El trabajo rinde frutos para San Martín

Forestello no afloja un segundo en los entrenamientos y el equipo de a poco va adquiriendo su identidad: contra Los Andes exhibió una gran mejoría

BUENA PRESENTACIÓN. El primer partido del año para el “Santo” arrojó saldo positivo. El equipo cambió la cara y volvió a ganar en casa. la gaceta / FOTOs DE JORGE OLMOS SGROSSO BUENA PRESENTACIÓN. El primer partido del año para el “Santo” arrojó saldo positivo. El equipo cambió la cara y volvió a ganar en casa. la gaceta / FOTOs DE JORGE OLMOS SGROSSO
06 Febrero 2018

La primera puesta en escena como entrenador de San Martín fue positiva para Rubén Forestello. El equipo no sólo ganó sino que lo hizo con justicia y dejando una imagen mejorada de lo que había sido la versión algo insulsa que terminó jugando en 2017.

Es cierto que el equipo sufrió más de la cuenta para quedarse con los tres puntos en juego en el duelo contra Los Andes, producto de una falta de contundencia que sigue siendo la deuda a saldar.

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El equipo jugó con aplomo, algo que le costaba horrores de un tiempo a esta parte jugando en Bolívar y Pellegrini. Antes sufría cada segundo de juego en casa. Pero eso pareció haber quedado en el olvido, por lo menos de acuerdo a lo que se vio el pasado domingo.

“Por momentos nos faltó algo de tranquilidad. Estuvimos apresurados y eso nos llevó a tirar pelotazos largos; cosa que no debe ocurrir. Pero también es cierto que había una ansiedad generalizada por comenzar ganando y eso se va a ir superando partido a partido, a partir del trabajo diario. Estoy muy contento con la tarea de los chicos y la entereza que mostraron”, afirmó el entrenador sobre su debut en el banco “santo”.

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Forestello puso sobre la mesa los argumentos que lo llevaron a ganar la pulseada para transformarse en el reemplazante de Diego Cagna.

El sistema de juego fue tal cual indicaba su teoría. San Martín se mostró vertical e incisivo y no ganó por mayor diferencia porque faltó precisión en la puntada final.

Pegado junto a la línea de cal, “Yagui” vivió el partido con intensidad; no se sentó nunca. Alentó cuando la circunstancia lo ameritaba y pidió tranquilidad cuando sus jugadores estuvieron a punto de entrar en la ansiedad del público. “Con mi equipo de trabajo tenemos la responsalidad de darle a los chicos las herramientas para que tengan mayor tranquilidad. Eso lo lograremos con el trabajo diario, por eso es importante arrancar ganando para agarrar mayor confianza”, aseguró.

Otro punto positivo fue lo actitudinal. Forestello llegó como un entrenador motivador y así se lo hizo saber a sus dirigidos. Según aseguraron desde las entrañas de La Ciudadela, la charla previa a saltar al campo fue verdaderamente emocionante y les puso la piel de gallina a más de uno.

Todo salió redondito en el debut, pero Forestello no come vidrio y sabe que falta mucho camino por recorrer. “Me fui contento porque generamos situaciones y eso es lo más importante en el fútbol. Ahora hay que comenzar a convertir. Este torneo es durísimo, pero confío a muerte en este gran plantel”, sentenció.

