Si fuera por sus goles o sus atajadas, Luis Rodríguez y Cristian Lucchetti hace tiempo se ganaron un lugar en la historia grande de Atlético. Ídolos indiscutidos, referentes dentro y fuera de la cancha, confiesan sentirse orgullos por haber cumplido una meta que para muchos puede parecer intrascendente: buscar una nueva excusa para unir al grupo y profesionalizar al club.
“Pulguita” y “Laucha”, en coordinación con el cuerpo técnico y médico, inauguraron una especie de bufete con parada obligatoria para quienes integran el plantel superior. Los desayunos diarios serán costumbre a partir de ahora. “Es algo que se viene haciendo hace 15 años en Europa, y en el país. River y Boca, los pioneros, lo hacen hace ocho, más o menos. El desayuno es clave para quienes forman parte del alto rendimiento”, explica uno de los ayudantes de Ricardo Zielinski, el técnico que no sólo piensa en el juego sino también en dejar una huella fuera de las canchas.
De su bolsillo, del de “Pulguita” y también del técnico, sale el dinero que se necesita para que los futbolistas tengan a disposición café, leche, té o mate, además de yogur, cereales, mermeladas, quesos, frutas y diferentes tipos de pan. “Consideramos que sería bueno implementarlo. Con la donación del plantel, directivos y nosotros, iniciamos este proceso que deseamos mantenerlo”, suma Alfonso Meoni, el preparador físico del “Decano”.
Con la apertura del nuevo vestuario en Ojo de Agua, que cuenta con todo lo que necesita el grupo, Rodríguez y Lucchetti terminaron de trabajar el proyecto de instaurar el desayuno. “La excusa es el desayuno, sí, pero también pensamos en compartir tiempo con los chicos, queremos que el sentido de pertenencia por Atlético no sólo sea una idea”, reflexiona Lucchetti.
¿El desayuno es la comida más importante del día? “Son todas importantes, las cuatro a seis que debería hacer un deportista. Pero consideramos que sí, que el desayuno es vital. Hay muchos jugadores que son solteros y que pueden llegar sobre al hora al entrenamiento y no se levantan para hacer un buen desayuno”, explica el “Profe”.
“A veces el club no puede con todo, por eso decidimos hacerlo entre nosotros; poniendo dinero de nuestro bolsillo”, agrega Lucchetti. “La directiva también ha colaborado y se lo agradecemos”, apunta “Pulguita”. “Se encargaron de comprar todos los materiales que necesitamos, desde una cafetera a lo que te imagines”.
Siguiendo el modelo europeo, el plantel ha puesto en marcha un plan que a futuro esperan complementarlo con el almuerzo. “Sería el broche de oro”, confiesa Meoni. “Que los jugadores tengan su comida previa y posterior al entrenamiento es lo ideal”, asegura.
¿A qué hora se desayuna? Si la práctica comienza a las 9, la franja horaria permitida va de 7.30 a 8.30. Parte del dinero se obtiene de las multas. ¿Multas? Sí, multas. Todo tiene un precio de referencia. “Es para mantener el orden, el equilibrio”, confían. Quien llegue tarde a una práctica, charla técnica o concentración, pagará; también por un caso de inconducta. Si un celular suena durante una comida grupal, alguien pasará por caja.
Hay una realidad que se va clarificando. Atlético creció a pasos agigantados en lo deportivo pero ese crecimiento no fue de la mano con el estructural. De a poco va recuperando terreno.
En el último tiempo, la institución a invertido fuerte en obras, compras de GPS, el nuevo vestuario, una sala de video, la sala de kinesiología; el predio en San Andrés y más. A futuro, se construirá un nuevo gimnasio. El que dispone el grupo hoy quedó chico, y en donde se iba a colocar el nuevo, ahora está el bufete, porque el ambiente era pequeño.
“La idea es seguir creciendo y que todo lo que podamos hacer nosotros ahora el club pueda mantenerlo en el tiempo, que no se termine cuando ya no estemos. Queremos lo mejor para Atlético”, afirma “Pulguita”.