quedado absolutamente desbordada hace tiempo". En este sentido, destacó que "una meta más realista tendrá el beneficio de permitir apreciar de manera más clara los avances en materia de desinflación que ha logrado el Gobierno, que hasta ahora quedaban desdibujados por el desvío".

"En términos de política monetaria entendemos que es la medida más acertada que se pudo haber tomado. Se mostró señales de coordinación en el equipo económico, ganando credibilidad en el conjunto y permitiendo lograr un 2018 con una coyuntura macro más sana", explicó.

Por último, el economista de Management & Fit, Matías Carugatti, sostuvo que las nuevas metas "son más realistas, pero no por ello fácilmente cumplibles" y que "mejoran la eficiencia de la misma como señal para los agentes económicos". "Además, reduce el costo asociado a la tasa de interés requerida para alinear expectativas y precios con la meta", concluyó.



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