El equipo estuvo rápido y no se cayó nunca
El aspecto físico fue, sin dudas, una de las principales mejoras que mostró San Martín con respecto al año pasado. Pese a jugar sólo un amistoso durante la pretemporada, se vio un equipo “livianito”, rápido y que mantuvo el nivel durante los 90 minutos. En el final, y pese al enorme desgaste que hizo para conseguir la ventaja primero y para aguantarla luego, se vio que los jugadores terminaron enteros.
Encontró en Galeano la claridad que faltaba
Que es un jugador importante con la pelota en los pies, no es nuevo. Juan Galeano tiene técnica y buen panorama por lo que aporta mucho en ofensiva. Rubén Forestello lo entendió así y lo liberó de tres cuartos de cancha en adelante. El volante dejó mano a mano, dos veces a Claudio Bieler y otra a Sergio González. Además, pisó el área rival y el arquero visitante le tapó el gol en el primer tiempo.
Llega con mucha gente y tiene sorpresa
Otro dato positivo en la vuelta del fútbol oficial para San Martín fue la propuesta del nuevo entrenador. Ahora, el equipo llega con mucha gente al área rival; pero no sólo porque juega con tres delanteros. Los volantes pisan el área y hacen diagonales para “despistar” a los defensores rivales. Además, los laterales también aportan en ataque, demostrando que pueden ser dos alternativas más. 
Bossio, el “5” que quita todo, se hace respetar
Muchos pensaban que San Martín iba a extrañar demasiado a Sebastián Prediger. Pero no.
El encargado de que eso no suceda fue Lucas Bossio, quien se adueñó del medio y justificó su vuelta al club. El volante cumplió en cada partido que jugó desde su regreso en el inicio de la temporada, pero el nivel que mostró contra Los Andes fue para el aplauso. “Pulpo” ganó todas las pelotas que disputó.
La contundencia, una materia pendiente
San Martín generó muchísimas situaciones de gol y eso es algo muy positivo. Pero sufrió más de la cuenta porque sus delanteros tuvieron la pólvora mojada. “Pampu” González, Gonzalo Rodríguez, Claudio Bieler, en dos oportunidades y Walter Busse fallaron situaciones casi debajo del arco. Y si no fuera porque “Taca” acertó en la jugada del 1-0, hubiera sufrido mucho para quedarse con los tres puntos.
La concentración debe durar 90 minutos
El equipo se mostró sólido y seguro durante casi todo el partido. Sufrió solamente por impericia propia, debido a un par de dudas entre la última línea e Ignacio Arce. Fueron errores de cálculo y falta de comunicación que se  solucionan con trabajo. Sin embargo y pese a esos “yerros” que causaron cierto pánico, Los Andes no logró lastimarlo. Un dato a tener en cuenta, y a corregir, de ahora en adelante. 

El equipo estuvo rápido y no se cayó nunca
El aspecto físico fue, sin dudas, una de las principales mejoras que mostró San Martín con respecto al año pasado. Pese a jugar sólo un amistoso durante la pretemporada, se vio un equipo “livianito”, rápido y que mantuvo el nivel durante los 90 minutos. En el final, y pese al enorme desgaste que hizo para conseguir la ventaja primero y para aguantarla luego, se vio que los jugadores terminaron enteros.

Encontró en Galeano la claridad que faltaba
Que es un jugador importante con la pelota en los pies, no es nuevo. Juan Galeano tiene técnica y buen panorama por lo que aporta mucho en ofensiva. Rubén Forestello lo entendió así y lo liberó de tres cuartos de cancha en adelante. El volante dejó mano a mano, dos veces a Claudio Bieler y otra a Sergio González. Además, pisó el área rival y el arquero visitante le tapó el gol en el primer tiempo.

Llega con mucha gente y tiene sorpresa
Otro dato positivo en la vuelta del fútbol oficial para San Martín fue la propuesta del nuevo entrenador. Ahora, el equipo llega con mucha gente al área rival; pero no sólo porque juega con tres delanteros. Los volantes pisan el área y hacen diagonales para “despistar” a los defensores rivales. Además, los laterales también aportan en ataque, demostrando que pueden ser dos alternativas más. 

Bossio, el “5” que quita todo, se hace respetar
Muchos pensaban que San Martín iba a extrañar demasiado a Sebastián Prediger. Pero no.
El encargado de que eso no suceda fue Lucas Bossio, quien se adueñó del medio y justificó su vuelta al club. El volante cumplió en cada partido que jugó desde su regreso en el inicio de la temporada, pero el nivel que mostró contra Los Andes fue para el aplauso. “Pulpo” ganó todas las pelotas que disputó.

La contundencia, una materia pendiente
San Martín generó muchísimas situaciones de gol y eso es algo muy positivo. Pero sufrió más de la cuenta porque sus delanteros tuvieron la pólvora mojada. “Pampu” González, Gonzalo Rodríguez, Claudio Bieler, en dos oportunidades y Walter Busse fallaron situaciones casi debajo del arco. Y si no fuera porque “Taca” acertó en la jugada del 1-0, hubiera sufrido mucho para quedarse con los tres puntos.

La concentración debe durar 90 minutos
El equipo se mostró sólido y seguro durante casi todo el partido. Sufrió solamente por impericia propia, debido a un par de dudas entre la última línea e Ignacio Arce. Fueron errores de cálculo y falta de comunicación que se  solucionan con trabajo. Sin embargo y pese a esos “yerros” que causaron cierto pánico, Los Andes no logró lastimarlo. Un dato a tener en cuenta, y a corregir, de ahora en adelante. 

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